Caracterización Psicosocial Del Abuso De Sustancias
Introducción
En la actualidad, los índices que encabezan la lista de factores que miden el desarrollo de un país son la salud y la educación. No solamente las Naciones desde su soberanía intentan mejorar estos índices, sino que organismos de control internacionales como la OEA, la ONU (y sus diferentes interdependencias), la OTAN, etc., contribuyen al desarrollo y mejora de estos índices mediante las constantes observaciones, registros, y aportes que buscan dotar a las Naciones de información y mecanismos pertinentes.
Un tema que involucra ambos factores, tanto el área de la salud como el área educativa es el consumo de sustancias psicoactivas. Al respecto, los esfuerzos mundiales por reducir, prevenir y solucionar esta coyuntura no son despreciables; por el contrario, cada vez son más frecuentes y notorias las acciones encaminadas a combatirla desde todas las esferas: política, académica, sociocultural, legal, y económica.
Objetivo general
Caracterizar psicosocialmente los factores de riesgo del consumo de sustancias psicoactivas (SPA) diferentes al alcohol y el tabaco en adolescentes universitarios en Bucaramanga.
Objetivos específicos
- Identificar las características psicosociales del consumo de sustancias psicoactivas en adolescentes universitarios en Bucaramanga.
- Describir los factores psicosociales de riesgo del consumo de sustancias psicoactivas en la población estudiada.
- Generar una propuesta de intervención para minimizar los factores de riesgo evidenciados en la población estudiada.
Desarrollo.
Desde hace décadas, numerosos analistas resolvieron que, más efectivo que solventar las consecuencias, era atacar las causas para así evitar el surgimiento o afianzamiento del fenómeno de la droga, razón por la cual surgieron desde entonces numerosas campañas y organizaciones encargadas de generar consciencia y socializar los efectos nocivos y destructivos de estas sustancias.
Desde un inicio, tales campañas han tenido éxito en la divulgación de contenidos que impulsan la reflexión de las poblaciones en torno al peligro de consumir sustancias psicoactivas; no obstante, da la impresión que la globalización y los efectos de las nuevas tendencias generacionales traídas consigo con los medios de comunicación, además de las distintas coyunturas económicas, políticas, y sociales de los países han incidido en que este asunto, en lugar de decrecer, se fortalezca.
Afortunadamente, los esfuerzos académicos han representado un gran avance, y la literatura conformada por los numerosos estudios en esta área constituyen un corpus que constantemente va creciendo y actualizándose. Así, a la fecha es notoria la influencia de estas investigaciones en el impacto sociocultural y el afianzamiento académico que permite actuar sobre el paradigma del consumo de las sustancias psicoactivas, al punto que los índices de estigma y marginación –en el área política y autoridades de la salud- han decrecido a un mínimo, llegando a considerarse el consumo de sustancias psicoactivas como un problema de Salud pública mundial, frente a las consideraciones de hace décadas que lo consideraban una simple inclinación del individuo, que podía mitigarse si se castigaba al consumidor.
Justamente gracias a estos estudios se creó el concepto de Factores de riesgo en el contexto del consumo de sustancias psicoactivas, el cual consiste en aquellas circunstancias o características personales o ambientales que, combinadas entre sí, podrían resultar predisponentes o facilitadoras para el inicio o mantenimiento del uso y abuso de drogas.
Así mismo, se ha podido constatar que la adolescencia es la etapa en la cual los individuos se encuentran más vulnerables a dichos factores, por lo que ellos conforman la población potencial hacia donde las investigaciones dirigen sus ideas para que los diversos organismos encargados creen las respectivas medidas y programas para, más allá de combatir a los expendedores, lidiar con la creciente demanda de sustancias psicoactivas.
Teniendo en cuenta estos precedentes, el presente trabajo ubica como tema principal los factores de riesgo que predicen el consumo de sustancias psicoactivas en la población adolescente en etapa universitaria. El objeto de estudio específico es tomado dado que estos son los potenciales consumidores en quienes se pueden comprobar los diversos factores de riesgo que incidieron en su uso experimental y prevalente, y también debido a que ellos son quienes están en constante exposición al consumo de sustancias psicoactivas gracias a la facilidad de adquisición ofrecida en el contexto en el que se encuentran inmersos, así como las libertades individuales que gozan.
