La Práctica Tradicional De La Mutilación Genital Femenina
La mutilación genital femenina es una práctica tradicional que conlleva el corte del clítoris en niñas o mujeres. Aunque su práctica se suele relacionar con comunidades africanas, también tiene lugar en países asiáticos, Oriente Medio, América del Sur, Australia… Se trata de prácticas tradicionales, pero que constituyen una violación de los derechos humanos, en particular por su carácter discriminatorio y violento y por las consecuencias perjudiciales que conllevan para la salud de la mujer.
El propósito es salvaguardar la virginidad antes del matrimonio y los valores por los que recae el sometimiento de esta práctica son la tradición, comunidad y familia.
Las razones que lo justifican pueden ser psico-sexuales, sociales, estéticas, médicas e incluso mágicas.
Es una práctica que se encuentra presente desde el segundo milenio antes de Cristo, lo cual induce a dudar de su origen religioso, consecuentemente, significaría que esta práctica fue pasando de cultura en cultura por diversas zonas geográficas hasta hoy en día. Además, no es un precepto islámico, ni de ninguna de las religiones principales. Sin embargo, muchos grandes grupos étnicos que la practican y que comparten la fe en una religión monoteísta se han convencido de que está amparada por creencias religiosas.
En cuanto a las razones sociales o antropológicas, la mutilación genital femenina forma parte de los llamados ritos de transición o iniciación, es una simbología que supone el tránsito de la edad infantil a la adulta
También puede estar relacionado con cuestiones higiénicas, ya que se cree que los genitales femeninos son sucios y antiestéticos, por lo que mediante esta práctica, se haría deseable a la mujer.
Sin embargo, uno de las principales razones que justifican esta manifestación extrema de desprecio hacia el cuerpo de la mujer son razones psicosexuales o reproductivas.
El principal objetivo es el control de la procreación de la mujer, es decir de su sexualidad. Se trata de una clara dominación masculina sobre la mujer; -que se ejerce en muchas sociedades en distintas formas, esta siendo una de las más explícitas.- Se practica en sociedades predominantemente patrilineales, donde la sucesión de cargos, la herencia y la autoridad se relacionan con el sexo masculino. Pero no sólo se trata de dominación, sino también de una cuestión de poder, que implica el sometimiento de la mujer, en el que no sólo está segregada y discriminada, sino también excluida de la toma de poder.
Las que se ven perjudicadas por esta práctica son claramente las niñas y las mujeres, sin embargo, son lugares donde la mutilación genital femenina está tan extendida y enraizada en la tradición y la cultura, que cuenta con el apoyo de tanto hombres como mujeres, quienes no cuestionan el mal de la práctica. Las mujeres que se niegan a someterse, son sujetos de una exclusión y aislamiento de la comunidad y la prohibición de la participación en las actividades comunitarias, con lo cual es muy difícil abandonar esta práctica sin el apoyo del resto de la comunidad.
El hecho de que esta práctica haya estado impuesta durante siglos y sea considerada como tradición cultural dificulta su erradicación. Desde mi punto de vista hay mucha ignorancia al respecto, consecuentemente es crucial la sensibilización y educación sobre todo hacia los líderes tradicionales, ya que son los que mayor influencia y poder tienen sobre sus comunidades pues aunque la prohibición es esencial, puede fortalecer una reacción contraria.
Finalmente, los argumentos culturales no pueden utilizarse para consentir la violencia contra las personas, hombres o mujeres. Aunque debemos entender que este choque cultural, -abominable para nosotros- está completamente normalizada dentro de las comunidades, no creo que puedas respaldarte de la tradición cuando se trata de una práctica que viola los derechos de los humanos. Es importante concienciar de que es posible abandonar prácticas nocivas de su cultura sin abandonar ciertos aspectos significativos de ella, además, la cultura no es algo estático, sino que está en constante cambio y adaptación.