La Ley Natural y El Símbolo del Nivel y la Plomada
El nivel permite verificar la horizontalidad de una línea. En cierto modo, es el responsable de verificar la igualdad entre dos o más, una da las enseñanzas simbólicas que encierra el nivel y la plomada (que siempre han de usarse juntos) dentro del universo masónico. Es tan importante este símbolo que el nivel constituye la joya del Primer Vigilante de una logia.
Si bien la función de todo nivel es marcar la horizontalidad, para ello precisa verificar también la vertical, es decir, que la plomada cruce el punto medio de su base. Comprendido esto comprendemos que el nivel no sólo presupone la plomada, sino que la contiene y es su resultado. Es imposible saber si una recta es realmente horizontal por ella misma. La única forma de verificar su horizontalidad es comprobando que la plomada la atraviesa por su punto medio, es decir por su centro.
Desde un punto de vista simbólico, la vertical de la plomada fecunda la horizontal dando como resultado la Verdad. Esta Verdad no deja de ser una cruz en cuyos extremos se colocan los cuatro elementos (Aire, Agua, Tierra y Fuego) y cuyo punto de corte o centro representaría la quintaesencia, la rosa de los rosacruces, el alma interior, el fuego interno, la chispa divina que arde en cada uno de nosotros.
Hay que hacer notar que la plomada trabaja siempre en el eje vertical, es decir, de unión de la tierra y el cielo, la unión de lo profano y de lo sagrado. La plomada trae al mundo la Verdad invisible de los mundos superiores, es el canal mediante el cual se manifiesta la Ley Natural. El nivel, por su parte, es la ley humana, la cual tiene que contener la Ley Natural y ser un resultado de ella. En cierto modo, este símbolo nos habla de aquella frase de Santo Tomás de Aquino “ley que se aparta de la Ley Natural no es ley sino corrupción de la ley”.
La plomada es la rectitud, también la Verdad relevada, es el resultado del perfeccionamiento moral del hombre en su búsqueda por alcanzar a Dios y cumplir con sus designios. Es lo espiritual contenido en lo material.
Cuando se habla de igualdad, a veces se cae en el error de limitar el concepto a la cuestión material, o lo que es peor, a las cuestiones relacionadas con la política. Nada más lejos del pensamiento masónico. La necesidad de usar de modo combinado el nivel y la plomada, la horizontal y la vertical, nos enseña también que sólo se puede igualar aquello que comparte una misma naturaleza.
Ahora bien, dentro de la misma naturaleza u orden de las cosas, es necesario establecer la igualdad mediante el concurso del nivel y la plomada. Es decir, desde la comprensión de la naturaleza común y la Ley Natural es preciso que los puntos en la horizontal se igualen. Así ocurre en la logia, donde todos somos iguales, pero sólo uno la lidera. El Venerable Maestro no es de naturaleza diferente al resto de los hermanos, es sólo un primus inter pares, igual al resto en el nivel. Su rol como líder de la logia no es sólo el resultado de una elección democrática (esta es sólo la legitimidad en origen, la vertical), sino de una actitud común de reconocimiento de su liderazgo (la horizontal o legitimidad en ejercicio).
El símbolo del nivel y la plomada se ve enriquecido por algunas leyendas que giran a su alrededor y que invitan al masón a reflexionar más en profundidad sobre el símbolo. Hacemos aquí clara referencia a la leyenda de su origen, pues si bien nadie sabe quién fue el inventor de esta herramienta, el mito atribuye su invención a Dédalo, quien logró huir del Laberinto de Creta. Otros hablan de Reco, arquitecto del Laberinto de Lemnos, o de Teodoro, arquitecto del Templo de Samos.
Esta relación con los laberintos abre una nueva vía a la reflexión. Recordemos que uno de los significados del laberinto como símbolo hermético es la vía espiritual, una representación del viaje iniciático. Es también un misterio y no un problema. ¿En qué sentido decimos esto? En que un problema precisa ser resuelto, mientras que un misterio precisa ser vivido, porque sólo mediante la experiencia del misterio logramos la transformación interior.