Se Debe Perdonar A Quien Nos Lastimó
Cuando nos lastima alguien es normal que ocurra un lento y doloroso proceso de recuperación. No en vano esa persona fue capaz de lastimarnos, no cualquiera puede hacerlo, solo lo consiguen quienes son cercanos a nosotros y esta traición inesperada es la que nos duele y nos imposibilita el poder perdonar.
Pero, muchas veces, más que la imposibilidad es la duda la que nos plantea la pregunta: ¿merece esta persona mi perdón? Solemos ver el perdón como la reconciliación con la persona, con la aceptación de sus ofensas, cuando en realidad puede verse como una forma de liberarnos de ese peso.
Es cierto que el perdón a veces puede ser el primer paso para la reconciliación entre las personas, pero no tiene que ser necesariamente el caso. Al perdonar, la persona ofendida puede reconocer que lo que le han hecho no está justificado y no conceder más oportunidades, pero decide perdonar de todos modos.
Lo que no solemos tomar en cuenta es que al perdonar a otros también nos liberamos de la carga que supone el rencor. Esto no significa tener sentimientos positivos, ni de amor, hacia quien nos ha herido. El perdonar puede ser un acto egoísta que se hace por uno mismo, para disminuir los sentimientos negativos que nos causa el veneno que nos han dejado.
El perdón se vive de modo personal, por lo que no habrá dos personas que lo experimenten de la misma manera. Está en cada quien el tener la capacidad de perdonar a su tiempo y como mejor le resulte.
Por lo anteriormente señalado es útil saber que no se trata de un sentimiento, es una elección, un acto hecho a voluntad. El olvidar no es perdonar y el perdonar no es olvidar, pero sí es un acto de liberación. El librarse de la carga que trae consigo la ofensa del otro.
Dejando de lado las connotaciones religiosas o sociales que se puedan asociar al perdón, lo cierto es que es terapéutico para quien lo ejerce ya que los beneficios que trae consigo son personales, como la calma espiritual que trae cerrar ciclos y heridas emocionales.
Así que, si pasas por esto, haz todo lo que necesites para sentir paz nuevamente. Medita, siéntete a ti mismo, comparte con quienes te quieren de verdad, perdónate por permitir que esa persona te cause tanto dolor, conéctate con tu verdadero yo, sé resiliente.
El perdón es un gran acto de amor que puedes hacer por ti mismo. Mantener en nuestro corazón las heridas abiertas de quienes nos lastimaron terminará por desangrarnos a nosotros. Permítete sanar verdaderamente y el dolor desaparecerá.