Lo Políticamente Correcto, Una Cuestión Sobre La Identidad Y El Racismo

Introducción

Respecto a la cuestión sobre la identidad hay demasiados planteamientos teóricos y definiciones conceptuales desde diferentes posturas epistemológicas. La identidad es aquello que nos define, nos enmarca y nos inserta en un grupo social o comunidad en específico, retomando a E. Jelin (2002) que afirma cuando se opera la memoria colectiva presupone un grado de unidad nacional: estatuas, monumentos y fechas patrias se instituyen y coadyuvan a la consolidación de sentimientos de pertenencia a la comunidad imaginada retomando un concepto de B. Anderson, siendo así esa memoria colectiva se convierte en nuestra identidad, además de la cuestión de la nacionalidad, el nombre, el género o el núcleo familiar, históricamente ha sido el colectivo quien ha fomentado en nuestra construcción de identidad. 

En ese sentido el objetivo de este ensayo es poner en cuestión la identidad y el racismo, una problemática que no es nueva ni reciente y que se ha tratado de forma políticamente correcta, es decir, a nivel social es rechazado y hasta criminalizado, pero a nivel individual o personal y en pequeños grupos sociales es aceptado e inclusive justificado. Es entonces nos hacemos la pregunta ¿ser o no ser políticamente correctos? Siendo así, trataremos de responder esta interpelación, aunque sabemos que pueden generarse muchas más dudas que certezas.

Semblantes sobre la identidad y el racismo

Respecto a la identidad G. Jiménez (2010) afirma que es un concepto que se ha impuesto masivamente en las ciencias sociales a partir de los años ochenta, y más todavía en los noventa, el problema de este concepto es que tiende a banalizarse, del mismo modo que el de la cultura, puesto que todo el mundo lo invoca hasta la saciedad sin preocuparse en lo más mínimo por definirlo o someterlo a cierto rigor conceptual. No obstante, E. Restrepo (2010) esboza una serie de planteamientos teóricos y metodológicos sobre el estudio y la investigación de las identidades, respecto al ámbito teórico se encuentran las transdisciplinares, el posestructuralismo, las múltiples teorías feministas, la teoría de la performatividad, los estudios poscoloniales y recientemente la teoría queer.

Ya entrando a los planteamientos teóricos este autor define una serie de identidades entre las que encontramos: identidades relacionales, identidades procesuales, identidades múltiples y constituyentes, identidades discursivamente constitutivas, identidades de resistencia y empoderamiento, identidades asignadas y asumidas, identidades proscritas y marcadas, entre otras. Mientras que en lo que respecta de lo metodológico, afirma el autor que es pertinente estudiar lo singular de las identidades, en su concreción y pluralidad. En el estudio de las identidades no hay que perder la vista la singularidad, la relevancia de lo particular, de la diferencia; atentos de no caer en el riesgo de fabricar exotismos o comunitarismos forzados. Por lo cual para el estudio de las identidades se debe responder con el diseño de una estrategia metodológica que no obstruya el carácter plural, contradictorio y diverso de las articulaciones identitarias en un individuo o conglomerado social determinado (Restrepo, 2010).

M. Castells (1999) afirma que la identidad está profundamente marcada por la informalización y la globalización, puesto que son los pilares de la nueva economía y de la nueva sociedad en este milenio siendo así las identidades culturales como principio básico de organización y resistencia social. La identidad, es el proceso por el cual los actores sociales construyen el sentido de su acción atendiendo a un atributo cultural al que se da prioridad sobre otras fuentes posibles de la acción; puede darse el caso de varias identidades en un individuo, pero tal pluralidad es siempre fuente de tensión.

En lo que respecta a la cuestión del racismo para F. Fanon, es el racismo es una jerarquía global de superioridad e inferioridad sobre la línea de lo humano que ha sido políticamente producida y reproducida como estructura de dominación durante siglos por el “sistema imperialista, occidentalocéntrico, cristianocéntrico, capitalista, patriarcal, moderno y colonial”. Las personas que están arriba de la línea de lo humano son reconocidas socialmente en su humanidad y con acceso a derechos humanos, ciudadanos, civiles y laborales; las personas por debajo de esta línea de lo humano son consideradas subhumanos, o no humanos, por lo tanto, su humanidad está cuestionada y, por lo tanto, negada (Grosfoguel, 2012).

