Propaganda Como Control Y Pensamiento De Los Nazis
Introducción
La radio como instrumento de unión entre las brechas sociales. Con Hitler ya en el poder como canciller en 1933 y Joseph Goebbels como ministro de propaganda, la radiofonía llega a su máximo esplendor a través del control totalitario de los medios, con el principal objetivo de crear dentro de la población un pensamiento único caracterizado por el sentimiento nacionalista del partido Nazi. Después de la república de Weimar junto con la caída de la bolsa de New York en 1929, la población alemana especialmente la clase obrera está sumergida en la extrema pobreza, la hambruna y el desempleo.
Desarrollo
El pueblo expresa sentimientos de ira, frustración hasta rabia en contra de un gobierno que no busca el bienestar de todos los alemanes, frente a la situación Hitler se presenta como el salvador de la patria, desde su aparición en el Partido Nazi hasta el comienzo de la guerra, toma como técnica de manipulación de masas buscar sentimientos característicos en la población, que fácilmente pueda convertir, por ejemplo la rabia en un único sentimiento de superioridad que, a la vez generen en la población el nacionalismo extremo buscado por Hitler, como lo manifiesta Pineda Cachero.
‘La fabricación de dicho sentimiento los llevará a la destrucción del enemigo, la generación de unidad grupal y aspiraciones nacionales dentro de la comunidad”. Tomando en cuenta la fragilidad de la época por la que pasan los ciudadanos, Hitler aprovecha la radio como un instrumento para difundir la palabra hablada basada en estos nuevos sentimientos creados, con el fin de desechar a los más débiles, indecisos o hasta opuestos para crear un pueblo más fuerte con admiración hacia el Führer y adeptos hacia el estado Nazi. Por ejemplo, para incentivar más estos sentimientos nacionalistas.
La radiodifusión alemana se encontraba unificada en una sola empresa monopolizando el mercado Hernández Narváez lo que deja evidente el principal objetivo de la propaganda y la importancia de la radio para su difusión; con la disposición de todas las emisoras locales bajo su control absoluto consiguió realizar una gran convención popular en la que Hitler era el orador más eficaz, mediante la persuasión logró conquistar el corazón de la multitud en medio de la crisis a través del uso de la parte irracional del ser humano es decir, los crecientes sentimientos nacionalistas. Por tanto, el uso de la radio.
Se vuelve cada vez más importante en la propaganda de Hitler para alcanzar el primer objetivo antes de la expansión; crear una sola masa de personas con un mismo sentimiento en común. De igual manera que Hitler utilizo esta estrategia de masas para manipular el enojo de la población busca otras formas para seguir captando su atención y mantener al pueblo unido, esto lo consigue Goebbels a través de uno de los principales principios de la ideología nazi, el antisemitismo, debido a que según Hitler, el problema más importante que debía resolver Alemania, era el racial, especialmente el judío.
Puesto que, tomando en cuenta en la situación socioeconómica en la que se encontraba el país, se debía buscar un culpable a la desgracia de los alemanes, como consecuencia Hitler señala a los judíos como principales factores de la derrota en la primera guerra mundial y lo implanta como uno de sus principales principios de la ideología en su propaganda, lo que causó en la población un mismo sentimiento de odio hacia una “raza diferente”, por lo cual Hitler busca en la sociedad dos sentimientos que pueda manipular para convertir a las masas en extremos nacionalistas y antisemitas.
Es decir, moldea la personalidad de la población a su conveniencia para posteriormente lograr la expansión. Hitler cuando escribió su libro “Mi lucha” en 1925 ya sabía que la propaganda a través de la radio era un instrumento fundamental para obtener el apoyo y ejercer el poder absoluto ante la población, tomando en cuenta que, para una persuasión eficaz solo se necesita enfocarse en determinados hechos, procesos y necesidades que las masas deben saber sobre su gobernante. Goebbels después de hacerse con el control totalitario de la radiodifusión tiene como próximo objetivo proporcionar a todo el pueblo alemán radios económicas.
Que les permitan a cualquier ciudadano oír desde cualquier parte del país los mensajes proporcionados por el Fürer o la programación realizada por el ministerio de propaganda, con el fin de mantener a toda la población en un bucle interminable de mensajes emocionales mediante eslóganes cortos de adoctrinamiento que, realcen la figura de supremacía alemana debido a que “los slogan padecían de simpleza hasta tal grado de que el más estúpido lo creyera” Hernández Narváez, por ende, “se emplea la manera de que la gente entienda poco y olvide mucho”. Por ejemplo, Goebbels potenció la fabricación de un modelo de receptor.
Que fuera asequible para todos los hogares. Este aparato tomó el nombre de VE301 Volks Empfänger, o radio del pueblo y que debido a su precio poco a poco fue aumentando en la población de cuatro millones a dieciséis entre 1933 a 1934. A través de este radio se potenció uno del eslogan más repetido como forma de retención constante de la superioridad alemana era: Ein Volk, ein Reich, ein Führer (un pueblo, un imperio, una guía) en el cual se muestra un anuncio unilateral, con el fin de excitar a realizar una acción, es decir, la exaltación del alemán y su nacionalidad.
De esta manera Goebbels consiguió que la voz de Hitler llegara a todas las casas de Alemania y con ella, su mensaje. No obstante, no solo realizaba esta persuasión de masas a través de la forma oral, puesto que, hasta la numeración de la radio hacía referencia al día exacto en que Hitler alcanzó el poder, el 30 de enero de 1933; incluso el diseño ensalzaba los símbolos del régimen de tal manera que en la parte frontal aparecían un águila y una esvástica. La desesperación de control del gobierno alemán cada vez era más notable entre la población comenzando por el nuevo modelo realizado por Goebbels.
La DKE38 todavía aún más barata que la anterior y también apodada por los ciudadanos como ‘el hocico de Goebbels’. Estos aparatos tenían una serie de deficiencias técnicas y a través de ellos solo se podían escuchar las emisoras del régimen, puesto que la estrategia de Goebbels fue modificar el dial de los aparatos con el fin de que solo aparecían las emisoras locales, consiguiendo así poco a poco el control absoluto de los ciudadanos también a través de la información limitada. Por otro lado, también hay que destacar que, en el momento de la venta, todo ellos venían acompañados de una indicación.
Conclusión
Escuchar emisoras extranjeras es un crimen contra la seguridad nacional y contra nuestro pueblo. Es una orden del Führer, y su no cumplimiento será castigado con prisión y trabajos forzados por lo que aquí aparece otro de los sentimientos utilizados por Hitler para controlar a la nación: el miedo al igual que existía un incentivo al nacionalismo se utilizaba la persuasión por la fuerza con el fin de que, ninguno de sus opositores algunos obreros y otros partes de la iglesia, le pudieran quitar el poder en cada uno de sus discursos hacía referencia al llamamiento a la violencia o a la fuerza militar.