Riesgos Para La Salud De La Mutilación Genital Femenina

La OMS define la mutilación genital femenina (MGF) como todos los procedimientos consistentes en la resección parcial o total de los genitales externos femeninos, así como otras lesiones de los órganos genitales femeninos por motivos no médicos. La MGF es considerada internacionalmente como una violación de los derechos humanos de las mujeres y las niñas. La OMS, a su vez, establece varios tipos de MGF:

  • Tipo 1: Resección parcial o total del glande del clítoris.
  • Tipo 2: Igual que el 1 más resección de labios menores.
  • Tipo 3 o infibulación: estrechamiento de la abertura vaginal.
  • Tipo 4: Otros procedimientos lesivos como punción, perforación o incisión.

Epidemiología

Esta práctica se suele realizar principalmente en países del África Subsahariana, y en menor medida en algunos países de Oriente Medio y Asia. Según datos de la OMS, más de 200 millones de niñas y mujeres vivas actualmente han sufrido la MGF.

En España, la situación es parecida a otros países de la Unión Europea, aunque según datos del INE2, la inmigración proviene principalmente de Marruecos, Sudamérica y otros países de Europa. Si contabilizamos la población que vino a España en 2016 procedente de países subsaharianos estaríamos en torno a 150.000 personas. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los inmigrantes que vienen son varones, que buscan un trabajo para enviar dinero a sus familias. Por los datos que disponemos la mayor parte de casos de MGF en España se dan en estas familias de inmigrantes.

Por lo tanto, es un reto para el personal sanitario enfrentarse con estas situaciones, que pueden oscilar desde niñas a las que ya se le ha realizado la MGF en sus países de origen a niñas a las que se les realiza la mutilación genital en España.

Motivación para realizar una mgf. Un caso real 

Para comprender las razones por la que se practica la MGF vamos a ejemplificarlo con la primera condena en España por MGF3, del año 2011.

En 2009 la Sra. Nyuma llegó de Gambia a España junto a su hija para reunirse con su marido el Sr. Mamadou. En ese año la pareja contactó con un curandero, del que no se pudo saber su identidad, para practicarle la MGF a su hija. Los padres durante el juicio adujeron razones de creencia.

Según sus valores culturales las mujeres que no tienen mutilados los genitales son impuras y no aptas para el matrimonio. Además, como se cuenta en la condena, la madre no sabía hablar castellano y la única manera para socializar era integrarse en la comunidad gambiana, de tal manera que se vio presionada para realizar la MGF a su hija. Finalmente se condenó a seis años de prisión al padre y a dos años a la madre.

De este ejemplo podemos sacar la conclusión de que la MGF se realiza por motivos culturales y religiosos principalmente. Pero también que algunas mujeres las realizan para no verse excluidas del resto de la sociedad, algo que en España deberíamos de atajar de raíz ayudando a la inmigrante a que se sienta aceptada por nuestra sociedad desde el principio.

Riesgos para la Salud

Las complicaciones para la salud pueden ser tanto físicas como psicológicas. Normalmente se clasifican en:

  • Complicaciones agudas son: dolor, shock hemorrágico, retención urinaria, infecciones de la herida, fracturas, estrés traumático.
  • Complicaciones subagudas: Anemia, hepatitis vírica, VIH, infecciones urinarias de repetición, retraso en el crecimiento de las niñas, abscesos, úlceras, miedo, angustia, estrés postraumático.
  • Complicaciones a largo plazo: Insuficiencia renal por infecciones urinarias de repetición, incontinencia urinaria, dismenorrea, salpingitis, dispareunia primaria, disminución del deseo sexual, anorgasmia, infertilidad, dificultad durante el parto, sentimientos de vergüenza, terrores nocturnos, trastornos de la ansiedad y depresión.

Tampoco debemos olvidarnos de la posible exclusión social que pueden pasar las mujeres que se nieguen a realizarse la MGF.

Detección y prevención

Ante esta práctica con tanto arraigo cultural en determinadas etnias, el trabajo preventivo por parte de los profesionales sanitarios es especialmente complejo, teniendo que realizar una doble actuación a nivel individual y a nivel comunitario, basándose siempre en las guías y recomendaciones que distintas instituciones realizan periódicamente.

Se hace imprescindible mantener una relación médico-paciente continuada en el tiempo con el fin de trabajar con familias vulnerables a la práctica de la MGF, para concienciarles de los riesgos y las consecuencias nefastas de esta práctica.

Una medida especialmente interesante para la prevención de la MGF en nuestro medio consiste en el llamado Compromiso Preventivo. En este documento, el profesional certifica la buena salud de la niña, mientras que los padres se comprometen a cuidar a su hija y a no realizar una MGF. Se recomienda utilizar este documento siempre que haya una situación de riesgo, como que los padres estén a favor de la MGF o la próxima realización de un viaje al país de origen.

El Compromiso Preventivo no tiene ninguna validez legal, pero sí que tiene la llamada “eficacia simbólica”, cuya utilidad radica en su uso para oponerse a la práctica de una MGF en un viaje al país de origen. Teniendo en cuenta su similitud con un documento oficial, puede esgrimirse como motivo para no poder realizar la MGF ante la insistencia de (normalmente) las abuelas de las niñas, principales agentes de la transmisión de esta práctica que perciben como intrínseca a su cultura.

Sin embargo, igual de importante es saber reconocer los signos de la realización de una MGF tras un viaje6, destacando la evitación de los servicios sanitarios, el absentismo escolar o cambios de comportamiento repentinos.

Actuación médico-quirúrgica

Llegados a la situación de detectar un caso, es importante tener en cuenta que en muchos casos las niñas pueden acabar siendo “doblemente víctimas, de la tradición y de la legislación”7, al condenar a sus padres con la pérdida de la custodia de la menor, quedando esta bajo la tutela del Estado. Se recomienda por tanto realizar una valoración de la actuación caso a caso, con un equipo multidisciplinar.

Una medida que cada vez más se ofrece a las víctimas de una MGF es la reconstrucción quirúrgica de los órganos dañados. La técnica concreta depende del tipo de MGF realizada, pero se intenta conseguir tanto la reconstrucción de los genitales como la recuperación de la función clitoriana.

Incluso en MGF cruentas en las que se mutilan gran parte de los genitales, no se elimina todo el tejido con respuesta sexual8, por lo que se puede intentar restaurar la función clitoriana junto con la restauración vulvar que se realiza normalmente.

Conclusión

La MGF es una práctica extremadamente dañina para las mujeres y que atenta contra su libertad sexual y los derechos humanos, además de tener graves secuelas médicas y psicológicas.

Aunque normalmente se realice en otros países distintos al nuestro, es necesaria su prevención por parte de los profesionales sanitarios, y para ello es fundamental una mayor formación en este tema. Aunque existen guías específicas, como algunas que usamos en este texto, es imprescindible que los profesionales las conozcan y las utilicen en su práctica diaria, con el fin de reducir el número de mujeres afectadas por esta práctica.

20 Jun 2021
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