Deficiente Sistemático Educativo Y El Trabajo Infantil
El estado es la máxima autoridad en el país. Intenta reformar la organización y gestión pública del sistema educativo. El objetivo de estas reformas ha sido reordenar la organización del sistema educativo a fin de responder a las demandas de una política educativa expansiva que busca expandir las oportunidades educacionales para toda la población. Estas reformas de la organización y gestión del sector público pueden dividirse en dos etapas de acuerdo al grado de profundidad alcanzando por la transferencia de funciones desde el Ministerio de Educación (MED) a entes regionales autóctonos. La primera etapa consiste en un esfuerzo por desconectar la gestión del sector. Durante esta etapa se transfieren a organismos dependientes del MED en las regiones a las funciones del manejo del personal, gestión presupuestaria y de supervisión. En la práctica se mantiene una presencia directa en las regiones, pues ejerce un fuerte control desde la sede central. El segundo periodo se caracteriza por descentralizar la educación hacia autoridades regionales independientes del MED, por la pérdida paulatina de poder de control por parte del MED. Lamentablemente este proceso de descentralización nunca llegó a completarse.
En este sector se observa una crisis educacional que se manifiesta en la falta de un programa nacional de educación y en la falta de inversión en el sector. Según el Banco Mundial, el Perú invierte en educación el 3,9% de su Producto Bruto Interno (PBI), la peor cifra en Sudamérica. El número ha sido casi el mismo por más de dos décadas. Por lo tanto, afecta el funcionamiento de los aparatos públicos encargados de la gestión educativa. Evidencias claras de este deterioro son la falta de infraestructura de los colegios que, además, carecen de facilidades mínimas y de materiales educativos básicos que operan con métodos inadecuados. Debido al predominio de una gestión administrativa y financiera altamente ineficiente y de una burocracia rígida que, ahogada en un sinnúmero de normas y procedimientos, inhibe la toma de iniciativa por parte de los funcionarios, lo que la hace extremadamente lenta para responder a los problemas del sector. Esta acción genera que muchos menores abandonen sus estudios, ya sea por problemas económicos o, incluso, por trabajo infantil.
Dentro del contexto de América Latina, Perú tiene uno de los sistemas educativos más ineficientes y con bajo acceso a la educación tanto a nivel de pre-escolar, como de primaria, secundaria y universitaria. La ineficiencia en el sistema educativo se debe al problema de la calidad del docente que se puede atribuir al cambio de la composición y a la baja calidad de los programas de capacitación y profesionalización. Según el Ministerio de Educación (MED, 2010), del 2000 – 2010 la proporción de docentes sin título aumentaba más rápido que el número total de docentes titulados y esto va acompañado por una disminución significativa del valor real de los salarios de los maestros. El bajo acceso a la educación se debe a la falta de apoyo académico de los profesores hacia los alumnos. A esto se le suma que el sistema de supervisión está mal concebido ya que presta más atención a la supervisión administrativa que a la pedagógica. La mayor deficiencia y demanda de apoyo pedagógico y supervisión se encuentra en las zonas más pobres y rurales, donde el docente enfrenta algunos mayores retos. Por ejemplo, es el caso de los menores que trabajan y no tienen tiempo para estudiar. El maestro en estos casos no puede contar con el apoyo de tipo profesional. Debido a esto, los resultados del rendimiento académico deficiente en los últimos años es muy alta, pues en Matemática fue 52.44% y en Comunicación fue 47.56%.
En conclusión, la educación es altamente rentable desde un punto de vista social, lo cual implica que es económicamente apropiado para el Estado invertir más recursos en la mejora de la calidad y efectividad en el sistema educativo. Sobretodo, el estado debe mejorar la profesionalización del docente desarrollando acciones focalizadas para mejorar la capacidad del cuerpo docente en las zonas rurales y urbano-marginales. Este proceso de capacitación significaría el apoyo a los menores que trabajan para que no abandonen sus estudios. Por lo tanto, los menores al no frustrar sus estudios tendrán más oportunidades laborales en el futuro para así tener una mejor calidad de vida.
