La Presión en la Bahía de Guantánamo: El Epicentro de la Tortura

Introducción 

En la actualidad, el mundo se enfrenta a una serie de dilemas, debido a la globalización, resulta cada vez más complicado llegar a un consenso en la arena internacional sobre aquello que es ‘moral’ o ‘inmoral’, ‘justo’ o ‘injusto’. Es por ello, que el estudio de las dimensiones éticas en la política internacional es indispensable, sobre todo al presentarse escenarios como el que se vive en la Prisión de Guantánamo. Este centro penitenciario es propiedad de los Estados Unidos y se ubica en la ciudad homónima en Cuba, en la estación naval estadounidense. Dicha prisión fue creada después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, es considerada una de las más terribles del mundo y en ella se mantienen recluidos principalmente a personas acusadas de realizar actos de terrorismo (Pellini, s.f.).

 Usualmente los presos se encuentran detenidos sin haber recibido una acusación formal, sin acceso a abogados, y por lo tanto sin un juicio justo (Dabezies, s.f.).Varias organizaciones internacionales han denunciado casos de tortura cometidos por militares hacia los presos, mismos que violan los Convenios de Ginebra contra la tortura y que se detallarán más adelante. Además, varias veces el gobierno cubano ha exigido su cierre; sin embargo, los Estados Unidos se han mostrado reacios a hacerlo. Esto debido a que tienen como justificación su Guerra contra el Terror, y aseguran que al tratar con terroristas; no se les debería considerar como iguales a los miles de inocentes que mueren a causa de sus acciones todos los días. Por lo tanto, para ellos, está justificado que las autoridades de los Estados Unidos violen los derechos humanos de los prisioneros, ya que han violado el derecho básico a la vida de otras personas. No obstante, aunque la postura de los Estados Unidos pueda parecer éticamente correcta, al menos en su perspectiva, y ésta se encuentra cada vez más lejos de desaparecer, los actos realizados dentro de Guantánamo, que incluyen asalto sexual, tortura y humillación, se deben condenar y considerar como inhumanos. Por lo tanto, es responsabilidad de la comunidad internacional usar todos los medios posibles para detener la impunidad en los actos de tortura que son perpetrados por Estados Unidos.

El dilema de la Prisión

Como se mencionó anteriormente, la Prisión de Guantánamo ha sido la sede de innumerables actos en contra de los derechos humanos de los presos que ahí se encuentran recluidos y que han sido cometidos por autoridades estadounidenses. Pues, como lo ha denunció Amnistía Internacional en 2012, “el centro de detención ha sido motivo de preocupación por las graves violaciones de derechos humanos cometidas allí, incluidas detención arbitraria, detención secreta, tortura y otros malos tratos, entregas extraordinarias y juicios injustos”, por lo que la organización exigía que se erradicara dicha situación, lo cual no pasó. También informes confidenciales del Comité Internacional de la Cruz Roja, reportaron abusos psicológicos y físicos, además  detectaron enfermedades mentales en los presos producidas por el estrés a que están sometidos, sobre todo por los largos confinamientos en solitario (Hervas, 2004). Estados Unidos ha hecho alardes de ser un ejemplo de potencia democracia para el mundo (Riestra, 2016), no obstante mantiene abierta una instalación en la que siguen retenidas decenas de personas bajo condiciones reprobables. Más tarde, en 2017, Amnistía Internacional seguía exigiendo al presidente Obama, poco antes de dejar el cargo, que cumpliera con su promesa de poner fin a las detenciones en Guantánamo y que lo hiciera con arreglo a las obligaciones de Estados Unidos en materia de derechos humanos. Ésto puesto a que cerrar la Prisión fue una de sus principales propuestas de campaña, lo cual nunca ocurrió. 

