Política Pública y las Instituciones Inclusivas en Colombia
Los profesores estadounidenses Acemoglu y Robinson analizan en su libro los diferentes aspectos que realmente hacen que algunos países del globo terráqueo sean prósperos y otros no. Todo esto sustentado en diferentes sucesos históricos, que muestran de manera sencilla por qué lugares, aparentemente similares, desarrollan economías muy diferentes, cuanto de peso tiene su clima, cultura, diversidad o geografía y por qué son las instituciones las que producen economías desarrolladas o por el contrario, se dedican a catapultar su infortuna realidad. Se debe resaltar que a este artículo de opinión le agrada la forma en que este par de económicos argumentan de manera sencilla el por qué la posición que ocupa cada nación en el sistema internacional, y lo que se propone este texto es exponer la relación de las políticas públicas con la prosperidad o el fracaso de los países, situándonos específicamente en el caso colombiano.
En primer lugar se dará una definición de lo que es una política pública y lo que son las instituciones respectivamente, acorde a lo que este texto se propone argumentar. Así que para la primera se expondrá dos definiciones que le sirven de base a este texto, así que se entenderá política pública como lo definen Meny y Thoening: “la acción de las autoridades públicas en el seno de la sociedad” y/o como lo hace Vargas Vásquez: “el conjunto de sucesivas iniciativas, decisiones y acciones del régimen político frente a acciones socialmente problemáticas y que buscan la resolución de las mismas.” De la misma manera entenderemos lo que son instituciones de acuerdo a lo dicho por el erudito Douglas North en su discurso titulado Institutions: Las instituciones son restricciones que surgen de la inventiva humana para limitar las interacciones políticas, económicas y sociales. Incluyen restricciones informales, como las sanciones, los tabúes, las costumbres, las tradiciones, y los ―códigos de conducta‖, como así también reglas formales (constituciones, leyes, derechos de propiedad).
Segundo, es necesario exponer que los autores del libro plantean, gracias a una investigación histórica realizada, que el patrón que se repite entre los países de economía desarrollada y con un alto índice de calidad de vida es que poseen instituciones económicas inclusivas, que no solo fomentan la destrucción creativa sino que también favorecen las relaciones de poder que hacen competitivas cualquier democracia. Ejemplo de esto, expuesto por los autores es el caso de la península coreana, dos naciones que comparten no solamente una misma posición geográfica, cultura, raza…etc. Sino también una misma historia, sin embargo a mediados del siglo XX producto de una guerra causada por diferentes enfoques ideológicos, Corea se divide en dos, una al Norte alineada con ideas socialistas y otra al sur alineada con ideas mucho más capitalistas. Este caso es propicio para demostrar de forma sencilla, porque las reglas y procedimientos que adopto cada país fueron decisivas para el desarrollo que hoy posee cada Corea. La del Norte se aseguró de un poder totalmente centralizado -que aunque favorece en parte la economía de cualquier país como lo aseguran los autores- no conto jamás con instituciones inclusivas que fomentaran el progreso. Por el otro lado, la economía de Corea del Sur, la cual ha sido denominada en la literatura como el milagro del siglo XX, no solo porque ha sido de los pocos países en la historia de la humanidad que logro salir de la periferia para ubicarse en la semiperiferia, en términos de la teoría del sistema-mundo, sino que también porque adopto instituciones inclusivas que fomentaron el progreso, así lo explican Acemoglu y Robinson qué condiciones debe cumplir una institución para que sea inclusiva:
Para ser inclusivas, las instituciones económicas deben ofrecer seguridad de la propiedad privada, un sistema jurídico imparcial y servicios públicos que proporcionen igualdad de condiciones en las que las personas puedan realizar intercambios y firmar contratos; además de permitir la entrada de nuevas empresas y dejar que cada persona elija la profesión a la que se quiere dedicar.
Llegado a este punto, se hace imprescindible escribir acerca de la hipótesis sobre la cual trabaja este artículo y es que las instituciones exclusivas son las que más tendrán que generar políticas públicas, porque debido a su imposibilidad de generar prosperidad, lo que hacen es generar pobreza y problemas sociales complejos. Para esto se usara el capítulo que el profesor del Massachusetts Institute of Technology, Acemoglu y el profesor de Harvad University, Robinson, le dedican a la democracia colombiana.
Aunque es algo frustrante que el capítulo se titule Por qué Fracasan Los Países Hoy en Día una vez lo lees, sabes cuánta razón tienen los argumentos exponen en el fragmento del texto en el que los autores se preguntan acerca de ¿Quién es el Estado? Pues el caso colombiano y su proceso de democratización está marcado por múltiples matices que incluso han hecho que algunos autores lo denominen como un Estado fallido, mientras otros, como Gutiérrez Sanín; un erudito colombiano que se ha dedicado a investigar sobre la democracia colombiana, descubre que Colombia no es un Estado fallido, solo es un Estado que posee una excepcionalidad particular, una doble dimensión en su democratización: la violencia y el orden. Así que: A pesar de que Colombia tenga una larga historia de elecciones democráticas, no tiene instituciones inclusivas. Su historia ha estado marcada por violaciones de libertades civiles, ejecuciones extrajudiciales, violencia contra los civiles y guerra civil… No todos los grupos armados de Colombia son comunistas.
Como se evidencia con la cita anterior, Colombia viene a representar, de nuevo, una doble excepcionalidad, porque los grupos armados no solo son comunistas –de quien se supondría legitime las instituciones exclusivas- sino que también son grupos paramilitares que surgieron de sectores con ideologías liberales y de derecha. Así que el libro desde sus primeros capítulos nos enseña que Latinoamérica posee instituciones extractivas porque fueron los colonizadores ibéricos, quienes nos conquistaron y las implementaron y erróneamente, después del proceso de emancipación, nuestros próceres independentistas y las elites a la que pertenecían no transformaron estas instituciones, sino que las fortalecieron. Hubo un problema grave de cambio, tal vez por eso este proceso no es denominado en gran parte de la literatura como una revolución, ya que estas se llevan a cabo de abajo hacia arriba, en términos de clases sociales, no de arriba hacia abajo como ocurrió en el caso del país.
Así que la nación, al seguir con los patrones de continuidad de las instituciones exclusivas y peor aún, al fomentar nuevas instituciones con esta característica, se ha ido condenando, ya que aunque ha tenido un gobierno centralizado, no ha logrado que el Estado haga presencia en todo su territorio, lo que problematiza aún más la coyuntura nacional y se ve obligado a implementar más políticas públicas, tales como Familias en Acción, Fenómeno de Habitabilidad de Calle y hasta de Restitución de Tierras. Este último producto de la poca capacidad que le han dejado sus instituciones al Estado para garantizar el derecho a la propiedad privada.
En conclusión, Colombia no necesitaría de tanta política pública si tuviera más instituciones inclusivas que exclusivas, esto último para aclarar que el país a través de su historia también ha ido implementando instituciones inclusivas, en parte gracias a la efectividad que le han generado sus políticas públicas. Dicho de otra forma, las políticas públicas son el resultado de las necesidades y problemáticas que van dejando a su paso las instituciones exclusivas en cada país y de alguna forma esta respuesta estatal, en el caso colombiano –un Estado en construcción- hacen que esas instituciones poco a poco adopten características inclusivas, que posicionan al país en la categoría en vía de desarrollo.