El Impacto Del Filósofo Griego Platón e La Filosofía
Platón fue un importante filósofo griego del siglo V a.C. vivió en la Grecia clásica, en la democracia ateniense. Entre su bibliografía encontramos este fragmento perteneciente a la República, uno de sus cuatro libros del “periodo de madurez”. En él, expone una de sus ideas principales: el Estado debe ser gobernado mediante justicia y cada hombre debe ocuparse de la materia para la cual ha sido mejor dotado por naturaleza para que esto sea posible. Para comprender mejor esta idea, será necesario explicar la filosofía del autor: la denominada “dualidad antropológica”, esta será la base de la harmonía entre sus ideas éticas y políticas. Así mismo, deberé hacer referencia a la cuestión temática que se aborda en el ejercicio: el origen del cosmos en la corriente presocrática, es decir, es preciso mostrar los antecedentes que derivan a las ideas de Platón, el contexto histórico e ideológico que las hace posibles.
En el siglo VII a.C. surgieron en la antigua Grecia una serie de pensadores que posibilitaron la creación de la filosofía y de la ciencia, al cuestionarse el por qué de lo que nos rodea e intentar buscar una respuesta objetiva que no tuviera en cuenta ni a los Dioses ni los mitos. Es el denominado paso “del mito al logos”. Estos pensadores, conocidos como presocráticos, centraron sus filosofías en el problema del arché de la physis, en otras palabras, formularon diversas teorías acerca del principio primero de la naturaleza del Universo.
Agrupados en dos subgrupos, primeramente encontramos a los “monistas”, los cuales optaron por defender que solo existía una única causa o arché. Entre ellos destacan: Tales de Mileto que identificó como arché el agua, por ser el la naturaleza de las cosas húmedas y, por lo tanto, de la vida; o Anaximandro de Mileto, discípulo de Tales, el cual propuso que el arché no podía ser ninguno de los elementos conocidos, puesto que no reflejaban las contrariedades entre agua y fuego, sino que debía ser algo indeterminado, al que denominó ápeiron (“del que existía al principio”).
Mas tardíamente, aparecieron los “pluralistas” que defendieron que la causa de todo debía encontrarse en más de un elemento. Entre los que podemos subrayar a Pitágoras, que creyó que la armonía del Cosmos dependía de los números (también defendido por Platón en el “Mito de la línea”); o a Demócrito, que abogó por que el arché debía estar compuesto por átomos, número infinito de unidades materiales indivisibles, y el vacío que existe entre ellos para que se puedan desplazar y chocar entre sí.
Sin embargo, los dos filósofos presocráticos que más influyen en las ideas de Platón fueron: Parménides de Elea y Heráclito de Efeso. Los dos tenían ideas contrarias y en cambio, podemos encontrar grandes semejanzas entre sus ideas y las platónicas. El primero de ellos, propuso que existen dos vías del conocimiento: la Vía de la Opinión compuesta por el no-ser (representada en Platón como el mundo sensible en su ontología dualista) y la Vía de la Verdad formada por el Ser (a la que Platón haría referencia a través del mundo inteligible). Mientras, Heráclito planteó que nada es estable y que todo se encuentra en continuo cambio y movimiento, utilizando la figura del fuego como causa primera que representaría la lucha entre fuerzas contrarias a las que está sometido el Cosmos. Esta idea se encuentra reflejada en la Teoría de las Ideas de Platón: el mundo sensible o de los sentidos se encuentra en continuo cambio y movimiento y por ello no debe ser objeto de la ciencia.
A partir del siglo V a.C el tema central de la filosofía griega cambia y se produce el giro antropológico gracias a los Sofistas y a Sócrates. Desde este momento, las reflexiones se producirán acerca del ser humano, dejando a un lado la pregunta por el arché. Sócrates influirá en gran medida en Platón, ya que fue su maestro durante 20 años y lo admiraba en sobremanera. Debido a esto, la muerte de Sócrates por beber la cicuta como consecuencia de un juicio en la democracia ateniense, provoca en Platón el rechazo hacia esta forma de gobierno y que él postule una completamente diferente como observamos en el texto.
Sí para Platón, la realidad está compuesta por dos mundos (mundo sensible y mundo inteligible), el hombre también está compuesto por dos partes: alma y cuerpo. Este es el denominado: dualismo antropológico. El cuerpo tendría relación con el mundo sensible, mientras que el alma estaría emparentada con el mundo de las ideas debido a su origen divino.
La división tripartita del alma es evidente para Platón y fue recogida en otro de sus libros de “madurez”, el Fredo, a partir del “mito del Auriga y el Carro Alado”. De acuerdo con él las tres almas que componen a todo ser humano son: el alma apetitiva o concupiscible (el caballo negro) que representa las pasiones innobles: comida y sexo; el alma irascible (el caballo blanco) que manifiesta las pasiones nobles del hombre: la voluntad y el carácter; y por último, el alma racional (el auriga) de naturaleza divina.
Además, cada persona tendría según Platón, una de las almas más desarrollada, dando lugar así a tres virtudes diferentes que corresponderían a cada una de las almas y que conforman su filosofía ética. Aquellas personas que tienen más desarrollada el alma concupiscible (la mayoría de la población), su virtud es, según Platón, la templanza o la moderación; en el caso del alma irascible, formada por unas pocas personas, la virtud que la acompaña es la fortaleza o valentía; y en el caso de tener más desenvuelto el alma racional, lo cual casi no acontece, la virtud que se relaciona es la prudencia o sabiduría. Si cada uno es capaz de reconocer el alma que tiene en mayor proporción, conociéndose a sí mismo, y desarrollar la virtud o areté que le corresponde, entonces, será según la filosofía platónica, feliz. Debido a esto, la virtud es una forma de conocimiento y de sabiduría, algo que se puede aprender, de ahí, la importancia que se le concede a la educación o paideia.
De acuerdo con estos tres tipos de virtudes, existen para Platón tres clases de personas que conforman la sociedad y forma de gobierno ideal: los productores o artesanos (templados), los guerreros o guardianes (valientes) que se ocupan de proteger a la población, y los gobernantes (sabios) que estarían formados por los filósofos. Conforme a esto, Platón propone, como vemos en el texto, una forma de gobierno en la que el poder se encuentre en mano de un grupo reducido de sabios, filósofos. Esta forma de gobierno se denominaría aristocracia, la aristocracia del saber, la única forma de poder justa según el filósofo, en contraste con el resto de formas de gobierno: la timocracia (dominada por las ansias de los guerreros), oligarquía (gobierno de los ricos), democracia (el gobierno de los hombres libres) o la tiranía (la peor de todas). Por lo tanto, si existe una armonía entre el alma, las virtudes y las actividades que realiza cada persona, viviremos en una sociedad justa en la que impera la educación por parte de los filósofos; si por lo contrario, esto no sucede, viviremos en una sociedad injusta.
En conclusión, Platón propuso una sociedad en la que cada uno, hiciese lo que por naturaleza se le diese mejor, de acuerdo con su alma y su virtud, encontrando así una sociedad en la que los más sabios gobernasen, para que nunca más se cometiesen injusticias como la muerte de su maestro Sócrates. Con el paso del tiempo su filosofía fue tanto rechazada y criticada como alabada por su afán crítico y la creación de todo un universo filosófico complejo. Fue rechazada por su discípulo Aristóteles, el cual prefirió centrar su filosofía en el mundo que conocemos, ya que para él, solo existe un mundo.