Experiencias de vida e identidad

Por lo anterior, tomamos algunos ejes identitarios y las desarrollaremos de forma analítica e interpretativa con las experiencias vividas por el pintor indígena colombiano Carlos Jacanamijoy en sus Cuentos cortos, experiencias que se ven marcadas por el racismo el cual se presenta tanto de forma explícita como de manera implícita.

El pintor colombiano Carlos Jacanamijoy cuenta sus experiencias vividas desde la infancia, pasando por la adolescencia, juventud y posterior vida adulta; la cual está enmarcada por la discriminación y el racismo que ha sufrido en todos los ámbitos tanto escolares, sociales y de trabajo.

En concordancia con su etapa de infancia se puede inferir y deducir como él siendo parte de una comunidad indígena inga del Putumayo sufrió el racismo y el rechazo cuando cursaba sus estudios de primaria y secundaria, es ahí donde entra la categoría de identidad que no solo se refiere a la diferencia sino también a la desigualdad y la dominación, siendo en esa etapa los continuos maltratos por su color de piel, su aspecto físico, su vestimenta y la de sus familiares, en el especial el caso de discriminación sufrido por él y su abuelo, quien venía a recibir las notas académicas en la escuela, siendo allí en la escuela donde todos los jóvenes mestizos y blancos se burlan de ellos por su forma de vestir y de sus apellidos.

Bajo esta misma lógica el pintor relata otras dos experiencias, una primera en una recepción con personas pudientes, en medio de la conversación con una mujer de la alta sociedad esta muestra su desagrado con algunos amigos y familiares del pintor, afirmando que él ya no es tan indio como ellos, y la segunda en los Estados Unidos, cuando su hijo dejó de jugar y de hablarse con unos niños negros, llegando a tener actitudes racistas, indagando el porqué de esta causa él descubre que es debido a su empleada del servicio a quien le hizo el reclamo, lo cual ella le responde afirmando que como dejaba a sus hijo juntando se con negros, usted ya no es un indio cualquiera. Es allí donde entra otra categoría de identidades son relacionales, esto es, se producen a través de la diferencia no al margen de ella. Estas identidades se remiten a una serie de prácticas de diferenciación y demarcación de un nosotros con respecto a unos otros. En palabras del profesor Restrepo “Identidad y alteridad, mismidad y otredad son dos caras de la misma moneda. Para decirlo en otras palabras, la identidad es posible en tanto establece actos de distinción entre un orden interioridad-pertenencia y uno de exterioridad-exclusión” (Restrepo, 2010, pág. 25).

Otra experiencia vivida por el pintor fue cuando recibió el título de artista en la Universidad Nacional, en el día de su grado ante la falta de recursos económicos para poder adquirir un traje para la ceremonia decide irse vestido con su vestimenta tradicional junto con toda su familia, siendo el centro de la atención del auditorio y hasta de la misma universidad que sacó a relucir en sus periódicos locales universitarios la imagen del pintor con su vestimenta indígena recibiendo el título, pues antes no se habían dado cuenta que tenían de compañero en sus aulas a un indio de carne y hueso, es ahí donde se ve enmarcada las identidades proscritas y marcadas de un lado y naturalizadas y arquetípicas por del otro. En el mismo contexto identitario también se puede poner de manifiesto la experiencia vivida por el pintor cuando se disponía a viajar a Londres, siendo detenido por las autoridades migratorias británicas quienes no daban credibilidad a que él por su condición racial de que fuese un pintor reconocido colombiano por lo cual es deportado; en el país se manifiesta una ola de solidaridad que tiene su momento cumbre con la editorial de la revista Semana:

‘Mi proyecto para este año es profundizar en el estudio de mis raíces, conocer más la cultura de la Amazonia, porque eso es lo que quiero plasmar en mi obra’, dice este joven, que a pesar de haber alcanzado un destacado lugar en el ámbito artístico nacional sigue manteniendo la sencillez y la cordialidad de su raza.

