Crisis del Sistema Pentitenciario Mexicano en la Actualidad
Sistema penitenciario en mexico ensayo que trata sobre un tema de gran relevancia, porque en los últimos años un aumento exponencial de casos y evidencias ponen en tela de juicio la crisis penitenciaria que vive México en la actualidad. Sin embargo, se ignoran aún las situaciones que han llevado a causar la misma y la cultura de nuestro país nos impulsa cada ves más a la indiferencia y a eximirnos de la realidad de las injusticias y las condiciones a las que son sometidos los internos. Condiciones que muy evidentemente atentan contra los derechos más básicos de la persona. Se ignora que el delincuente es un ser humano y que, por ende, posee derechos y mantiene dignidad. El problema penitenciario es a mi parecer siempre actual; y de él debemos preocuparnos todos, ya que todos, aún los más honestos, estamos expuestos por un error judicial o por otras causas, á sufrir los horrores de nuestras prisiones.sistema penitenciario en mexico historia
El presente ensayo pretende llevar a cabo una evaluación crítica a la función del sistema penitenciario en nuestro país; de manera que se reflexione acerca de sus objetivos sociales y legales y las medidas que se podrían tomar para cumplirlos.
El 10 de febrero se reporto en el Centro Preventivo de Reinserción de Topo Chico, en Nuevo León, un motín, entre dos grupos delictivos, terminó en la muerte de 49 internos y 12 heridos.
Este incidente representa un ejemplo más de la situación que viven día a día los privados de la libertas en nuestro país y, se pone en tela de juicio la ineficacia del sistema tanto en su administración y políticas, como en el mismo objetivo de la pena de prisión fijado en el sistema de justicia.
Los datos reflejan que las políticas de administración del sistema penitenciario de nuestro país no esta cumpliendo con sus funciones. Los centros penitenciarios se encuentran saturados, no hay suficiente espacio ni instalaciones apropiadas para alojar a la cantidad de reclusos que sobrepasa lo que su capacidad permite. No se cuenta con el personal con los los requisitos mínimos necesarios para el perfil ni las condiciones laborales dignas para atender a la población penitenciaria.
El autogobierno, la violencia, la corrupción, el hacinamiento, la tortura, son solo algunos de los males que promueve nuestro tipo de prisión; esa institución totalitaria y punitiva que contiene y excluye a las y los transgresores del consenso social para castigarlos y “corregirlos”.
En un informe sobre los derechos de las personas privadas de la libertad en América de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, se establece que el Estado debe proteger los derechos fundamentales de las personas y asegurar que las condiciones de reclusión respeten el derecho de la dignidad del ser humano. Sin embargo, los desafíos que presentan nuestras prisiones actualmente plantean la pregunta de que cuál es el verdadero objetivo social y legal de la privación de la libertad en el sistema de justicia nacional.
Sistema penitenciario en México y su historia nos cuenta que durante la década de los años setenta surge una teoría de la rehabilitación o readaptación que postuló la idea de que la prisión debía tener un carácter readaptativo con el fin de reinsertar a los delincuentes en la sociedad una vez rehabilitados.
No fue sino hasta finales del siglo XX que se empieza a crear un concepto humanista del sistema penitenciario, que implica el reconocer la dignidad y derechos humanos de las personas privadas de libertad. Se establece a partir de esto un nuevo paradigma en nuestro país. En la reforma realizada al artículo 18 constitucional se sustituye el concepto de readaptación social, el cual consistía en cambiar a los penados considerándolos como desviados por el de la reinserción que implica la obligación del Estado de respetar y proteger los derechos humanos de las personas que se encuentran bajo su custodia.
Existen además otras disposiciones dentro de la constitución que prevén derechos fundamentales de las personas privadas de su libertad y que regulan también la organización del sistema penitenciario. Todo con el fin de aplicar un modelo técnico progresivo, que contemple el mejoramiento de perfil y conducta de los internos .
En materia de derechos humanos, el artículo primero de la Constitución señala que la interpretación de las normas relativas a los Derechos Humanos, se hará de “… conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo momento a las personas la protección más amplia”. Estableciendo de esta forma una protección más amplia a las personas privadas de la libertad.
Aún con el este bloque de protección y esta nueva conceptualización este la duda de la auténtica aplicación. Lo ocurrido en el penal de Topo Chico en Monterrey , no es solo el más actual evidencia del descuido institucional sino también de la crisis humanitaria que se ha descuidad e ignorado dentro de nuestro sistema de justicia penal.
Ya existían advertencias y evaluaciones como son del caso del informe del Relator Especial de Naciones unidas , advirtió que el hacinamiento en Topo Chico era preocupante, que se cometían actos que violentan el derecho a la integridad personal y que el autogobierno constituye uno de los principales problemas del penal.
Ademas, reportes de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y estudios realizados por organismos del país y del extranjero, cada vez destacan más la atención sobre la constitución del sistema penitenciario mexicano. Las inhumanas condiciones en que se encuentra, debe ser una motivación adicional, para buscar nuevas formas de garantizar, que el derecho penal sea realmente la última respuesta de la sociedad y que la cárcel, sea la ultima respuesta del derecho penal y su proceso.
En el mismo sentido la CNDH en su Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria encontró que los alimentos “ … no reúnen las condiciones de higiene y además las familias los llevan o dan dinero a los presos para comprarlos en las tiendas. También se detectaron aguas putrefactas en los dormitorios y malas condiciones de sanitarios y celdas”.
La atención médica es escasa e inadecuada, además de que en algunos casos se cobra. Un informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos destacó que en la mayoría de los centros del país existen deficiencias en el servicio médico, debido a que no cuentan con el suficiente personal especializado o capacitado; en algunos establecimientos no hay ni siquiera un médico general, por lo que se vuelve necesario pedir apoyo a otras instituciones. De igual manera hay insuficiencia de materiales, medicamentos e instrumental.
En cuanto a la corrupción, los internos refieren cobros indebidos que el personal hace a sus familias. El incremento en costos “ extra-oficiales”, significa un impedimento para que a las familias se les permita visitar a sus parientes reclusos, lo que representa un elemento importante para el proceso de reinserción. La encuesta del CIDE también ha registrado un aumento en los internos que no reciben visita de sus familiares por cuestiones de falta de recursos para traslados y pagos.
Estas razones hacen que, encima de todo, el sistema penitenciario sea muy caro. La sobrepoblación del sistema penitenciario impone elevados costos para la economía. Concretamente, en México se gasta más en reclusos que en estudiantes. Dentro del Sistema Penitenciario Mexicano se erogan aproximadamente 140 pesos diarios para mantener a un reo, mientras que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) invierte en su sistema de bachilleratos 115 pesos por día por cada alumno. A nivel macroeconómico el impacto es significativo.
Los centros penitenciarios mexicanos tienen una falta representativa de organización y faltas funcionales importantes, producto de la sobrepoblación y escasez de personal de los mismos. Ante tales desafío, la Ley Nacional de Ejecución Penal y la Ley General contra la Tortura, que se encuentran actualmente en discusión, deben responder a esta crisis ética y moral que enfrenta México.