Libertad de Expresión Sexual y Protestantismo
En 1517, a mediados de la Edad Media, Martín Lutero, un monje agustino, escribió y publicó un texto denominado “Las 95 Tesis”, clavándolas a las puertas de la iglesia del castillo de Wittemberg, marcando así el rompimiento definitivo con la iglesia católica, pues todos estos postulados se oponían a la corrupción de esta, además de estar en contra de su doctrina y prácticas, pues para él el seguimiento de Dios no era lo que esta promulgaba, sino la justificación de la fe. Este hecho marcó el mundo para siempre, pues daría origen a lo que hoy en día llamamos La Reforma, una nueva era religiosa que dio paso al protestantismo. Se le llamó de esta manera ya que fue una protesta a todo lo que el catolicismo planteaba.
Martín Lutero abandonó la escuela de derecho para entrar en el convento de Agustinos de Erfert. Al estar ahí experimentó lo que es ser un monje “de las obras ante la realidad atemorizante del pecado” (Illescas, 2010, 15), que esto puede ser lo que lo llevó a descubrir la doctrina en que hoy en día se basa la religión protestante.
La mayoría de las veces la sexualidad es definida como el acto sexual en sí. Sin embargo, esta se define correctamente como: “Aspecto característico del ser humano que implica (además del sexo como función reproductora), otros aspectos como el género, la orientación sexual, la identidad sexual, cuestiones emocionales, filas, y sobre todo aspectos culturales definidos por la sociedad y la época.”
La sexualidad siempre fue un tema difícil de tratar para las generaciones que habitaron en el pasado, pues era mal visto el hablar abiertamente sobre esto. Esta libertad sexual y su expresión llevaban numerosas generaciones siendo reprimidas. La única orientación sexual permitida era la heterosexual. Todo ápice de alguna otra era brutalmente reprimido por la sociedad. Las personas que demostraran comportamientos o gustos del género contrario eran terriblemente juzgadas. Esta penalización de la sexualidad comenzó gracias a la iglesia católica:
Aunque los judíos posiblemente fueron los primeros en reprimir la sexualidad, no han sido la única cultura en hacerlo; sin embargo la influencia de esta represión tiene influencia aún en la actualidad de muchas sociedades. Es a partir de la institucionalización de la religión católica, que comienza las prohibiciones a las prácticas sexuales como acto placentero, y solo era permitirlo el sexo procreador, pues se consideraba que este aspecto de la vida humana era vulgar y alejaba de Dios.
Sin embargo, esto ha cambiado con el pasar de los años y el transcurrir de las generaciones, pues en cada una de estas se da el paso a la aceptación o a la expresión de ámbitos sexuales. Este avance fue lento, pues hubo muchas generaciones en donde se mantuvo la misma postura en contra de esta expresión e incluso al día de hoy, una parte de la sociedad lo considera impropio o incorrecto.
En las generaciones del siglo XX y siglo XXI se dio un cambio radical y ocurrió a lo que se le llama La Revolución Sexual, un movimiento que marcó a la sociedad, dándole paso a muchas personas que se encontraban reprimidas o que estaban en desacuerdo con el mal trato o malos prejuicios ante las expresiones sexuales de gran parte de la población. Esto se puede comparar con la Revolución Protestante que comenzó Lutero a principios del siglo XVI, pues al igual que generaciones que estaban en contra de lo que otras generaciones pasadas llevaban años prohibiendo (libertad de expresión sexual), Lutero rompió con una institución con la que no estaba de acuerdo.
Un ejemplo muy popular sobre esta represión y el cambio que se dio de una generación a otra es la del aclamado homosexual matemático Alan Turing, quién sirvió a su país, pues “logró que la maquina Enigma, con la que los nazis emitían sus mensajes cifrados en la Segunda Guerra Mundial, dejara de ser impenetrable”(Chaparro, 2016); a pesar de haber lograda tal hazaña y de su profundo sentimiento nacionalista, fue duramente juzgado por las autoridades de su país en el año de 1952, pues en aquel entonces era ilegal ser homosexual en el Reino Unido: La homosexualidad se consideraba un delito en el Reino Unido, y eso destrozó la carrera de Alan Turing. No sospechaba este matemático que un robo en su casa y la investigación policial que él mismo activó al denunciar el suceso terminarían con un juicio donde se le condenó por indecencia grave y perversión sexual.
Fue hasta el año de 1967 cuando esta ley se dio por finalizada, siendo legal la expresión de este tipo de orientación sexual. Se puede ver que en tan solo quince años la población cambió de parecer en cuanto al trato a los homosexuales, pues las nuevas generaciones ya no consideraban justo o correcto que existiera esta represión por parte de las autoridades hacía la expresión sexual de una parte de los ciudadanos.
Durante la segunda década del siglo XXI se le hizo llegar una carta al Primer ministro de parte de algunos científicos de las últimas generaciones (uno de ellos fue Stephen Hawking) en la que reclamaban que se concediera el perdón al matemático. Y así, sesenta años después de la muerte de Alan Turing, se le concedió el perdón: La reina Isabel II concedió el perdón real a Turing por una sentencia que ahora se consideraría injusta y discriminatoria’, anunció el ministro de Justicia, Chris Grayling.
‘El perdón de la reina es un tributo a la altura de un hombre excepcional’, agregó Grayling en un comunicado. Como se mencionaba anteriormente, en los últimos años (refiriéndonos a las generaciones más recientes) se ha dado el “desarrollo y respeto a la expresión de la sexualidad en muchos sentidos; aspectos de la sexualidad como el placer, la libertad de la orientación y el uso de métodos anticonceptivos.” (Cervantes, 2015). Gracias a este apoyo y permisión hacía las expresiones de la sexualidad por parte de las nuevas generaciones, podemos decir que se dieron los derechos sexuales que son una serie de garantías que toma como raíz los derechos humanos relacionándose con los ámbitos sexuales tales como el derecho a poder elegir con qué persona estar, en qué momento y de qué manera en cuanto al sexo respecta.
Dentro de estos derechos sexuales también se encuentra la igualdad de expresión (refiriéndonos a orientación, género, identidad, etc.) y a la integridad. Comparando estas posturas de la Revolución Sexual que se dio en las últimas generaciones con las de generaciones pasadas, se ve claro cómo el pensamiento llegó a cambiar drásticamente y marcó un rompimiento y un debate entre la generación que reprime y la generación que libera.