Siguiendo la lógica de las experiencias, el pintor relata cuando sus compañeros realizaban algo reprochable, soltaba el comentario “no sea tan indio” algo que provocaba primero el enojo de ellos y posterior la risa de sus compañeros porque quién se los decía era un indio pero que finaliza con un silencio incomodo y profundo de sus compañeros, quizás el reflejo de la culpa o de la vergüenza; es ahí donde se denota la categoría de las identidades son discursivamente constituidas, pero no son sólo discurso, en el cual las identidades están en el discurso, y no pueden dejar de estarlo. Al igual que “lo económico”, “lo biológico” o “el lugar”, las identidades son realidades sociales con una “dimensión discursiva” constituyente que no sólo establece las condiciones de posibilidad de percepciones y pensamientos, sino también de las experiencias, las prácticas, las relaciones. (Restrepo, 2010)

Evocando su infancia de nuevo el autor relata la experiencia vivida con su abuela con quien caminaba en la calle mientras le hablaba en lengua inga y un grupo de niños al verlos comienzan a imitarlos y a burlarse de ellos, su abuela de manera imperturbable siguió caminando y le dijo a él que si le daba pena podía cambiarse de acera, lo cual él siguió con ella dando sus primeros pasos de emancipación al seguir la enseñanza de su abuela. Es allí cuando vemos dos categorías de identidad, las identidades constituyen sitios de resistencia y empoderamiento, y las identidades existentes son al mismo tiempo asignadas y asumidas.

Conclusiones

Después de relacionar las experiencias de vividas por Carlos Jacanamijoy y los conceptos sobre la identidad y el racismo, se puede evidenciar la marcada doble moralidad en nuestra sociedad, en donde solemos reivindicar cuando nos conviene o cuando nos recoge como país, pero cuando este no nos beneficia y ni nos glorifica terminamos rechazándolo, invisibilizándolo e ignorarlo. Es así como entra en cuestión la pregunta que formulamos al inicio de este ensayo ¿ser o no ser políticamente correctos?

En ese sentido, más allá de tratar de responder la pregunta o el interrogante, es mirar a profundidad que realmente nos mueve, desde la caída del muro se dio el fin del meta-relato homogenizado de la lucha de clases, siendo así como las luchas comienzan a ser heterogéneas, individuales, de ciertos grupos; por ejemplo, las luchas actuales sobre la cuestión de la diversidad sexual y de género, las disputas ambientalistas y animalistas, las reyertas feministas, entre otros. Esto ha provocado que cada uno pelee y se organice por su lado, sin tener un objetivo o propósito en común, por lo cual el actual sistema capitalista de corte neoliberal da rienda suelta aprovechando estas luchas como nuevos nichos de mercado. 

Es, por lo tanto, tomando un concepto de S. Tarrow que se forman las comunidades invisibles, son aquellas redes de solidaridad que no necesitan estar próximas ni tener en común aspectos culturales como la religión, la lengua o las costumbres; simplemente estas comunidades se unen de forma simbólica por los medios de comunicación, en este caso las redes sociales, así pues la identidad termina siendo un sentimiento imaginario sobre un hecho trágico (desastre natural o acto terrorista) y/o una disputa social, que puede que poco o nada los afecte. En ese sentido, es común en nuestro tiempo apreciar la solidaridad con los palestinos o con los franceses, una solidaridad que no traspasa fronteras, que pueden meramente ser acciones colectivas en sus respectivos países de origen, en apoyos de hashtag y en crear cadenas de apoyo tanto en redes sociales como en los medios de comunicación locales. 

