Si Dios Fuera Activista De Los Derechos Humanos
Con respecto al este texto de Soussa Santos (2014) se podría mencionar que él determina una nueva ideología que ha ido prevaleciendo en el mundo, ideología que defiende la idea del mundo como un gran mercado, en el que se representa todas las dimensiones de la vida, ya sea de manera social como colectiva, es decir, como estas se negocian, dando un gran valor, que marca su precio. De cierta manera, el autor emplea la conceptualización de sociologicus para determinar al ser humano en la actualidad, pues el mismo lo califica como un acto neoliberal, en el cual cualquier decisión que tome el ser humano dependerá del mismo, pero al salir del mercado planetario ya no será decisión de él. Cuando autor se refiere a esta nueva ideología que ha ido surgiendo a lo largo del tiempo, menciona que varía en su impacto dependiendo del punto del planeta o la región donde nos encontremos, es decir, que su fuerza se basa en el valor pre-formativo, no sería en su contenido realmente. Por el cual menciona en su introducción, las líneas fundamentales del resto de la obra, a que esta ideología de la autonomía y del individualismo posesivo se opone hoy dos políticas normativas, de manera desigual en distintas regiones del planeta, que procuran actuar globalmente, que serían los derechos humanos y las teologías políticas. Por ende el autor postulas las líneas fundamentales de su obra, y muestra cuál es realmente el significado del título que pone en relación dichas teologías políticas con la idea de los derechos humanos al enlazar a Dios con los derechos humanos.
En primer lugar, el autor hace un análisis profundo sobre los derechos humanos asociándolos con una frágil hegemonía, apuntando que el día de hoy resulta imposible poner en tela de juicio la hegemonía global de los derechos humanos como discurso de la dignidad humana, pues es en ese preciso momento el autor realiza una reflexión, de acuerdo a mi opinión considero muy asertiva, ya que él menciona que en contra de lo que todos pensamos, en la actualidad la gran mayoría de la población no se considera el sujeto de los derechos humanos, sino más bien el objeto de los discursos sobre esos derechos humanos, pues con esto el autor me hace reflexionar, puesto que muestra la verdadera voluntad de la sociedad actual, de la mano del poder, de conseguir los derechos humanos. Siguiendo con el autor, él se hace la siguiente pregunta ¿Es realmente la hegemonía de la que goza hoy el discurso de los derechos humanos el resultado de una victoria histórica derrotada? En el cual, menciona a Ernst Bloch, que postula que la búsqueda de una concepción de los derechos humanos tiene que empezar por una hermenéutica de la sospecha respecto a los derechos humanos, de la misma forma en que se los entienden y defienden, asimismo postula que por el hecho de que los derechos humanos sean basados en leyes tienen una doble genealogía en nuestro mundo occidental contemporáneo, pues esta genealogía se divide de cierta forma en dos grupos: la primera es las sociedades metropolitanas, la segunda es la revolucionaria. Hay que tener presenta que tanto la revolución americana como la revolución francesa, produjeron en nombre de la ley de los derechos. El autor señala que el concepto de los derechos humanos, tal y como se lo conoce hoy en día, se enfoca en tres ilusiones, que es necesario tenerlas presentes con la finalidad de construir una concepción contra hegemónica de los derechos humanos, fundamentalmente cuando debemos enfocarnos en otras concepciones de la dignidad humana, y de las prácticas que se realizan en su defensa, estas son; la ilusión teológica, el triunfalismo, la descontextualización y el monolitismo.
También el autor menciona a las teologías políticas, pues a estas les pone en relación con la globalización. Por consiguiente, el mismo ha comenzado con una distinción entre los conceptos de los hegemónicos, lo contra hegemónico y lo no hegemónico, pues este aborda la solución a la cuestión religiosa en el mundo occidental, poniendo en reflexión los conflictos religiosos en Europa, de acuerdo con el autor, se llegó a una solución sin precedente, de la cuestión religiosa; por un lado se dieron a conocer los valores cristianos de forma universal, por otro lado, se desterró el cristianismo institucional. Menciona el autor que esta solución occidental de la cuestión religiosa hasta el día de hoy está siendo una tela de juicio por el auge de la religión en la vida pública en diferentes partes del mundo. Considero que el autor llega a una conclusión poniendo énfasis de la fragilidad de los derechos humanos hegemónicos, no reside solamente en el hecho de que den respuestas débiles, a las preguntas fuertes. El autor enfatiza que los derechos humanos hegemónicos, no han tomado la verdadera importancia de muchas preguntas. Por el cual la lucha por una política de derechos humanos contra hegemónica debe empezar por ese reconocimiento del cual se habla, pues una vez que se haya producido, realmente se abrirán nuevas posibilidades entre las políticas contra hegemónicas, las políticas de los derechos humanos y las teologías políticas progresistas.