Abuso Y Dependencia Consumo De Sustancias Psicoactivas
Para comenzar a identificar los aspectos más relevantes en torno al fenómeno del consumo de sustancias psicoactivas, conviene hacer alusión a la definición de la terminología sobre la que se va a tratar a continuación.
La Organización Mundial de la Salud comprende que el uso de sustancias psicoactivas promueve procesos adictivos en los individuos consumidores. Debido al consumo abusivo de éstos, surge lo que conocemos como adicción o dependencia de una sustancia. El síndrome de dependencia hace alusión al estado en el que el individuo disminuye (o pierde) el control sobre su propio consumo, pues no se consume por los efectos beneficiosos de la sustancia en sí misma, sino que su uso es habitual y la necesidad de consumir escapa del control sobre su propia conducta. (OMS, 2005 citado en Cabrera y López, 2014)
Los autores Vélez, Rojas, Borrero y Restrepo (2004) consideran que el hecho de que el individuo sea dependiente a la sustancia depende de la interrelación dada entre la sustancia consumida, el consumidor y el contexto en el que se desarrolla, por lo que han de contemplarse los factores del costo económico, la pureza y la potencia de la sustancia, la forma de consumición, la rapidez de inicio y final de los efectos que produce, y los efectos reforzadores del consumo de esta. (citado en Cabrera y López, 2014)
En este sentido, conviene destacar los criterios clínicos aportados por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos mentales o DSM – IV (2014) entorno a las clasificaciones sobre los tipos de consumos. Se entiende la conducta dependiente como un patrón de consumo de la sustancia que conlleva un deterioro o malestar clínicamente significativo, donde surgen tres o más de los siguientes síntomas en un periodo continuado de doce meses.
En primer lugar, la tolerancia hace alusión a la necesidad de una cantidad cada vez mayor para lograr el efecto deseado, cuanto mayor es el consumo el efecto de la sustancia disminuye, por lo que se tiende a consumir en mayores cantidades debido al consumo continuado. En segundo lugar, surge el síndrome de abstinencia como el efecto adverso en consecuencia al cese del consumo o disminución de este, y los síntomas fisiológicos que surgen debido a la abstinencia, dependen de la sustancia consumida.
Por consiguiente, la sustancia es consumida en cantidades mayores o durante un periodo mayor del que se pretendía en el inicio de éste, haciendo alusión a la dificultad en la capacidad de control del uso de la sustancia. A su vez, hilando con el criterio mencionado anteriormente, existe un deseo persistente de controlar o interrumpir el consumo y el control deficiente del uso es característico de la dependencia.
Por otro lado, conviene anotar el criterio que se relaciona con el descuido de otras actividades, cuando surge la dependencia se abandonan total o parcialmente las funciones relativas a la dimensión social, laboral o recreativa en consecuencia al consumo dependiente. A su vez, el tiempo dedicado a actividades relacionadas con la obtención o el consumo de la sustancia es cada vez mayor.
Por último, cabe mencionar el uso continuado de la sustancia a pesar de los problemas que causa; es decir, se relaciona con el uso prolongado de esta, aun teniendo conciencia sobre los problemas causados, tanto a nivel psicológico como físico, que surgen del propio consumo de la sustancia.
Los criterios previamente descritos pueden verse enmarcados en dos dimensiones, por un lado, se tienen en cuenta los factores referentes a la dimensión individual, además de contemplarse los relativos a la dimensión social y la repercusión de las conductas dependientes del consumo en ésta.