Sin embargo, estas acciones colectivas de apoyo o de solidaridad son selectivas y terminan siendo en muchos casos discriminatorias y racistas, el asunto del pintor Jacanamijoy durante su detención en Londres es la muestra de ese sentimiento de solidaridad por conveniencia, otro caso particular, por ejemplo, el de la deportista Caterine Ibarguen nacida en el Urabá en el departamento de Antioquia, quien es resaltada como la atleta antioqueña ejemplar. “¡Júbilo colombiano! La atleta antioqueña Caterine Ibargüen recibió este martes el premio a mejor atleta del año entregado por parte de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (…) en la gala anual que la entidad organiza en el Principado de Mónaco” (El Colombiano, 2018). No obstante, cuando son casos de corrupción, robo, violencia y desplazamiento forzado, la región del Urabá es separada como si no fuese parte de Antioquia “(…) los delicados problemas que viven algunos municipios del Urabá con las pandillas conformadas por menores entre los 9 y 16 años (…) una jornada de desarme de estos grupos de jóvenes que se agreden entre sí para defender las fronteras invisibles.” (Caracol Radio, 2019).

Para finiquitar, es evidente lo complejo que puede ser para nosotros un país que sigue tratando de consolidarse como Estado-Nación, el no tener claridad sobre su identidad, muchas veces lo que nos une son figuras de personajes como artistas, cantantes, deportistas, entre otros; puesto que no existe un mito fundacional o una serie de costumbres y/o prácticas culturales que nos unan, sino que al contrario nos dividen más. Por lo tanto, muchas veces el ser políticamente correcto termina siendo una salida menos traumática de tener que reconocer nuestras diferencias abismales, una solución a medias de crear lazos y vínculos de identidad cuando poco o nada nos une; termina siendo así que nos podemos sentir e identificar como colombianos, que podemos tener un sentido de pertenencia; aun así los colombianos de la Guajira se sienten más venezolanos, los colombianos de Nariño más ecuatorianos y los colombianos de la Amazonía más peruana o brasileña. Todo terminan siendo solo redes de solidaridad selectiva y hasta oportunistas.

Referencias

  1. Caracol Radio (17 de mayo de 2019) Pandilleros de Apartadó cambian armas por alimentos. Recuperado de https://caracol.com.co/emisora/2019/05/17/medellin/1558102063_339445.html
  2. Castells, Manuel (1999) Globalización, Identidad y Estado en América Latina. Santiago de Chile: PNUD.
  3. El Colombiano (4 de diciembre de 2018) ¡Orgullo colombiano! Caterine Ibargüen es la mejor atleta del mundo. Recuperado de https://www.elcolombiano.com/deportes/otros-deportes/caterine-ibarguen-gana-premio-a-mejor-atleta-del-mundo-en-2018-KX9761059
  4. Giménez, Gilberto (2010) “La cultura como identidad y la identidad como cultura”. En: Identidad, cultura y política. Perspectivas conceptuales, miradas empíricas. Castellanos, Gabriela; Grueso Delfín Ignacio y Rodríguez Mariángela, Coords. México: Programa Editorial Universidad del Valle-Miguel Ángel Porrúa, p.p. 35- 60.
  5. Grosfoguel, Ramón (2012) El concepto de «racismo» en Michel Foucault y Frantz Fanon: ¿teorizar desde la zona del ser o desde la zona del no-ser? En: Tabula Rasa. Bogotá – Colombia, No.16, p.p. 79-102, enero-junio 2012.
  6. Jacanamijoy, Carlos. [Vivian Toro]. (2015, julio 27). Cuentos cortos por Carlos Jacanamijoy [Archivo de video]. Recuperado de https://vimeo.com/134610024
  7. Jelin, Elizabeth (comp.) (2002) Las conmemoraciones: Las disputas en las fechas “in-felices”, Madrid y Buenos Aires: Siglo XXI Editores.
  8. Restrepo, Eduardo (2010) “Identidad: apuntes teóricos y metodológicos”. En: Identidad, cultura y política. Perspectivas conceptuales, miradas empíricas. Castellanos, Gabriela; Grueso Delfín Ignacio y Rodríguez Mariángela, Coords. México: Programa Editorial Universidad del Valle-Miguel Ángel Porrúa, p.p. 61- 76.
  9. Semana (24 de febrero de 1997) DE SUEÑO A PESADILLA. Recuperado de https://www.semana.com/gente/articulo/de-sueo-pesadilla/31728-3
  10. Tarrow, Sidney G. (2012) El poder en movimiento. Los movimientos sociales, la acción colectiva y la política. Madrid, Alianza Editorial.

 

17 August 2021
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