Importancia de la Medicina Basada en la Evidencia
Es sabido que los profesionales de la salud, poseen una responsabilidad moral y profesional en cuanto a la adecuada toma de decisiones para un manejo oportuno e integral de cada caso de sus pacientes, por tanto, se ha de tomar en consideración no solo sus necesidades y sus valores, sino que de igual forma, se ha de tener cuenta las características propias de cada situación; por ello, se les presenta una gran responsabilidad en lo que se refiere al evaluar la calidad de la evidencia disponible y necesaria para discernir las opciones más adecuadas pues estas toman un papel fundamental en la toma de decisiones en las problemáticas del paciente.
Actualmente muchos profesionales en el área de la salud suelen desconocer o en múltiples ocasiones no son conscientes, de que una ciencia como lo es la medicina es un camino bidireccional, si hablamos meramente de las ciencias básicas debemos puntualizar que estas nos proporcionan y nos permiten conocer las bases biológicas, bioquímicas, anatómicas, farmacológicas, fisiológicas, entre otras y que nos facilitan ejercer la profesión escogida en este campo; posteriormente hay un camino de transición a la práctica clínica en la cual “debemos tener en cuenta los conocimiento ya adquiridos anteriormente para emitir un diagnostico idóneo, un tratamiento adecuado, además, sumándole a ello la prevención de las enfermedades”(4). A partir de esta sinergia que se espera entre las ciencias básicas y el ejercicio clínico, surge la medicina basada en la evidencia, sin embargo, esta ha evolucionado con el pasar de los tiempos y de las numerosas investigaciones que se han desarrollado a lo largo de los años, las cuales han demostrado que ambas actúan de manera conjunta.
Así mismo, se hace necesario tener conocimiento sobre este proceso, sobre sus elementos y las implicaciones del mismo, por esta razón, es de gran importancia presentar a este como “el uso consciente, explícito y juicioso de la mejor evidencia científica disponible para tomar decisiones sobre los pacientes”, por tanto, se define como un proceso que tiene como objetivo obtener y aplicar la evidencia científica más acertada para la resolución de los problemas que se puedan presentar en el ejercicio de la práctica médica en la cotidianidad. (5)
Entonces, para poder hablar de la importancia de la medicina basada en la evidencia, se hace necesario reconocer cómo inició este enfoque, y porqué se ha consagrado en la comunidad científica de tal manera. En efecto, la medicina basada en la evidencia se basa en la consideración de los argumentos o razones que demuestran una cosa, de esta forma, el proceso de esta consistiría en seleccionar los argumentos científicos más congruentes para la resolución de los problemas que se expresan de manera cotidiana en la práctica médica.
Antes que nada, se hace pertinente identificar un poco el origen de este enfoque de la medicina basada en la evidencia, siendo que inicialmente, este modelo no es para nada reciente como algunos consideran, sino que esta se remonta al siglo XVII, cuando se empieza a apoyar el ejercicio de la práctica médica mediante el uso de la evidencia más adecuada. Posteriormente, en Francia durante el Siglo XIX la medicina basada en la evidencia es impulsada promoviendo la observación y que al afrontar las enfermedades se debía basar en los resultados de las investigaciones que demostraran efectos cuantificables y no en su experiencia personal en la práctica médica. A continuación, en la época de los sesentas, se inicia un programa educativo interdisciplinario denominado “Educación Basada en Problemas” el cual se considera muy parecido a la medicina basada en la evidencia, pues con ellos se busca la mejor evidencia para aplicar los mejores resultados en la resolución de las problemáticas en la práctica. Ulteriormente, surge un nuevo paradigma llamado Medicina Basada en la Evidencia, y sucede en esta época que la comunidad científica se une y se alcanzan inmensos avances en diversos campos tomando como soporte la evidencia científica, y a consecuencia de ello, los científicos de las ciencias de la salud comenzaron a replicar el método aplicado, tomando la evidencia científica como base de todo el conocimiento generado y confiable (1).
Ahora bien, al tener más apropiados los aspectos históricos de la Medicina basada en la evidencia, se hace viable expresar que esta consiste en que el personal de la salud fundamente sus decisiones en la mejor evidencia que se encuentre disponible, por tanto, esta surge como una metodología, que se halla orientada a guiar y facilitar la toma de decisiones a los profesionales, de ahí que la MBE se defina como el ‘uso consciente, explícito y juicioso de la mejor y más actualizada evidencia para la toma de decisiones en el cuidado de los enfermos'(2).
Por otro lado, se reconoce la medicina basada en la evidencia como una técnica o metodología para llevar cierto conocimiento a la práctica clínica mediante la determinación de las mejores evidencias de la investigación que se encuentren relacionadas con un problema o interrogante clínico y que este sea pieza principal en la adecuada toma de decisiones y en la aplicación de esa información en la resolución de las problemáticas.
Así mismo, para llevar a la práctica la medicina basada en la evidencia se requieren de ciertos pasos consecutivos, el primero siendo “Formular de manera precisa una pregunta a partir del problema clínico del paciente”, el cual se basa en hacer de las interrogantes que surgen en la cotidianidad en una pregunta clara, simple, sencilla y bien definida; el segundo “Localizar las pruebas disponibles en la literatura” el cual consiste en buscar la bibliografía necesaria y relacionada con el problema a investigar, con esto, se encontrará más de una investigación que responda a la pregunta realizada en el paso anterior, continuando se encuentra una “Evaluación crítica de la evidencia”, este paso es de vital importancia dado que infortunadamente no toda la información publicada proviene de una fuente confiable necesaria para la toma de una decisión acertada, por tanto, se hace necesario realizar una valoración crítica de la información recolectada tomando en consideración en este paso los conocimientos de bioestadística y epidemiología para un adecuado discernir y finalmente, se halla la “Aplicación de las conclusiones de la evaluación a la práctica”, aquí, se hace uso de los pasos anteriores para tomar una decisión de la respuesta a la interrogante planteada desde un adecuado análisis de una fuente confiable (3).