En la historia de esta prisión se han recluido 770 personas, y se ha considerado como un “símbolo mundial de tortura, de maltrato, de detención sin juicio en un lugar sin ley” (Diario Exterior, s.f.). Se han realizado “detenciones radicalmente contrarias a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y a las obligaciones de Estados Unidos en materia de derechos humanos y a las recomendaciones de los órganos de la ONU que vigilan su cumplimiento” (Amnistía Internacional, 2017). Ya que, en cuanto a las detenciones arbitrarias, el artículo 12 de la Declaración Universal de Derechos Humanos establece que: “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en  su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.”(Naciones Unidas, 1948). Lo cual ha sido totalmente violado por las autoridades de Estados Unidos al detener y sancionar a las personas que ahora se encuentran en Guantánamo, así como el artículo 9 que establece que “Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado” (Naciones Unidas, 1948). Sin embargo, su manera de evadir de alguna manera las leyes internacionales es al no hacer uso del término correcto, pues “no son oficialmente denominados como presos o prisioneros para no otorgarles un estatus legal de prisioneros de guerra del que carecen. Oficialmente son sólo detenidos’ (Caño, 2007).Al interior de la base, algunas de las técnicas de tortura que se usan incluyen: agresión sexual, humillación, privación del sueño y sensorial, aislamiento, simulacros de ejecuciones; medicación forzada y técnicas psicológicas (The Justice Campaign, 2016). Los guardias no conocen los nombres de los presos (por instrucciones oficiales así debe ser), sólo se dirigen a ellos por sus números, no le es es permitido desarrollar ningún tipo de vínculo afectivo con ellos. Tampoco se les autoriza responder a las preguntas que les hagan los presos. Pues consideran que lo único que necesitan saber es qué tienen que hacer y quién está al mando (Caño, 2007). 

Esto, sin duda representa un acto degradante y que atenta en contra de su dignidad y reconocimiento como seres humanos. Además, existe una enorme censura con respecto a la prisión, con el objetivo de evitar que se conozca lo que allí pasa en realidad (Riestra, 2016) y así evitar que el país sea sancionado. El 1 de enero de 2017, Estados Unidos se incorporó al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, dónde se comprometió a “defender los derechos contenidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos, cumplir sus obligaciones contraídas en virtud de los tratados de derechos humanos y colaborar significativamente con los órganos de tratados de la ONU” (Amnistía Internacional, 2017). Pero al preservar una prisión como Guantánamo, es claro que no ha cumplido con dicho compromiso.  

Por supuesto los hechos suscitados en Guantánamo representan un enorme dilema ético para la comunidad internacional. La doble moral de Estados Unidos es innegable; mientras promete defender los derechos humanos, a su vez tiene en vigencia y defiende una cárcel donde se llevan a cabo violaciones a estos mismos derechos que dice proteger. Lo más grave es que los organismos e instituciones internacionales no pueden hacer nada directamente y se limitan a denunciar y condenar lo que ahí sucede. Mientras tanto, el actual Presidente de Estados Unidos, Donald Trump aseguró abiertamente en enero de éste año, que ‘los terroristas son enemigos combatientes ilegales’, que ‘deben ser tratados como los terroristas que son’ (Clarín, 2018), incluso firmó un decreto para que la Prisión de Guantánamo, dónde actualmente se encuentran 41 presos, siga vigente. Incluso afirmó que “si es necesario serán aniquilados, si es posible serán detenidos e interrogados’ (Clarín, 2018)Es el emblema, de la vulneración de derechos y libertades con el pretexto de preservar la seguridad (Carnicero, 2009); los militares torturan, supuestamente, en nombre del Estado, y como afirma Reyes Mate, no se responde de la misma forma ante el crimen político que ante la tortura porque se ve en el crimen una amenaza a lo más personal y, en la tortura, un instrumento del Estado, aunque exagerado, destinado a proteger vidas (2009). 

