Los Paradigmas Del Siglo XX, Colombia

Cuando escuchamos hablar de paradigmas solemos asumir que se trata tan solo de ejemplos o creencias comunes a un grupo de personas o a una comunidad, incluso hay quienes piensan que se trata de creencias que necesariamente deben modificarse pues resultan de algún modo falsas, mientras que las que consideran como verdaderas escapan a la definición de paradigma. Sin embargo, esta concepción no resulta del todo cierta, pues la noción de paradigma se ha ampliado a otros contextos, como el ámbito filosófico o científico, en donde conocer a cabalidad su significado resulta de suma importancia para comprender la manera en que los saberes se han ido modificando con el paso de los años. Los paradigmas han sido la fuente principal de generación de conocimiento científico en todo el mundo, y Colombia no ha sido la excepción. Muchos integrantes de la comunidad científica colombiana se han valido de los paradigmas preexistentes para originar nuevos conocimientos y, por consiguiente, nuevos paradigmas científicos que han resultado importantes para el desarrollo de las ciencias en general y de las ciencias de la salud en particular, y que han tenido un impacto a nivel mundial. En este sentido resulta importante conocer cómo se construyen los paradigmas, de ese modo estaremos preparados para asumir las ciencias como estructuras dinámicas que se modifican progresivamente a partir de sí mismas y aprenderemos a adaptarnos de la mejor manera para no quedarnos estancados en viajas concepciones. Es por eso que en este trabajo se ha hecho una recopilación de algunos de los paradigmas científicos que se manejaban en Colombia durante el siglo XX, y como se han modificado a lo largo de las últimas décadas, destacando el trabajo de algunos de los más reconocidos científicos en el área de la salud de la época y sus aportes a campos como la medicina.

Para comenzar a tratar el tema de los paradigmas científicos en el contexto del siglo XX en Colombia, precisamos que se definan bien los términos paradigma y paradigma científico, pues, aunque están relacionados en el origen y esencia de su significado, no son entendidos ni aplicados de la misma manera. Un paradigma es definido como “todo aquel modelo, patrón o ejemplo que debe seguirse en determinada situación”1. Visto así un paradigma podría representar incluso creencias o modelos erróneos que son tomados como ejemplo solo por convención o tradición, puesto que se van a ver influenciados por el conjunto de experiencias, creencias o valores de un individuo o sociedad, debido a que son estos factores los que determinan como se percibe la realidad y la forma en la que se responde2. Un ejemplo de este tipo de paradigmas es la concepción de que los productos más caros son los de mejor calidad. Se trata de una conducta inconsciente que poseen muchas personas debido a que la sociedad ha establecido un modelo en el que aparentemente invertir cantidades elevadas de dinero nos hará obtener mejores productos. Sin embargo, esto no resulta cierto en todos los casos.

Por otro lado, para definir lo que es un paradigma científico debemos citar al conocido físico norteamericano Thomas Samuel Kuhn, quien en su obra The Structure of Scientific Revolutions los describe de la siguiente manera:

‘Considero que éstos son logros científicos universalmente aceptados que durante algún tiempo suministran modelos de problemas y soluciones a una comunidad de profesionales3’

En esta definición se engloban todos los aspectos presentes en un paradigma científico, a saber, que se trata de una teoría o conjunto de teorías reconocidas mundialmente como verdaderas y comprobables4, pero que son dinámicas, pues él mismo menciona que al ser sometidas constantemente a prueba entran en un período de “anomalía y crisis3”, lo que lleva posteriormente a la adopción de nuevos paradigmas que se convertirán en nuevas creencias, propias de cada una de las ciencias y que permitirán resolver problemas inherentes a dichas ciencias. De ese modo se entra en un ciclo que permite el avance de las creencias y los métodos científicos.

Una vez entendidos los paradigmas científicos es necesario ponernos en contexto sobre el desarrollo de las ciencias colombianas a través del siglo pasado. Abordar el tema de la historia de Colombia nunca ha sido fácil, pues sus hechos y acontecimientos más relevantes se encuentran teñidos de tristeza y dolor, con miles de inocentes afectados por períodos de guerra, violencia y mala gestión política.

