Reseña y Resumen de Tolstói: Cuanta Tierra Necesita un Hombre
Introducción
El escrito ¿cuánta tierra necesita un hombre? Fue redactado en el año 1886. Es una metáfora sobre la profunda ambición humana y donde seremos testigos de los daños físicos que podemos llegar a causarnos por obtener lo que queremos a toda costa. La historia de Pajóm transmite una gran enseñanza para todas las personas que lo lean, asiendo poner en dudas lo que es verdaderamente importa en la vida.
El de este relato es León Tolstói. Nació el 28 de agosto/9 de septiembre del 1828. Fue un novelista ruso, considerado como uno de los escritores más importantes de la literatura mundial. Las dos obras mas importantes de León son: Guerra y paz (1869) y Ana Karénina (1877), las mismas están considerada como la cumbre del realismo ruso.
Recibió varias nominaciones para el Premio Nobel de Literatura desde el año 1902 a 1906, también fue nominado para el Premio Nobel de la Paz en el año 1901, 1902 y 1910; pero nunca ganó, para muchos ha sido una gran falla en el premio Nobel, para otros como para mi un misterio.
Resumen
I
Un día cuando la hermana mayor fue a visitar a su hermana menor al campo, tuvieron una discusión acalorada, sobre quien vivía más estable, si la hermana mayor que vivía en la ciudad con su esposo comerciante o la menor que vivía en el campo, trabajando la tierra. Mientras todo eso pasaba, Pajóm, el señor de la casa, pensaba en que lo único que necesitaban era mas tierra, y decía que ‘si tenía mucha tierra no le tendría miedo ni al mismo Diablo’; lo que no sabia era que el diablo lo estaba escuchando.
II
Cerca del pueblo vivía una dama que era propietaria de un terreno de mas o menos trescientos acres. Después de ver contratado a un viejo soldado para que la ayudara con el manejo de su propiedad, la relación que tenia con los campesinos fue diferente ya que este le ponía muchas murtas cada vez que su ganado iba a su propiedad.
En el invierno llego la noticia de que la dama vendería su tierra y el dueño de una posada la estaba negociando. Cuando los campesinos se enteraron de eso se turbaron y pensaron en que si la tierra fuera del dueño de la posada seria peor para ellos. Entonces los campesinos hablaron con la dama para que le vendieran el terreno a ellos, la dama acepto. Luego de eso los campesinos trataron de poner de acuerdo pero no pudieron llegar a nada, así que decidieron comprar la tierra de forma individual según su posibilidades.
Pajóm oyó que uno de sus vecinos compraría una parte en efectivo por adelantado y que dentro de un año pagaría lo siguiente. Después de consultar con su esposa la necesidad de tierra que tenían, pensaron juntos y con el ahorro más un préstamo a su cuñado, fueron y con un apretón de manos y el documento ya tenían una granja de cuarenta acres, con un poco de bosque. Pajóm tenia su propia tierra y pidió semillas prestadas. Luego de un año pudo liquidar sus deudas.
III
Cierto día, Pajóm estaba sentado en su casa cuando un campesino que pasaba por el pueblo llamó a la puerta. Se quedo a pasar la noche. Pajóm le pregunto de donde venia y él dijo que venia de más allá de Volga. Entre palabra y palabra comento que mucha gente se estaba estableciendo allá, que la tierra era muy buena y le conto una anécdota de un campesino que había llegado sin nada y que hoy ya tenia seis caballos y dos vacas.
Pajóm pensó que no tenia que sufrir la sobrepoblación que estaba viviendo, así que pensó en vender su tierra y casa y con el dinero empezar de nuevo, pero tenia que ir a ver si era cierto, así que para verano estaba listo para partir. Cuando llego era todo justo como le dijo el campesino, los campesinos tenían tierra abundante. Después de saber todo lo que deseaba, volvió a su casa y en verano después de ver vendido todo se fue con su familia.
IV
Después de ver hecho los papeleos, se le proporciono 125 acres divididos en campos diferentes, además del uso de los pastizales de la comuna. Pajóm construyó los edificios que requería y compró ganado. Era diez veces más rico de lo que había sido. Tuvo buena cosecha de trigo en la tierra comunal por un año, pero quería seguir sembrando trigo, pero no tenia suficiente tierra y la que había utilizado no era accesible; porque en esa parte el trigo solo se da en tierra vírgenes o barbechada. Pajóm rento tierra por un año y obtuvo una buena cosecha, pero las tierras estaban lejos de la cuidad y tenia que cargarse.
