Tragedia de Tlatelolco en el Verano del 1968
Movimiento estudiantil: Tlatelolco, verano del 68. Ensayo enfocado en recontar los echos del año 1968, cuando gobernaba el ex presidente Gustavo Díaz Ordaz “La changa”. En aquellos tiempos fueron muy habituales los movimientos sociales juveniles, debido a la inconformidad de una gran parte del pueblo ( en su mayoría clase obrera) hacia su gobierno que apostó a una política fallida que se reflejó en represión y autoritarismo.
Un miércoles 2 de octubre de dicho año en la plaza de las tres culturas culminaría con los sueños y metas de muchas personas que luchaban por un ideal, plasmado en la defensa de sus Derechos contra un Estado represor. Sin embargo, desde mi punto de vista este movimiento fue un fenómeno que trajo aspectos positivos y algunos negativos.
Un aspecto positivo que podríamos destacar sería la resistencia de diversos grupos que surgían y que surgen de la sociedad civil groso modo y un punto negativo del mismo es el miedo que ha fundado a una gran parte del pueblo mexicano propiciado por el estado al exigir y ejercer sus Derechos que les otorgaba su marco jurídico.
Retomando este último punto en relación al miedo fundado representado con la figura del ejército y del batallón Olimpia, las cuales fueron las piezas fundamentales para este juego de ajedrez. Puesto que el Batallón Olimpia se conformaba por militares o policías de élite que actuaban de manera encubierta, es decir, vestidos de civil para pasar desapercibido, pero que se diferenciaban de los manifestantes por portar un guante o pañuelo blanco en la mano izquierda. Los cuales tenían facultades que no estaban reguladas por la ley para detener, golpear y/o privar de la vida a quién a juicio de ellos fuera objeto de alguna de estas sanciones.
Lo que fue una estrategia bastante hábil, siendo la parte activa de un plan orquestado o planeado anticipadamente para simular un enfrentamiento armado entre el ejército mexicano y manifestantes, dejando así manipular una vez más la información por la televisora más grande e influyente del país, es decir, Televisa, disipando y vapuleando la verdad y alejándonos de nuestra realidad por medio de una pantalla o radio.
Por tanto, el gobierno una vez utilizando todo lo anterior mencionado logró su objetivo de llevar a cabo las olimpiadas diez días después de dicho suceso, puesto que al mismo le preocupaba más la reputación internacional que resolver el pliego petitorio que se exigía en su momento. Sin contar que Gustavo Díaz Ordaz consiguió su sueño de ser uno de los presidentes más recordados junto con Luis Echeverría Álvarez en la historia de nuestro país, pero con el nombre de represor y apellido de fascista, quién causó un número indeterminado de muertos, heridos y detenidos arbitrariamente.
En conclusión, a pesar de ya haber transcurrido 51 años de aquél dos de octubre, las heridas aún no sanan, todavía existen una serie de interrogantes sobre quiénes fueron los responsables que originaron y ordenaron dicha masacre de hombres, mujeres e incluso animales, ¿Cuántos muertos, detenidos y desaparecidos hubo?, una incertidumbre total que genera odio y hasta en tanto no se esclarezcan los hechos, los gritos de justicia no pararán y la sed de reclamo no terminará.