Cuestionamiento Filosófico de la Existencia de Dios
Introducción.
Está el Argumento metafísico de Russell en contra del término «contingente», por lo menos, el presentado por el padre Copleston en un debate en 1948. Y es que entiende que la palabra «contingente» inevitablemente sugiere la posibilidad de algo que no tendría lo que llamaría usted el carácter accidental de existir simplemente, y no creo que esto sea verdad excepto en el sentido puramente causal. A veces se puede dar una explicación causal de algo diciendo que es el efecto de otra cosa, ni tiene sentido tampoco llamar «contingentes» a las cosas, porque no podrían ser de otra manera.
También con respecto al argumento moral no atribuye origen divino a la materia de la obligación moral, porque la forma que toma la obligación moral, cuando se trata de ordenarle a uno que se coma a su padre, por ejemplo, no me parece una cosa muy noble y bella; y, por lo tanto, no atribuye origen divino a la obligación moral en este sentido que creo que puede explicarse fácilmente de otras muchas maneras.
Desarrollo.
La conocida tetera de Russell es una analogía que presenta una perspectiva escéptica en lo referente a la discusión de la existencia de Dios y como no se puede probar su existencia. Dicho de otro modo, lo que nos indica el concepto de la tetera de Russell no es que Dios exista o no (si bien el propio Russell era escéptico en cuanto a su existencia en el momento en que escribió el argumento del que tratamos en este artículo), sino que no tiene sentido definir decir que sí lo hace porque no hay pruebas de lo contrario o pretender que sea necesaria dicha prueba para poder negarlo.
Con respecto al argumento moral advierto que cuando uno estudia antropología o historia se da cuenta de que hay personas que piensan que su deber consiste en realizar actos que yo considero abominables y, por lo tanto, no puedo atribuir origen divino a la materia de la obligación moral, pero creo que incluso la forma que toma la obligación moral, cuando se trata de ordenarle a uno que se coma a su padre, por ejemplo, no me parece una cosa muy noble y bella; y, por lo tanto, no puedo atribuir origen divino a la obligación moral en este sentido que creo que puede explicarse fácilmente de otras muchas maneras.
¿Cuántas veces hemos escuchado el argumento de que Dios es un ser justo y bondadoso? Entonces, ¿por qué hay personas buenas a las que les suceden cosas malas? Aunque en su tiempo ni siquiera existía el cristianismo, el filósofo griego Epicuro planteó un acertijo que persiste hasta nuestros días. Si Dios existe, pero también existe el mal, entonces solo caben dos opciones: o Dios no puede combatir el mal y por tanto no es omnipotente (ni un Dios), o bien Dios permite el mal y es por consiguiente, malvado (y tampoco un Dios). Los milagros son parte fundamental de la ideología cristiana. De hecho, el propio Jesús habría sido autor de varios de ellos. Pero, ¿existen en realidad?
Conclusiones.
Según el filósofo escocés David Hume, todo se basa en probabilidades. ¿Existe algún ejemplo de un milagro genuino y totalmente confirmado? Hasta el momento, no; ¿Han existido fraudes o engaños en torno a supuestos milagros? Muchos. Bajo estos principios, la interpretación más probable ante un supuesto milagro es que existe una explicación racional cuya naturaleza aún no hemos descubierto, antes de pensar que las leyes naturales han sido suspendidas por una acción metafísica.