Prácticas Docentes Verticales En La Educación Actual

 

Desde las teorías del aprendizaje y las diversas corrientes psicopedagógicas por las cuales ha transitado la educación históricamente, se ha reconocido la importancia del docente en los procesos educativos dejando de ver al profesor como el centro en el proceso de aprendizaje y como poseedor de la verdad absoluta para promover al docente como el principal agente de cambio social, un agente de transformación no solo en el proceso educativo de sus estudiantes sino de sí mismo.

Pero entonces, ¿porque la educación actual aún sigue promoviendo modelos o prácticas educativas verticales donde el docente es el principal protagonista de dicho proceso y mediante el cual se siguen promoviendo las prácticas de corte funcional mecanicista? ¿Porque a pesar de que las nuevas teorías y perspectivas crítico-constructivistas perfilan al docente como una agente de cambio, algunos siguen desempeñando el papel que les fue heredado en los modelos educativos tradicionalistas?

La educación institucionalizada ha sido cómplice de la alineación perversa para el cumplimiento de las metas esperadas por la clase dominante, no es consciente del doble papel a la que está sometida. Por un lado, realiza labores de formación e instrucción académica y por otro, funge como brazo ejecutor en la conversión de sujetos obedientes y adaptados.

Por lo tanto el docente debe comprender primeramente cual es el contexto socio cultural actual y comprender su propio contexto personal, es decir, debe comprender que la labor docente es la de educar y no escolarizar, por ende, el docente debe verse como un investigador y un profesional de la educación capaz de desarrollar una visión crítica del curriculum, más que como un operario de prácticas y procesos educativos.

En el ejercicio de la docencia, al estar inserto en la dinámica pedagógica, debemos desarrollar el rol de educadores reflexivos, orientando nuestras reflexiones hacia la forma en cómo se desarrolla el proceso curricular. Por tanto, cabe preguntarse, los educadores ¿están preparados para reflexionar en torno a sus prácticas?

Lo anterior demanda entonces, conocer los diferentes modelos pedagógicos y desarrollar practicas con un enfoque crítico, pero no sin antes como ya se mencionó, de las propias prácticas y la relación dialógica con nuestro propio contexto. En ese contexto debemos cuestionarnos primeramente si somos docentes reproduccionistas o pasivos, o bien, docentes progresistas.

Esta realidad permite afirmar que existen establecimientos con una estructura organizacional simple y burocrática, que no propicia la formación de profesores reflexivos, deficiencia que se incrementa más cuando las unidades técnico pedagógicas y las direcciones están dirigidas por profesionales que no tienen una preparación que permita establecer una postura que responda a las necesidades de la institución, desarrollando una instruccionalidad en el aula, y no una gestión curricular de aula.

Entonces es importante comprender que las prácticas educativas y en general la educación, han transitado por procesos de desarrollo e investigación que han consolidado al sistema educativo y económico posmoderno, el cual responde a demandas globalizadas neoliberales de grandes emporios comerciales, por lo que ¿es la educación víctima de este sistema o es la mano ejecutora del sistema? Comprender y reflexionar sobre la práctica docente permitirá que no seamos instrumentos de manipulación, dominación o coerción social.

En una sociedad que crece continuamente entre el número de sus habitantes y que cuyas necesidades biológicas también crecen, se arraiga cada vez más el individualismo en la sociedad neoliberal y de consumo al grado que el ritmo de vida fluye con una rapidez impresionante que simplemente “se nos va de las manos” a tal alegoría Zigmunt Bauman le denomino la sociedad liquida, y mientras los procesos de vida parecen estándares prefabricados y amoldados de tal forma que un individuo no puede dejar de sentirse inútil o fracasado (o ambas) es entonces nuevamente que la educación es la respuesta para contrarrestar esos estados o niveles de conciencia.

Así, “la teoría técnica mira a los profesores como operarios que manejan las técnicas curriculares, desarticuladas de su contexto… la teoría practica considera a los profesores como agentes morales, responsables de la toma de decisiones en su salón de clases y su escuela”.

Conclusión

Si la educación tiene como finalidad llevar al individuo a actuar en la realidad para enfrentarse a situaciones nuevas, actuando de manera consiente, eficiente y responsable, es obvio que el individuo tiene que aprender a actuar.

La enseñanza debe tener por objetivo el de orientar la experiencia del educando a fin de llevarlo a aprender por sí mismo lo que le permita desenvolver todas las posibilidades que desarrollen su personalidad plena y lo lleven a la realización personal así como al descubrimiento de todas sus virtudes.

El alumno a través de la enseñanza activa gana confianza en sí mismo y aprovecha de manera más eficiente su capacidad de aprendizaje; las teorías socioculturales y humanistas promueven entonces la búsqueda de la elaboración y la reflexión del individuo de forma autónoma a través de procesos que se asocian con aspectos sociales.

Tener a las escuelas en la actualidad y los procesos educativos de alguna manera activos gracias a la tecnología y medios de comunicación como el internet, es un hecho sin precedentes por lo tanto, ya es histórico pues la escuela sigue funcionando desde los hogares de los alumnos y docentes. En esta época para seguir manteniendo a la escuela vigente alumnos, docentes y padres de familia realizan un esfuerzo también sin precedentes para investigar, probar y aprender nuevas tecnologías, aplicaciones y metodologías de enseñanza-aprendizaje con la esperanza de mantener la operatividad de la escuela, pero ¿basta solo con aprender recursos y metodologías para garantizar la subsistencia de las escuelas? Parece entonces que contextualizar el aprendizaje, la enseñanza y el momento que se vive justo ahora, debería ser el primer paso antes de dar inicio a cualquier proceso educativo.

Desde esta perspectiva “la escuela es uno de los lugares donde se puede efectuar la conexión de lo histórico con lo actual, donde se puede evocar la memoria colectiva con objeto de educar a los estudiantes a que ubiquen sus propias historias dentro de nuevas formas comprensión y de nuevas relaciones sociales” 

Referencias

  1. Rodríguez Huerta Juan Carlos (2015) Teorías psicológicas del aprendizaje, Antología del módulo III del diplomado en formación docente, FESC-UNAM.
  2. Freire Paulo (1968) La teoría anti dialógica, Pedagogía del oprimido.
  3. Morris, C. G., &Maisto, A. A. (2005).  Aprendizaje. Introducción a la Psicología. (pp. 144-178).
  4. Mora Donoso Marcela (2016) El educador como agente reflexivo en el proceso de formación educativa, Revista Horizontes educacionales.
  5. Coll, Cesar; Jesús Palacios y Alvaro Marches; (2000). Desarrollo psicológico y educación. (Cap. 6) Referido en la antología Teoría del aprendizaje I, compilada por Cruz R., Laura.
  6. Schunk, D. H. (2012). Teorías del aprendizaje. Una perspectiva educativa.
  7. Gutiérrez A. (2003) El proceso educativo desde los enfoques centrados en el aprendizaje.
  8. Rodríguez Arocho W. y Alom Alemán A. El enfoque sociocultural en el diseño y construcción de una comunidad de aprendizaje.
06 Jun 2021
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