Érase Una Vez: La Apología De Jerarquías Corporativa

Introducción.

En este libro el autor Juan José Almagro nos muestra como dirigir una empresa hablando acerca de tres clases de jefes. Están los jefes que son aquellos que son siempre responsables y dirigen a su empresa sin ningún inconveniente y están al tanto de los movimientos de cada uno de sus empleados. Existen los jefecillos que no cumplen el determinado rol de administrador en una empresa, son los que no saben llevar un bueno uso de su posición y abusan de esta. 

Desarrollo.

Estos individuos no quieren ni saben escuchar y hacerles caso a sus súbditos. Y finalmente estaban los jefazos, las cuales eran el modelo a seguir de los líderes. Los jefazos no titubeaban antes de tomar decisiones importantes para la empresa, eran amigables tolerantes y responsables. Saben trabajar en equipo y motivan a sus empleados cotidianamente a auto superarse y trabajar mejor y llenos de ánimo. También se preocupaban de su gente tanto dentro del ambiente laboral como en sus vidas personales.

Lo que me intrigo fue, el descubrir que hay una relación entre los humanos y el jefecillo, ya que el jefecillo es habitualmente un incapaz y aburrido ente que se encuentra en todo tipo de negocios y esperas empresariales. Muchas veces nos chocamos con personas con estas mismas indeseables cualidades que carecen de aptitudes y nos toca ser dirigidos por estos, lamentablemente. Pero como somos simples peones en un tablero, no podemos hacer nada al respecto

En primer lugar, los jefes deben querer serlo y saber por qué quieren serlo (es habitual que muchos jefes lo sean porque se ven obligados a seguir progresando no porque lo deseen en realidad); respetar a los demás y a sí mismos; ser tolerantes; tener ganas de aprender y de enseñar; ser innovador; tener capacidad para delegar algunas funciones en sus empleados; comunicar bien para que ningún subordinado se lleve a engaño; ser leal y estar comprometido con la empresa, con el proyecto que se le haya encomendado y con sus empleados. Y dar ejemplo. Si el espejo en el que se miran los jefes del futuro es un ejecutivo que impone el terror es probable que ellos repitan sus pasos. 

Conclusión.

 Lo que quiere dejar el autor dicho, es la filosofía de que, en la vida real, en escenarios laborales, nos encontraremos con estos tres tipos de personajes, que el autor quiere dejar inculcado, las aptitudes y habilidades que debe tener un líder para tener éxito y para que sus empleados también tengan éxito.