Pasaron tres años y aunque le estaba yendo bien y hasta acumuló riqueza no se sentía conforme ya que las tierras no eran suyas y tenia que pelear cada año por ellas. Entonces comenzó a buscar tierras, y encontró a un campesino que quería vender mil trescientas acres baratas, después de regatear llegaron al precio plausible mil quinientos rublos, una parte en efectivo de ante manos y la otras para después. No terminaban de llegar a un acuerdo cuando un rentista se detuvo en la propiedad de Pajóm para darle de comer a su caballo. Tomaron té y comenzaron a platicar. El rentista comenzó hablar de que venia de las lejanas tierras de los bashkires, donde había comprado 3,300 acres de tierra por mil rublos. Pajóm lo interrogo y el negociante le dijo: ‘todo lo que tienes que hacer es hacerte amigo del jefe. Regale ropa de seda y manteles, además de una caja de té y vino a quien quiera, así lo hice yo. Le enseño a Pajóm el titulo de la propiedad que decía: ‘La tierra se extiende cerca de un río y toda la pradera es tierra virgen’. Pajóm lo lleno de preguntas y el le dijo: ‘Hay allá más tierra que toda la que pudieras cubrir si caminaras durante un año y toda pertenece a los bashkires. Son tan simplones como borregos y uno puede obtener tierra casi por nada’.
‘Ahora sí’, pensó Pajóm, ‘con mis mil rublos ¿por qué habría que tener nada más mil trescientos acres y, por si fuera poco, llenarme de deudas? Si los llevo allá, podré tener diez veces más por el dinero’.
V
Pajóm investigo sobre la llegada y tan pronto como se fue el comerciante, él y su sirviente emprendieron el viaje. Compraron los regalos en un pueblo vecino tal como el comerciante le había aconsejado. Llegaron después de 7 días al lugar donde los bashkires tenían sus tiendas. Era todo exactamente igual como el comerciante le había dicho, eran despreocupados, ignorantes, corpulentos y alegres. No sabían ruso pero eran de buena naturaleza. Cuando vieron a Pajóm lo rodearon. Se encontraron a un interprete y este les hizo saber a los bashkires que venia a comprar tierra. Ellos estaban fascinados por la noticia, Pajóm le entrego los regalos y se alegraron aún más.
VI
Mientras los bashkires peleaban apareció el jefe con un gran gorro de piel de zorro. Pajóm de inmediato busco lo mejor para dárselo, el jefe acepto. Los bashkires comenzaron a explicarle, y después se dirigió a Pajóm en ruso: ‘ que así sea . coge tanta tierra como quieras tenemos mucha’.
Pajóm le dijo que necesitaba escritura ya que los tiempos pasan y quizás los hijos de ellos pueden quitárselo. El jefe le dijo que no había problema que podían ir a firmar los papeles, que solo tenia que dar 1000 rublos y todo lo que pisara por ese día seria suyo. Pajóm estaba impresionado y dijo: ‘Pero en un día yo puedo cubrir mucho terreno’, dijo. El jefe se rio y dijo: ‘Será tuyo entonces!’, dijo. ‘Sólo hay una condición: si no regresas el mismo día al lugar de donde partiste, pierdes tu dinero’. Pajóm pregunto como marcaria su territorio y el jefe le dijo que hiciera hoyos la veces que necesitaba. Pajóm emocionado decidió salir a la mañana siguiente y se fue a dormir en la cama que le habían acomodado.
VII
Pajóm permaneció despierto toda la noche, pensando en todo lo que haría con sus tierras, solo durmió un rato antes del alba. No acababa de cerrar los ojos cuando tuvo un sueño. Soñó que estaba recostado en la misma tienda y que oía que afuera alguien se reía entre dientes. Se preguntaba quién podría ser; se levantaba y al salir veía al jefe bashkires sentado enfrente de la tienda. Acercándose al jefe, Pajóm preguntaba: ‘¿De qué se ríe?’ Pero entonces se percataba de que ya no era el jefe, sino el negociante. Y cuando le iba a preguntar ‘¿Has estado allá mucho tiempo?’, vio que ya no era el negociante, sino el campesino que había venido del Volga. Vio luego que ya tampoco era el campesino, sino el mismísimo Diablo, con pezuñas y cuernos, quien estaba allí sentado y riéndose y que frente a él estaba un hombre descalzo, postrado en el suelo, vestido únicamente con pantalones y camisa. Y Pajóm soñó que veía con más atención qué clase de hombre era el que estaba allí tirado y veía que el hombre estaba muerto y que era él! Se despertó horrorizado.