Este paradigma de la medicina basada en la evidencia tiene su fundamento en realizar un avance en cuanto a los modos que existen de ayudar al individuo enfermo desde la medicina puesto que entre estos se plantean comúnmente acciones basadas en la intuición o en las tradiciones, las cuales son realizadas con poca reflexión sobre ellas y más enfocadas en la rutina, los conocimientos del común y más espontáneos; además, se encuentran acciones que se guían por un aspecto más mágico o místico, el cual realmente no tiene evidencia que lo avale. Así pues, con la medicina basada en la evidencia, se busca adoptar la práctica médica a un modo de ayuda más técnico en el que se trate mediante una orientación más racional y buscando los propuestos más acertados para cada situación.
Con todo lo anterior, se hace posible identificar la relación existente entre la medicina basada en la evidencia y la toma de decisiones, puesto que esta última en el ámbito de la medicina se orienta en un proceso de deliberación que culmina en un acto y por tanto, es de suma importancia entender la medicina basada en la evidencia como aquella corriente o enfoque de la práctica médica actual que constituye un elemento importante capaz de contribuir a mejorar la práctica profesional de modo que logra facilitar la toma de decisiones médicas en el diagnóstico y terapia a emplear con los pacientes. Entonces, “el médico asistencial siempre estará obligado en primer lugar, a considerar la mejor ‘evidencia externa’ existente para la solución del problema de salud de su paciente, pero acto seguido y en segundo lugar, estará obligado a evaluar la conveniencia de aplicar dicha evidencia en su paciente concreto”(9).
Por consiguiente, al referirse a la toma de decisiones médicas como manera mediante la cual el médico se relaciona con su objeto de trabajo, es decir, como aquella habilidad profesional, se debe recordar que “el lugar de la medicina basada en la evidencia, a través de sus instrumentos operacionales que son las guías de prácticas clínicas, está en la base gnosológica de la habilidad toma de decisiones médicas. Ellos aportan información, datos, conocimientos, aportan lo que se conoce como ‘evidencia externa’, y el médico debe combinar esta evidencia externa con la experiencia individual para construir su propio conocimiento” (9).
Con todo lo anterior, cabe resaltar que es de gran importancia considerar y aplicar cuidadosamente los fundamentos teóricos por parte del investigador al evaluar un trabajo científico y de igual forma, al interpretarlo, pues es debido a la correcta utilización de ello que se puede conducir a conclusiones acertadas y por consiguiente a una adecuada toma de decisiones relevantes para un individuo o una población; por el contrario, al desconocer los elementos o principios se hace posible llegar a una errónea utilización de los mismos. Por esto, la medicina basada en la evidencia representa un movimiento más estructurado, en cuanto a cómo aplicar el método científico a la práctica de la medicina, pasando así de un modo de ayudar espontáneo o instintivo en el cual no se realiza mayor reflexión o de aquel modo rutinario, tradicional o basado en el misticismo a un actuar más racional, en el cual la epidemiología ha contribuido en el saber escoger el tratamiento adecuado en el momento tomando en cuenta no solo la evidencia científica publicada sino identificando de ello, la más acertada en cada caso. De esta forma, se plantea el hacer las cosas racionalmente como gran objetivo de la clínica moderna.
Finalmente, se hace posible notar que la medicina basada en la evidencia se plantea como una respuesta científica desde la profesión médica a las problemáticas que presenta el individuo así como una herramienta en la práctica médica para pasar de las acciones basadas en la rutina, las tradiciones o la experiencia, para formarse como una intervención más sistemática obtenida desde las evidencia avaladas por la investigación clínica y la comunidad científica(6); todo esto es de gran importancia ya que permite tomar decisiones mejor fundadas en relación con el control y el tratamiento de la enfermedad. Además, esto permite al paciente tener una percepción más precisa del riesgo, fomenta el uso de adecuado de los procedimientos de elección y facilita la toma de decisiones basadas en la evidencia por parte del médico y el paciente. (7)
En forma de conclusión, podemos mencionar que con la medicina basada en la evidencia se ha hecho posible que progresivamente se presenten grandes avances en la medicina al tener un considerable impacto no solo en la investigación, sino también en el control, seguimiento y prevención de aspectos y elementos relacionados con la salud. Así mismo, es importante reconocer que para emplear la medicina basada en evidencias, el personal médico debe tener una formación en bioestadística y epidemiología, debe saber indagar, y tener acceso a información actualizada y a estudios recientes, saber cómo seleccionar, evaluar e interpretar la información obtenida, puesto que, como ya es muy conocido, no todo lo que se encuentra publicado se halla asentado en evidencia sólida e irrefutable. (8)
Finalmente, podemos decir que, aunque en la Medicina Basada en la Evidencia, se le da importancia a la investigación cualitativa y al método científico con fundamento cuantitativo como origen y finalidad de toda decisión clínica, que se implemente como soporte fundamental de la medicina basada en la evidencia. Con esto se pretende expresar que la integración de la experiencia clínica individual con la mejor evidencia clínica externa disponible resultado de la investigación sistemática, pueden ser una aleación casi perfecta para resolver la problemática de salud de los pacientes con la destreza intelectual de los profesionales bien formados.
Referencias bibliográficas
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