Planteamiento del problema
Según el Informe mundial sobre las drogas 2018 realizados por la Organización para las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, se estima que, para el 2016, en el mundo había alrededor de 275 millones de personas entre los 15 y 64 años que consumieron drogas por lo menos una vez, cifra que equivale aproximadamente al 5,6% de la población mundial. Así mismo, según los datos ofrecidos por la OMS, en 2015 fallecieron aproximadamente 450.000 personas a consecuencia del consumo de drogas, de las cuales, 167.750 obedecieron a factores directos como lo fueron trastornos psicológicos y sobredosis.
El resto fueron causadas indirectamente, como la adquisición de los virus del VIH y Hepatitis C debido al uso de agujas infectadas como mecanismo de inyección de psicotrópicos. Ante tan alarmante cifra, los organismos de control internacional han intensificado sus esfuerzos en actuar sobre la población potencialmente vulnerable gracias a los factores de riesgo. Sin embargo, el panorama se hace bastante impreciso dado que la caracterización de la población no obedece a algún patrón específico como lo es la condición socioeconómica, dado que “el uso de drogas no es exclusividad de determinada clase socioeconómica, distribuyéndose regularmente por todas ellas.
Ahora bien, el problema de la producción, tráfico, venta y consumo de estupefacientes en el caso colombiano es mucho más grave que el simple estigma social mundial. De hecho, tal estigma no existe gratuitamente, dado que la mayor parte de la cocaína del mundo procede de Colombia, donde en 2016 se incrementó la fabricación a unas 866 toneladas, lo que supuso un aumento de más de un tercio con respecto a 2015; así mismo, casi el 69% de las 213.000 hectáreas que en 2016 se dedicaron al cultivo de coca en todo el mundo se encontraban en Colombia.
El desalentador panorama es un contraste de lo que se evidenció desde el 2000 hasta el 2013, lapso en el que los cultivos de este ilícito se redujeron casi a la mitad, y, según la ONUDD, esto ocurrió debido a factores socioeconómicos, organizaciones delincuenciales y coyunturas políticas estatales que entorpecieron la indemnización a los campesinos por la sustitución de cultivos cocaleros por otro tipo de sembrados, y que también redujeron la erradicación de tales cultivos.
Centrados ahora en el consumo interno, es evidente la facilidad para conseguir y adquirir estupefacientes en el territorio nacional. Dicha facilidad obedece a la elevada oferta de las sustancias psicoactivas –que a su vez es producto de la intensa demanda-, lo que consecuentemente hace que los precios sean accesibles para los consumidores.
Al respecto, tenemos que el mercado de sustancias es cada vez más amplio y diverso. Se estima que alrededor de tres millones de personas han consumido drogas ilícitas alguna vez en el país.; justamente, referidos a la diversidad de psicotrópicos, en el 2016 el Sistema de Alertas Tempranas del Observatorio de Drogas Colombiano, había reportado la detección de 28 nuevas sustancias psicoactivas en el país.
Para hacer frente a esta coyuntura y obedeciendo el patrón mundial en contra del consumo de sustancias psicoactivas, diferentes normativas nacionales, entre los que se destacan el Plan Nacional de Desarrollo, la Política Nacional para la Reducción del Consumo de Drogas y su Impacto, el Plan Nacional de Promoción de la Salud y Prevención y Atención del Consumo de Sustancias Psicoactivas, emprendieron medidas encaminadas a la identificación y atenuación de los factores de riesgo, las cuales están enfocadas al “diseño de planes y programas a nivel territorial que respondan a las diversas necesidades de la familia, la comunidad y los individuos en materia de prevención, mitigación y superación de los riesgos y daños asociados a estas sustancias.
No obstante, si echamos un vistazo a los numerosos programas de prevención y mitigación del consumo de drogas en Colombia, tales como Yomi Vida”, “Retomemos”, “Consentidos”, “Sanamente”, “Leones Educando”, por citar algunos ejemplos, la mayoría son enfocados a población infantil y pre-adolescente, la cual, si bien es entendible que sea el foco de interés porque es a partir de esa etapa que se puede iniciar la prevención, también eclipsa a la población adolescente que es la que verdaderamente está inmersa en el consumo de sustancias psicoactivas o, por lo menos, se encuentra potencialmente expuesta a este.
Conclusiones.
Debido a todo lo anterior, y partiendo del hecho que según los datos ofrecidos por un estudio sobre el consumo de drogas en estudiantes universitarios hecho en el 2016 los cuales determinan que el 38,7% de los estudiantes encuestados ha consumido drogas ilícitas alguna vez en la vida y el 22,4% en el último año. Los intereses investigativos del presente proyecto toman como objeto de estudio a la población adolescente universitaria con edades de 16 a 19 años, con el ánimo de caracterizar los factores de riesgo de consumo de sustancias psicoactivas.