Entre 1899 y 1903 comenzó el sigo XX en Colombia, afrontando uno de los hechos más representativos de toda su historia “El final de la guerra de los Mil Días, con la perdida de Panamá como consecuencia”. Tras este hecho Colombia y Estados Unidos firmaron un tratado titulado Thomson-Urrutia, en el cual Estados Unidos le pagó a Colombia 25 millones de dólares por haber apoyado la independencia de Panamá originando el periodo de “La danza de los millones”.

Durante esta época no se había logrado impartir en Colombia educación Laica y gratuita disponible para toda la población. Las ciencias y tecnologías del país estaban fuertemente influenciadas por jerarcas religiosos de la iglesia católica, quienes limitaban en gran medida los conocimientos producidos y evitaban que se generaran practicas científicas que condujeran al desarrollo de la nación. Incluso se puede afirmar que los científicos y las personas que se dedicaban a las ciencias en aquella época, no recibían el reconocimiento social que se merecían.

A pesar de haber iniciado de la peor manera, el siglo XX trajo consigo avances significativos para la comunidad científica de la época, En la década los 30, bajo la dirección de José Francisco Socarras, la Escuela Normal Superior de Bogotá funcionó como una Facultad de Ciencias Sociales de la más alta calidad, haciéndose de los docentes europeos que habían migrado a América Latina escapando de la recién terminada Guerra Mundial y la ola de fascismo que asolaba a España. Muchas sociedades científicas se constituyeron durante este siglo y nacen los primeros centros de investigación realmente científicos, como la Academia Colombiana de las Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (1933), la Sociedad de Ciencias Naturales (1912), el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional (1940) y el Instituto Geofísico de los Andes (1941).En 1936 la Universidad Nacional unificó las escuelas profesionales dispersas, creando las facultades de Química (1939) y posteriormente de Ciencias (1946).

En el campo de las Ciencias de la Salud, el siglo XX comienza con clara influencia francesa en la medicina colombiana. Roberto Franco en 1905, impulsó la creación de un laboratorio en el Hospital San Juan de Dios de Bogotá y la creación de la Clínica de Enfermedades Tropicales. Las Casas de Salud y Sanatorios, que nacen originalmente como un proyecto que atendería pensionados, se convertirían en una de las primeras sociedades médicas de la época, La Sociedad Clínica de Marly, que sería fundada por Carlos Esguerra y otros médicos eminentes. Durante esta época se mejoraron muchas de las técnicas utilizadas en la práctica clínica, el uso de antisépticos y soluciones fenicadas, así como la aparición de la anestesia, contribuyeron al mejoramiento de procedimientos médicos, como la cirugía. En 1902 se fundó la Sociedad de Cirugía de Bogotá por parte de Nicolás Buendía y otros médicos colaboradores.

Luego de esta pequeña síntesis histórica, que pone en contexto algunos de los avances que tuvo la nación en materia científica durante el siglo pasado, es preciso hablar de algunos de los modelos o paradigmas que fueron cambiados o modificados durante este período. En este punto, es necesario destacar que, en materia científica, a diferencia de en otras áreas, los cambios de paradigma suelen ser drásticos, debido a que las concepciones o modelos de creencias que se poseen sobre un tema suelen ser aceptadas como la verdad debido a que han sido probadas rigurosamente y son ampliamente aceptadas por una comunidad. Para esto podemos poner como ejemplo el caso de la física newtoniana, la cual a finales del siglo XIX era entendida como el culmen de la física y estaba ampliamente detallada; inclusive, Lord Kelvin llegó a decir en 1900, “No queda nada por ser descubierto en el campo de la física actualmente. Todo lo que falta son más medidas y más precisas4”. A pesar de ello, en 1905, Albert Einstein publica su trabajo sobre la relatividad especial, el cual desplazó a un segundo plano a la mecánica de Newton, que quedó relegada a un contexto de velocidades lentas, pues se quedaba muy atrás tratando de explicar lo que sucede a velocidades cercanas a la de la luz4.

