La Relevancia De Las Bibliotecas Tradicionales En El Futuro

La época contemporánea caracterizada por la revolución digital, ha impuesto nuevos retos en todos los campos de la vida del individuo. La búsqueda de la información, como cualquier otra actividad humana, también se ha visto envuelta en cambios explosivos derivados de esta revolución. Las bibliotecas públicas tradicionales han tenido que encontrar nuevas formas de satisfacción de las necesidades y habilidades cambiantes de las comunidades a las que sirven, de ahí el hecho de la necesidad actual de coexistencia de información en plataformas tradicionales en papel con la de información digitalizada. No obstante, las tendencias actuales de búsqueda y obtención de información apuntan que la digitalización absoluta aún está alejada de la preferencia de los usuarios. Las funciones básicas que desempeña la biblioteca de preservar el contenido, seleccionar colecciones, ayudar a las personas a encontrar lo que desean en esas colecciones y hacer que los libros y el conocimiento sean asequibles, son críticas, ya sea que el contenido aparezca digitalmente o en la impresión. Por tanto las bibliotecas públicas perdurarán aún por un tiempo indeterminado. Lo que sí cambiará es la forma y los tipos de servicios que proveerá.

En un estudio publicado en España en 2013, el 81% de los usuarios aún leen libros en papel con sus niños, y el 69% prefiere compartirlos impresos. El 43% de los lectores en la cama lo hacen con libros en papel y el 35% selecciona este formato para sus lecturas. Sólo el 19% de los usuarios de libros mientras viajan, seleccionan el formato impreso, y el 13% asegura ser capaz de obtenerlo rápidamente. Mientras la impresión siga siendo importante, la biblioteca probablemente seguirá siendo la única institución capaz de comprar, alojar y mantener grandes colecciones de libros impresos y material para que los clientes los use. Un mundo híbrido donde las personas lean tanto impresas como digitales, podría ofrecer a la biblioteca una oportunidad para expandir su rol más allá de las funciones tradicionales y servir como un puente entre los formatos impresos y electrónicos. Con el declive de las librerías de ladrillo, la biblioteca puede convertirse en uno de los pocos lugares donde las personas puedan ver libros exhibidos juntos en los estantes y los lectores podrían elegir obtenerlo de la manera que les conviniera, tomándolo prestado de la estantería, descargando una copia gratuita si el título no está protegido por derechos de autor o disponible para préstamos electrónicos, o comprando una copia impresa o copia electrónica para su propia biblioteca. Según estadísticas publicadas en septiembre de 2007 y recopilada por la Federación del Gremio de Editores de España, el 93.8% de los encuestados aún utilizan, con diferente frecuencia, el servicio de las bibliotecas, visitándolas físicamente en algún momento. Por tanto su existencia sigue siendo justificada y la tendencia no creo cambiará en un futuro mediato.

Sin embargo, cuando los libros se vuelven digitales, permite que otros asuman los roles tradicionales de la biblioteca. Google, Amazon y Apple ya han creado colecciones electrónicas más grandes que cualquier biblioteca. Los catálogos sofisticados y los motores de búsqueda ayudan a las personas a encontrar información en estas enormes bibliotecas comerciales. En la encuesta efectuada en España y publicada por Julián Marquina en el 2013, se encontró que el 53% de los lectores selecciona la lectura en formato digital, el 73% elige leer mientras viaja en esta plataforma y la inmensa mayoría de un 83% coincide que el formato electrónico de un libro es mucho más rápido de adquirir. En el mercado académico, las editoriales científicas y técnicas y las sociedades profesionales ya están recopilando y proporcionando la mayor parte de la literatura de revistas digitalizándoles. Al igual que con los libros electrónicos de consumo, los catálogos, las bases de datos y los motores de búsqueda sirven como herramientas de búsqueda. El costo de la literatura académica probablemente seguirá siendo alto, por lo que la función tradicional de la biblioteca de proporcionar acceso asequible seguirá siendo importante.

Las habilidades, entrenamiento, conocimiento y experiencia de los bibliotecarios están inseparablemente ligados con el libro y la literatura publicada. Los servicios que realizan los bibliotecarios son aún necesarios en la era digital, ya sea que todo sea electrónico o en un entorno híbrido. Según Julián Marquina en su artículo publicado en abril de 2013, los bibliotecarios del futuro tendrán los papeles de centinela (garante de la calidad de la información disponible), evaluador (comparar y recomendar contenidos), filtrador (encontrar la información de relevancia), certificador (nunca engañar), agregador/sintetizador (establecer conexiones entre las múltiples fuentes), organizador (proporcionar contactos para facilitar las búsquedas) y facilitador (entender objetivos del usuario y ayudar a obtener el éxito). El informe original titulado “Debate: Bibliotecas en la era digital” que fue publicado el 30 de noviembre de 2012 por Radio Nacional de España, muestra como en Barcelona ya existe una biblioteca híbrida que, aunque aún enfrenta desafíos de red informática, sirve a su público con éxito indiscutible y demuestra el camino a seguir por las biblioteca públicas.

No obstante, el futuro tiene tendencia absolutista a la digitalización por lo que las bibliotecas públicas tradicionales, para garantizar su subsistencia, efectividad, eficiencia y rentabilidad tendrán que adaptarse y cada vez más se basarán en plataformas digitales. Posiblemente los libros en papel desaparecerán mientras las generaciones futuras prefieran absolutamente este tipo de formato. Las bibliotecas tradicionales terminarán siendo museos donde se exhiban estos recuerdos históricos como nosotros ahora exhibimos los papiros egipcios.

Mientras esto llega, la coexistencia del mundo impreso y el digital, serán la realidad bibliotecaria del futuro más inmediato. En cierto sentido, gran parte de cómo se desarrollan las bibliotecas en el futuro dependerá de cómo se desarrolle la tecnología en sí misma, particularmente en torno a Internet y el desarrollo en la Inteligencia Artificial. Por lo tanto, comienza a surgir una imagen de la biblioteca que se enfrenta a desafíos que la era digital le ha impuesto. Su identidad y su valor en el futuro dependerá de cómo sea capaz de enfrentarlos, evolucionar y adaptarse a las necesidades de los usuarios. El reto es grande, pero más grande será la voluntad para desafiarlo. Más de mil años de servicios no pueden morir. Las bibliotecas sobrevivirán. 

27 April 2022
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