El Arte de la Poesia Española de Postguerra

Introducción

En la poesía española de la posguerra encontramos diversas tendencias de las que las más generalizadas fueron Dámaso Alonso clasificó como poesía arraigada y desarraigada, aunque su superación no puede considerarse tajante.

Los poetas arraigados o garcilasistas son los que, en el espacio ideológico de los vencedores, expresan una visión del mundo optimista y esperanzada, aunque no siempre exenta de una íntima angustia. Sus temas tradicionales son el amor, el amor y la religión.

Los poetas descarriados o existencialistas; en 1944 Dámaso Alonso publica Hijos de la ira, que expresa una visión desgarrada y sombría de la condición humana, con los largos versículos y un lenguaje violento e inusual, sirve como revulsivo contra los garcilasistas e inaugura una nueva sensibilidad poética. El estilo de los poetas es áspero, abrupto, directo con giros coloquiales y más preocupado por provocar emociones que por la perfección estética.

Aunque hay una gran diversidad de tendencias, la publicación de tres libros, Historia del corazón de Vicente Alaixandre, en 1954; Pido la paz y la palabra de Blas de Otero y Cantos Iberos de G. Celaya, en 1955, señalan el paso de la angustia existencial a la preocupación social. Los poetas descarriados pasa del yo al nosotros. La tendencia dominante es, pues, el realismo social, que pretende responder a un aquí y a un ahora, ante el que hay que tomar partido. La poesía es comunicación y quiere ser testimonio crítico de la época y erigirse en instrumento para remedir a los humildes y transformar el mundo. El poeta se dirige a la inmensa mayoría en un todo coloquial y con un estilo claro y sencillo, para hablar del tema de España y de otros, igualmente cercanos, como la solidaridad, el anhelo de libertad, la injusticia social… Los poetas descubrirán los valores estéticos de la lengua cotidiana y con ellos llegará la revalorización de Antonio Machado y de Miguel Hernández.

La Generación de medio siglo, Grupo poético de los 50 o Segunda generación de posguerra está formada por escritores nacidos entre 1925 y la guerra civil: Ángel González, Carlos Barra, Jose Ángel Valente entre otros.

Consideran que la poesía no es comunicación sino, ante todo, conocimiento o experiencia personal. Se pasa, pues, del nosotros a un yo que en una sociedad, pero también un yo íntimo y un yo poético que se revela en el lenguaje. Los temas frecuentes serán la evocación de la infancia, y de la adolescencia como paraíso perdido, el fluir del tiempo, el amor, el erotismo, la amistad, y también asuntos políticos y la metapoesía. Su lenguaje poético, muy depurado, mantiene, un tono conversacional, plagado de humor e ironía. En sus poemas, de estructura muy elaborada, predomina el verso libre aunque también cultivan formas clásicas. Entre sus referentes culturales, muy amplios, destaca la figura de Luis Cernuda.

Conclusión

En 1970 los poetas proclaman de nuevo la autonomía del arte, rechazan la métrica tradicional y buscan el experimentalismo formal y lingüístico en ocasiones con técnicas surrealistas. Por otra parte, propugnan el culturalismo y el esteticismo, por lo que sus poemas se llenan de artificios y de referencias culturales. Reaparece ahora por el gusto por lo decadente, lo exquisito y lo refinado y, a la vez que la cultura elitista, introducen los mitos contemporáneos del cine, del cómic, de la política, del deporte… La poesía vuelve a ser un arte minoritario.  

17 August 2021
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