Una vez dicho lo anterior, podemos entrar en materia sobre los paradigmas que han sido modificados en Colombia. Tal vez, uno de los descubrimientos científicos colombianos que ha conseguido un importante reconocimiento a nivel mundial es el del médico y químico tolimense Manuel Elkin Patarroyo, el cual fue el primero en desarrollar la primera vacuna sintética de la historia en 1987, la vacuna contra la malaria. Se trata de uno de los avances en inmunología más trascendentales de los últimos años, pues abre paso a un sinfín de nuevas posibilidades en este campo. En palabras del mismo Patarroyo, quien es actualmente profesor de la Universidad Nacional, este avance representa un “cambio de paradigma en la medicina5” puesto que sienta las bases para establecer parámetros que permitan elaborar y producir vacunas de forma artificial, sintética, modificando el viejo paradigma que establecía que la forma de obtener una vacuna era a través del organismo patógeno, vivo o muerto. De esta manera se podría prevenir y controlar mediante el uso de vacunas sintéticas muchas enfermedades infecciosas, que afectan a una gran parte de la humanidad y que cada año matan a cerca de 17 millones de personas.

Con su trabajo el doctor Patarroyo probó su premisa, la cual era sí se podían desarrollar vacunas sintéticas. El mismo dijo: “Lo importante era demostrar si el principio de todas las vacunas se podía hacer químicamente, y si eso era factible o no5”. Y después de exhaustivas investigaciones el doctor llega a unas conclusiones que pueden ser tomadas como premisas para el desarrollo posterior de vacunas sintéticas, esto es, desarrolló un nuevo paradigma:

  1.  “Para el desarrollo de una vacuna hay que hacer un reconocimiento de las secuencias de unión conservadas, puesto que los parásitos utilizan secuencias de unión conservadas y variables”.
  2.  “Las secuencias de unión conservadas no inducen defensas en un proceso de infección natural”.
  3.  “Las secuencias de unión conservadas no son inmunógenas”.
  4.  “Para resolver el problema tienen que cambiarse los aminoácidos críticos”.
  5.  “La carencia de antigenicidad e inmunogenicidad se debe a la alta homología con moléculas del sistema inmunitario. Desde hace 75 millones de años lo que han hecho estos parásitos es parecerse a las partes funcionales de nuestro sistema de defensas. Con razón no se han podido desarrollar vacunas en los últimos 120 años fuera de las que hay hasta ahora”.
  6.  “Para diseñar una vacuna, los residuos críticos tienen que ser cambiados por aminoácidos que el parásito nunca utilice cuando muta y que tampoco estén presentes en las moléculas del sistema inmune5”.

 

Otro hito científico que marcó un cambio de paradigma en la ciencia colombiana fue el realizado por el especialista en neurología clínica, neuropsicología y neuropediatría Francisco Lopera Restrepo, quien en 1984 comenzó a estudiar la “mutación paisa”, una mal que provocaba que las personas afectadas fueran perdiendo la memoria progresivamente, llamada como la mutación así porque muchos habitantes del departamento antioqueño incluso desde edades muy tempranas desarrollaban síntomas de esta enfermedad6; e identificó otras mutaciones como la del gen Notch 3 y la enfermedad de Wilson. En esta época la enfermedad de Alzheimer era conocida a escala mundial, aun así, nadie había podido demostrar que la llamada “bobera paisa” estaba relacionada con dicha afección y con exactitud no se sabía el porqué de la misma. El Dr. Lopera lo atribuyó a una mutación en el gen de la presenilina 1, el cual es uno de los genes en tres genes en los que la presencia de mutaciones causa la enfermedad de Alzheimer en su variante familiar presenil7. ¡Lopera había descubierto la población más grande del mundo con Alzheimer! Pero un hecho destacable de su trabajo es que finalmente se logró cambiar el paradigma que existía sobre la enfermedad en aquella época. La “bobera” era vista ante los ojos de la población como algo diabólico, como una maldición que había llegado a sus casas, ¿y los culpables? don Javier Sanpedro Gómez y doña María Luisa Chavarriaga Mejía una pareja española quienes trajeron el mal alrededor de los años 1750, se instalaron en la Angostura y fueron los primeros en padecer la enfermedad de la bobera, que empezaba con dolores de cabeza, luego con dificultades para caminar y hablar , y por último la desorientación total y perdida de la cordura, ellos le transmitieron el mal del olvido a sus hijos, y estos lo regaron a todo el poblado y a los pueblos aledaños y cada día más personas sufrían de la bobera fruto de “yerbazos y brujería”, Esta creencia que fue acepta como verdad durante dos siglos, fue desmentida gracias a los trabajos del Dr. Lopera, quien trabaja actualmente en un fármaco que ayude a las personas que tienen este gen a eliminarlo si lo toman 10 o 20 años antes de presentar síntomas, afirma que diariamente practica ejercicios de memoria porque teme olvidar todo, pues según menciona “ el olvido está lleno de memoria”.

