La Epidemia del Covid-19 Y la Enfermedad de la Depresión
La epidemia de COVID-19 ha logrado impactar al mundo en todos los niveles y en los medios de comunicación, es cada vez más frecuente la mención de una posible epidemia de depresión como una de las consecuencias más importantes de la pandemia.
Desde hace algunos años la OMS ha venido trabajando para visibilizar y normalizar los trastornos emocionales como la depresión, ya que es la causa del 80% de los suicidios a nivel mundial. Se estima que 320 millones de personas viven algún tipo de depresión; y según los resultados obtenidos en la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica, en México la incidencia de este tipo de trastornos alcanza un 15%.
Un estudio realizado por la Dirección de Investigaciones Epidemiológicas y Psicosociales reveló que el 36% de los pacientes con depresión acude primero a consulta con un médico general antes de ser referido a un especialista de salud mental, es por ello que es importante como médicos reconocer los signos de alarma y dar una solución oportuna.
Síntomas
Los trastornos depresivos se caracterizan por un sentimiento de tristeza, pérdida de interés y de la capacidad de sentir placer; autoestima baja, alteraciones del sueño, apetito, falta de concentración, astenia y sentimientos de culpa
Tipos
La depresión puede ser recurrente o persistente, por lo que deteriora la capacidad de la persona de desempeñar normalmente sus funciones cotidianas. Aunque el DMS-V hace una categorización más amplia, se pueden reconocer dos subtipos principales:
• Episodio depresivo mayor, que presenta síntomas como pérdida la capacidad de disfrute, fatiga, sensación de vacío y ganas persistentes de morir.
• Distimia, es una forma persistente de depresión leve; sus síntomas son similares a los de un episodio depresivo, pero son menos intensos y más duraderos.
COVID-19 y Depresión
Si los datos sobre la incidencia de la depresión no fueran de por sí alarmantes, el Consejo Mexicano de Ciencias Sociales recientemente ha publicado un informe donde alerta sobre el impacto psicológico de la pandemia de COVID-19 en el país, y es que después de 6 meses de aislamiento voluntario las solicitudes de atención psicológica se han incrementado significativamente.
En este informe se recomienda enfocar la atención en 3 ejes:
Personas en situación de vulnerabilidad
Está ampliamente demostrado que el estatus socioeconómico es inversamente proporcional a la incidencia de depresión; pero con la pandemia no sólo hay que prestar atención a los pobres, sino también hay que estar vigilantes de ancianos, mujeres en situación de violencia y migrantes, en los cuales se incrementa el riesgo de suicidios.
Desencadenantes
• Estrés, estado de angustia recurrente que puede presentar pensamientos fatalistas intrusivos.
• Duelo, por la pérdida de algún ser querido, el trabajo, desalojo de vivienda, etc.
• Ansiedad, temor persistente de enfermar, quedar desempleado, ser desalojado e incluso morir.
Primeros auxilios psicológicos
El reto es poder hacer frente a esta emergencia sanitaria desde todos los puntos de vista, por ello es importante que los médicos seamos intuitivos ante la presencia de cualquier signo de alarma y brindemos adecuadamente la primera ayuda hasta que el paciente sea manejado por un profesional de la salud mental.