Que sueño pensó. Levanto a su sirviente y fueron a medir la tierra junto con los bashkires.
VIII
Al llegar el jefe se acerco a Pajóm y le dijo: ‘toma todo lo que quieras’. Los ojos de Pajóm brillaron, todo el suelo era virgen. El jefe puso su gorro como punto de partida y Pajóm saco su dinero y lo puso encima y partió.
Durante un momento considero por donde inicial, todo era tentador, pero no le dio mucha importancia para no perder tiempo, además toda era buena tierra. Pajóm empezó y al cabo de unas mil yardas cavó un hoyo y amontono pasto para que sea mas visible. Siguió caminando y marcando las millas, pero se sintió cansado y decidió descansar, tomo agua y pan pero no se recostó para no quedar dormido. Siguió caminando pensando en que no importaba sufrir una hora si tendría toda una vida por delante.
IX
Pajóm caminaba y caminaba, pero aun estaba lejos del lugar, se decía una y otra vez: ¿qué voy hacer? Por abarcar tanto arruiné el negocio. No llegare. Este temor lo hacia perder más el aliento, corría y corría aunque con temor a morir, pero no se detenía. Escuchaba a los bashkires vociferando y gritándole, sus gritos aumentaron su ánimo, reunió sus últimas fuerzas y siguió corriendo.
El sol se estaba ocultando, ya estaba muy bajo pero él también estaba cerca de su objetivo. Podía ver el gorro y al jefe. Pajóm recordó el sueño y se pregunto si Dios lo dejaría vivir en todas las tierras. Cuando estaba apunto de llegar todo se oscureció miro hacia arriba – el sol se había puesto!. Desesperado pensó que todo había sido en vano, pero se dio cuenta que a la distancia de los bashkires aun faltaba. Cuando subió vio al jefe riéndose y recordó el sueño y rompió a llorar, sus piernas ya no daban mas y cayó hacia delante alcanzando a tocar el gorro con sus manos. El jefe exclamo ‘cuanta tierra gano’. el sirviente fue a levantar a Pajóm pero él estaba muerto, los bashkires chistaron con la legua para mostrar su condolencia. El sirviente cogió la pala y cavó una tumba. Dos metros de tierra, de la cabeza a los pies, era lo único que necesitaba.
Comentario critico argumentado.
Después de leer dos historias de León (Ilia y ¿cuanta tierra necesita un hombre?) e investigar las características de algunas más me he dado cuenta que su literatura traen consigo una cosmovisión social basada en una estructura jerárquica de las clases. A pesar de que es brillante la forma en que con un cuento tan corto puede transmitir una enseñanza tan clara, creo que no todas las personas con dinero son avariciosas, y mirándolo desde otra perspectiva me parece que quisiera transmitir que ser conformista es algo bueno, y para mi no es correcto tener las mismas aspiraciones mediocre; pero tampoco me mal interpreten se que el dinero no da la felicidad, pero no creo que nadie viva feliz no teniendo nada y viviendo en la desgracia.
Conclusión
Siempre andamos buscando la felicidad en los que aún no tenemos, decimos que estaremos plenos cuando consigamos un buen empleo, luego cuando tengamos una casa y así sucesivamente, porque cuando se termina ese pequeño instante de felicidad por obtener lo que queríamos, la dopamina que irradia ese instante desaparece con el tiempo y se crea otra necesidad, otra cosa la cual alcanzar, pero ¿quien nos da la certeza de qué seremos felices después de que cumplamos todo lo que queremos?
Tenemos que ser conforme con lo que tenemos, pero no limitarnos a poder cambiar nuestra circunstancia y eso fue justo lo que le falto al personaje principal (Pajóm) no supo encontrar el limite y por eso perdió todo en un instante.
Siento que este relato tiene muchas historias escondidas, ya que a veces dejamos a nuestra familia por buscar mejores oportunidades para ellos, pero perdemos la vida y no tenemos oportunidad de gozar todo lo que quisimos. A veces nos sobre poblamos de tanto trabajo, proyectos y demás y perdemos el tiempo de disfrutar la vida y lamentablemente la vida pasa aunque no queramos.
Bibliografía
- Ilia. Consultada el 12 de mayo 2020, obtenida de https://ciudadseva.com/texto/ilia/
- Tolstoi León ¿Cuánta tierra necesita un hombre? Consultada el 9 de mayo del 2020, obtenido de: https://ciudadseva.com/texto/cuántatierranesecitaunhombre