El último caso que relataremos, que estableció un nuevo paradigma científico son los resultados que ha tenido la investigación del patólogo colombiano Pelayo Correa sobre el cáncer de estómago en las poblaciones del departamento de Nariño y su relación con la bacteria Helicobacter pylori8. Durante el siglo pasado todos los estudios que se habían realizado con respecto al alto riesgo de sufrir cáncer de estómago por parte de los habitantes de varios municipios nariñenses en lo alto de la Cordillera de los Andes, el cual es hasta un 25% más alto que los de otros departamentos del país9, estuvieron orientados hacia el estudio del árbol genealógico de las diferentes comunidades y a la presencia de mutaciones genéticas que predispusieran a los nariñenses al desarrollo de este tipo de cáncer. Correa introdujo a los estudios la conexión entre la infección con la bacteria Helicobacter pylori y la patología gástrica, valiéndose de los estudios de los investigadores australianos Robin Warren y Barry Marshall, quienes demostraron la relación causal de la ulcera péptica causada por la bacteria con el cáncer gástrico8. Con este descubrimiento la International Agency for Research on Cancer (IARC) determinó en 1994 que la infección por H. pylori era una causa primaria del cáncer gástrico, sin embargo, esa aseveración resulta incongruente si se compara la relación entre casos de cáncer gástrico e infección con H. pylori en algunas poblaciones, como en el continente africano, donde la tasa de infección con dicha bacteria es muy alta, pero los casos de cáncer relativamente bajos; el llamado “enigma africano”. O, de hecho, por mencionar un caso más cercano, las poblaciones de la costa Pacífica colombiana, que presenta una población infectada similar a la de las zonas andinas, pero los casos de cáncer son mucho menores8,9. Los estudios realizados por correa y otros importantes investigadores, apuntan a que el origen de las cepas de H. pylori con respecto al origen de los hospederos es un determinante fundamental en el desarrollo del cáncer, es decir, el riesgo de cáncer aumenta si el origen de las cepas de la bacteria y del hospedero provienen de distintos lugares8. La introducción de este nuevo factor en los modelos de estudio marca un cambio de paradigma, puesto que sienta las bases para que se realicen experimentos en diferentes lugares de América Latina buscando descartar otras posibles explicaciones, además abre camino para un tratamiento adecuado orientado a la prevención de la enfermedad, pues al conocer directamente un determinante causal, se hace posible evitar el desarrollo temprano de la enfermedad.

Al leer este escrito la mayoría queda impactado(¡y eso que citamos solo unos casos!) y preguntándose ¿cómo es posible que Colombianos hayan hecho descubrimientos y aportes a la ciencia tan importantes y “nadie lo sepa”?, es triste que muchas veces esto sea ignorado por un país en el que las oportunidades son pocas, si bien es cierto que “cada persona labra su destino y que algunas de estas investigaciones se hicieron con pocos recursos, hay que admirar el hecho de que en Colombia hay talento, Albert Einstein mencionaba que para lograr resultados diferentes hay que desafiar los paradigmas, y esto fue lo que hicieron estos honorables compatriotas quienes entendieron y aplicaron la frase de Eduardo Alighien, la cual refería que “el camino para llegar a nuestros sueños es también una lucha interna con los miedos, paradigmas y perjuicios que hemos adquirido, una lucha que solo a nosotros nos corresponde ganar”, sin duda alguna contra todo pronóstico cada uno de ellos ganó su lucha y nos hicieron reflexionar en ¿cómo sería el mundo si todos aceptáramos como respuesta la peligrosa frase de “siempre lo hemos hecho así”? afortunadamente las mentes innovadoras que están dispuestas a cambiar eso que debe ser cambiado han estado presentes a lo largo de la historia para atreverse a intentar cosas nuevas en favor del avance de la ciencia y la salud, generando grandes transformaciones. 

24 April 2021
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