La justificación que ofrecen carece de lógica, pues, si el objetivo de Guantánamo, como prisión militar, es únicamente albergar a terroristas y criminales, por lo tanto el acto de tratarlos inhumanamente y torturalos va en contra del objetivo del establecimiento, incluso si no “merecieran” un trato digno y sus actos ocasionarán la pérdida de miles de vidas, sus derechos humanos deberían seguir siendo respetados. El acto de torturar no se puede justificar por ningún motivo, incluso si salva cientos de vidas,  incluso si los presos son una amenaza para Estados Unidos o para el mundo, siguen siendo humanos y deben ser tratados como tales. Todas las personas deben poseer el mismo valor internacional, los prisioneros de Guantánamo deben ser tratados como cualquier otro prisionero en los Estados Unidos, son seres humanos y merecen ser protegidos por los mismos derechos que todos los demás.

Conclusión

Los actos atroces realizados en la Prisión de Guantánamo sin duda deberían ser erradicados por completo, pues como Amnistía Internacional lo aseguró, es una especia de “gulag de nuestros tiempos” (Dabezies, s.f.), afirmación que es sumamente fuerte y lamentablemente cierta. Y a pesar de la condena internacional y el latente peligro que ésto representa, la comunidad internacional se encuentra atada de manos ante dicha situación, pues un intento de eliminar dicha cárcel sería atentar contra la soberanía estadounidense, a pesar de que esta cárcel vaya en contra de los pactos internacionales firmados por Estados Unidos, pues no existen las pruebas suficientes ni la capacidad jurídica para poder hacer algo al respecto. Es entonces, donde las relaciones internacionales tienen que trabajar más al respecto, ejercer presión y encontrar la manera de sancionar dichos actos a pesar de que estén amparados por su “derecho de guerra” y su inminente poder hegemónico.Acabar con la impunidad en el ámbito internacional es una de nuestras tareas, sobre todo si se desea obtener una relación global igualitaria y carente de doble moral, pues como afirma Amnistía Internacional, lo más probable es que Estados Unidos no aceptaría las excusas que él mismo provee “por violaciones de derechos humanos si las ofrecieran otros gobiernos [por lo tanto,] el resto del mundo no debería aceptarlas de Estados Unidos.” (2017).

Referencias

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2. Estados Unidos: Guantánamo, un síntoma de doble moral para los derechos humanos. Online. Recuperado de: https://amnistia.org.mx/contenido/estados-unidos-guantanamo-un-sintoma-de-doble-moral-para-los-derechos-humanos/Carnicero, C. (2009). 
3. Guantánamo y la ética como bandera. La Opinión de Málaga. Online. Recuperado de: http://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2009/01/23/guantanamo-etica-bandera/232010.htmlCaño, A. (2017). 
4. En la prisión de la vergüenza. El País. Online. Recuperado de: https://elpais.com/diario/2007/10/21/domingo/1192938753_850215.htmlClarín. (2018). 
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6. Guantánamo: 5 cosas que no sabías sobre esta terrible prisión. Vix. Online. Recuperado de: https://www.vix.com/es/btg/curiosidades/59785/guantanamo-5-cosas-que-no-sabias-sobre-esta-terrible-prisionDiario Exterior. (s.f.). 
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8. La Cruz Roja denuncia la tortura de prisioneros en Guantánamo. El Periódico. Online. Recuperado de: http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/internacional/cruz-roja-denuncia-tortura-prisioneros-guantanamo_153405.htmlMate, R. (2009).
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10. Declaración Universal de Derechos Humanos. Online. Recuperado de: http://www.ohchr.org/EN/UDHR/Documents/UDHR_Translations/spn.pdfPellini, C. (s.f.)
11. Base Militar Guantánamo Cuba El Horror De La Cárcel De EE.UU.Historia y Biografías. Online. Recuperado de: https://historiaybiografias.com/guantanamo/Riestra, L. (2016). 
12. Obama y Guantánamo: lo que pudo ser y no fue. Huffpost. Online. Retrieved from: https://www.huffingtonpost.es/2016/08/21/obama-cierre-guantanamo_n_11605300.htmlThe Justice Campaign. (2016). 
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