Máelbrigte, El Guerrero Que Se Vengó Después De Muerto

Máelbrigte fue un noble escocés del siglo IX del que no se sabe mucho: que seguramente era de origen picto, que actuaba como caudillo en las tierras de Moray, un señorío en la costa del norte de Escocia (quizá fuese un mórmaer, una especie de gobernador provincial), y que se enfrentó a Sigurd el Poderoso, jarl o señor de las islas Orcadas. También se sabe que, debido a su dentadura prominente, le habían puesto de apodo “el Dentudo”. Todo esto se cuenta en la Saga de los Orcadenses, un relato, mezcla de historia y leyenda, sobre el dominio de los vikingos noruegos sobre estas islas y sus posteriores conquistas.

Sigurd Eysteinsson era jarl de las islas Orcadas, territorio dependiente de un reino de Noruega recientemente unificado por el rey Harald I. Sigurd había heredado las posesiones de su hermano, y muy pronto quiso aumentar sus dominios. Puso sus ojos en las costas escocesas, que le pillaban cerquita y, a partir del año 872 comenzó con las incursiones.

Hacia el 890, en el curso de su campaña sobre Moray, seguramente para acabar rápido y evitar muertes excesivas, el caudillo noruego desafió al escocés a una especie de duelo múltiple concertado, un enfrentamiento, en una fecha y lugar señalados, al que cada uno podía ir acompañado de sus cuarenta mejores guerreros. Allí lucharían hasta la muerte, y el vencedor se quedaría con los dominios de su adversario.

El caso es que Sigurd sería muy poderoso, pero también muy traicionero, y acudió al combate con el doble de hombres de lo convenido. Se cuenta que Máelbrigte vio desde lejos que cada uno de los caballos de la tropa de Sigurd mostraba dos piernas en el flanco y se dio cuenta de la traición, así que arengó a sus hombres y, como buen guerrero escocés, les exhortó a matar al menos a un enemigo antes de caer. La lucha que siguió a continuación fue feroz, pero los escoceses no pudieron evitar la derrota y todos fueron abatidos.

Después del combate, Sigurd decapitó a Máelbrigte y ató su cabeza a su silla de montar con una correa. Era un trofeo de conquista pero también una advertencia para cualquier noble desafiante de la zona que reconociese la cabeza por su famosa dentadura. Sin embargo, conforme el noruego regresaba a casa, se fraguaba la venganza de Máelbrigte. Sus dientes, prominentes y afilados, sobresalían de la cabeza y arañaban a Sigurd en la pierna mientras cabalgaba. Con el paso de las jornadas, el roce repetido terminó por abrir herida, y la pestilencia de la cabeza podrida provocó una grave infección que se llevó a Sigurd al otro barrio. Poco pudo disfrutar de su victoria; Máelbrigte había vengado de forma póstuma aquella traición, y Sigurd Eysteinsson, el Poderoso, pasó a la historia por tener una de las muertes más absurdas.

Fuentes:

  • http://www.medievalists.net/2014/05/top-10-strangest-deaths-middle-ages
  • WESTWOOD & KINGSHILL: The Lore of Scotland: A guide to Scottish legends, Radom House, 2012
  • Artículo de Javier G. Alcaraván (@iaberius). Este artículo también lo he publicado en Steemit.
22 October 2021
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