Fidel Castro y la Revolución Cubana
Introducción
Marcha triunfal del Ejército Rebelde. Es el himno de la victoria entonado con motivo de la caravana del Ejército Rebelde desde Santiago de Cuba hasta La Habana. Poema de Jesús Orta Ruiz ‘El Indio Naborí’, en su propia voz, escrito entre el primero y el ocho de enero de 1959. Con motivo del Triunfo de la Revolución el Primero de Enero de 1959 y el recorrido de la Caravana de la Libertad por toda la Carretera. Para entender este poema de Jesús Orta Ruiz, hay que entender el contexto histórico que le precede.
Desarrollo
Es que después de mucho tiempo se produjo el proceso histórico conocido como “La revolución cubana”, que cambió el viraje social, político y económico de Cuba. Esta se desarrolló desde 1953 aproximadamente hasta 1959. Sin duda la Revolución cubana abrió nuevos horizontes en la historia del continente latinoamericano. Entre otras cosas se ha caracterizado por los desafíos a la hegemonía de Estados Unidos y a la globalización neoliberal. Además, paralelamente, se llevaba a cabo un proceso de desarrollo de movimiento de liberación nacional.
Las causas de la Revolución cubana se extienden hasta el proceso frustrado de la independencia de Cuba ocurrido a finales del s. XIX. Para comprender, pues, la revolución, hay que tener en cuenta varios factores entre los que destacan el dominio norteamericano que se manifestó en el progreso material del país, la pésima situación del campesinado y la clase obrera; la polarización social y la corrupción (destaca la corrupción administrativa, que en el aciago panorama de la sociedad prerrevolucionaria se había convertido en práctica habitual).
Así pues, la alternativa de la lucha armada para derrocar al régimen batistiano y encontrar una solución definitiva a los grandes problemas de la sociedad cubana se hizo presente. El gran protagonista de esta lucha fue Fidel Castro, pues fue el que inició una insurrección popular contra la dictadura con un numeroso grupo de jóvenes, casi todos trabajadores asalariados o desempleados pero, de origen humilde. Marcha triunfal del ejército rebelde es un poema lleno de subjetividad que hace que tenga unas características muy parecidas a la ‘Marcha triunfal’ de Rubén Darío en cuanto a su tono alegre y vivaz.
Dicho recurso poético hizo que se transformara en un gigantesco coro de un millón de voces a la masa de cubanos que un 8 de enero se reunió frente al Palacio Presidencial para escuchar al líder de una nación que se encontraba a nada de concretar la utopía de ser libres en una realidad. Primeramente, empieza el poema situando al lector en la fecha 1 de enero, día en que la revolución sale vencedora después de años de lucha en busca de la libertad de su pueblo. Fidel, junto a sus aliados, consigue derrocar el régimen dictatorial y emprende así la caravana de la libertad por todo el país.
En estos primeros versos, el autor hace uso del adverbio de manera “luminosamente surge la mañana” para mostrar al lector el cambio de visión de una sociedad que ha sufrido tanto durante largo tiempo. ‘¡Las sombras se han ido!’, los enemigos del país ya no están ahora, han sido derrotados por las fuerzas aliadas, por los pobres, trabajadores, que buscaban con ansias la libertad. Ahora ya no es todo gris, ahora la visión de la sociedad ha cambiado, Cuba por fin es del pueblo. Se hace una constante referencia a la alegría del pueblo por la victoria conseguida.
El aire se llena de alegres clamores. Se cruzan las almas saludos y besos, y en todas las tumbas de nobles caídos revientan las flores y cantan los huesos. “Se abren los brazos: se abre la alegría como rosa roja en los corazones de madres enfermas de melancolía: Jóvenes barbudos, rebeldes diamantes con trajes olivo bajan de las lomas, y por su dulzura los héroes triunfantes parecen armadas y bravas palomas”. Vemos el uso de figuras retóricas a lo largo del poema como por ejemplo en la estrofa anteriormente mencionada, con la personificación o prosopopeya: “abre la alegría”, “cantan los huesos”.
También en “los héroes triunfantes parecen armadas y bravas palomas”. A continuación se hace mención a todos aquellos héroes que han luchado para concretar su sueño, es decir, a todas esa clase obrera, esa clase pobre y trabajadora que se ha echado a las calles con tal de conseguir la libertad de su patria. Y al final, solo importa el bien de su país, Cuba. Vienen con un triunfo de fusil y arado. Vienen con sonrisa de hermano y amigo. Vienen con fragancia de vida rural. Vienen con las armas que al ciego enemigo quitó el ideal.
Vienen con el ansia del pueblo encendido. Vienen con el aire y el amanecer y, sencillamente, como el que ha cumplido un simple deber. No importa el insecto, no importa la espina, la sed consolada con parra del monte, el viento, la lluvia, la mano asesina siempre amenazando en el horizonte. ¡Solo importa Cuba! Solo importa el sueño de cambiar la suerte. Son auténticos héroes a los ojos de la gente, de los más pequeños. Los niños lo miran pasar aguerrido y piensan, crecidos por la admiración, que ven a un rey mago, rejuvenecido.
Conclusión
Junto a todos estos soldados, también aparecen los nombres de los grandes personajes en la historia de la revolución: Camilo Cienfuegos, el Che Guevara, Raúl, Almeida, y por último, Fidel Castro. A todos ellos se les dedica unos versos engrandeciendo su figura, pero es al último de estos al que hace especial hincapié nuestro autor.
¡Fidel, fidelísimo retoño martiano!, asombro de América, titán de la hazaña, que desde las cumbres quemó las espinas del llano, y ahora riega orquídeas, flores de montaña. Y esto que las hieles se volvieran miel, se llama ¡Fidel!, y esto que la ortiga se hiciera clavel, se llama ¡Fidel!, y esto que mi Patria no sea un sombrío cuartel, se llama ¡Fidel!, y esto que la bestia fuera derrotada por el bien del hombre, y esto, esto que la sombra se volviera luz, esto tiene un nombre, solo tiene un nombre ¡Fidel Castro Ruz!.
