Soledad; Un Romance Sobre La Historia Y La NaciÓn
Soledad es una interesante historia de amor porque en la superficie, es una simple trama e historia de amor, sin embargo, en un nivel más profundo se puede ver como un romance de la historia y la nación. Como la mayoría de las novelas románticas, es una novela llena de sentimiento. Cuenta la historia retrospectivamente de amor que parece ser el destino y logra florecer al final después de una serie de tribulaciones. Todas sus características se enmarcan en el género genérico del romance, en términos de las convenciones ideales de amor dentro del contenido de su obra. Pero también, el contraste dentro de la caracterización de los personajes y su naturaleza.
Estos aspectos permiten una lectura de Soledad en términos de un romance sentimental tradicional donde el héroe guapo y valiente logra el amor ideal de la hermosa protagonista. Y aunque esta simple interpretación es válida, ignora los aspectos de la historia y la nación que son evidentes dentro de la escritura. En mi opinión, es por eso que esta historia necesita ser vista en un nivel más profundo, considerando los elementos históricos y colectando el sentimentalismo para mostrar que la escritura de Mitre es también un romance de la historia y la nación.
Para el propósito de esta metáfora nacional y símbolo dentro de la historia, el héroe puede ser visto como un representante del pueblo y un nuevo movimiento nacional, Enrique regresa de las guerras de independencia como un vencedor. La soledad está relacionada con la nación, la tierra y la cultura. Se puede ver como el antagonista que busca apropiarse de la nación, como un representante del pasado y el poder ilegítimo. En el romance nacional, la misión del héroe es rescatar a la nación ‘robada’ y devolverla a sus legítimos propietarios. El matrimonio final puede ser representativo de la unión entre el pueblo, la tierra y la cultura, el proceso que permite la formación de una nación unida. En la historia de Soledad, los atributos que se ven como buenos incluyen; juventud, la naturaleza, lo nacional, el arte y la cultura, la sinceridad y el futuro. En oposición, los aspectos negativos son vistos como; vejez, español, tradición, engaño y morada del pasado. Se trata de una relación dicotómica directa entre las nuevas opiniones nacionales y tradicionales del medio ambiente en torno al autor de la época.
Además, para añadir a esta ‘visión del amor’ nacional, Soledad puede ser vista como un representante de los valores latinoamericanos, mientras que Don Ricardo es una representación de los valores tradicionales españoles. En un tren de pensamiento similar, Eduardo y Enrique son ejemplos perfectos de las dos grandes divisiones de los criollos, liberal es, liberal versus conservador. El romance nacional tradicionalmente expresa los ideales de una clase dominante. Sin embargo, en la interpretación hispanoamericana de Mitre, se asocia con la ideología histórica del liberalismo. Define el romance como una creencia de una nación civilizada en progreso que se proyecta hacia el futuro al negar el sistema colonial y dejarlo en el pasado.
Por último, las pocas contradicciones del contexto social que Mitre incluye en la novela se resuelven y ganan una coherencia o armonía debido a la transformación simbólica que viene con el romance. La historia impone una visión idealizada tanto de la historia de amor como de la patria. Por lo tanto, aunque la trama y la historia son simples, retratan un nivel mucho más profundo de nacionalismo y la creencia de Mitre en la visión del amor a nivel nacional. A través de su historia, transforma la visión del amor entre las personas, en una visión cohesiva del amor dentro de la nación que expulsa los ideales anteriores del colonialismo.
