Investigación Sobre la Procrastinación Académica y la Inteligencia Emocional
Clariana, Cladellas, Badía y Gotzens (2011), realizaron una investigación con la finalidad de analizar qué relación existía entre la procrastinación académica y la inteligencia emocional, determinadas por el género y la edad. El diseño fue correlacional y la conformaron 192 estudiantes de Psicología (45 hombres y 147 mujeres) de la Universitat Autónoma de Barcelona y la Universitat de les Illes Balears (España). La variable procrastinación se evaluó a través de la escala D de Demora Académica (Clariana & Martín, 2008), así como el EQ-i (Baron1977) evaluó a la inteligencia emocional. Asimismo, la escala V del OCQ, les fue administrada, con la que se evalúa la sinceridad y deseabilidad social. Los resultados muestran una correlación significativa negativa, es decir, que cuando menor es la procrastinación, mayor será la inteligencia emocional y viceversa. Asimismo, se verificó que las mujeres puntuaron más alto con relación a la procrastinación con la inteligencia intrapersonal, el coeficiente emocional y el estado de ánimo, y los hombres lograron puntuaciones relacionadas al manejo del estrés con la adaptabilidad, más altas.
Valdés y Pujol (2012), realizaron una investigación con el objetivo de identificar los niveles de autorregulación académica y su relación con el rendimiento académico y algunas variables sociodemográficas cómo el género en estudiantes universitarios. Esta es una investigación no experimental de campo, con un diseño transversal, descriptivo y correlacional. La muestra estuvo compuesta por 172 estudiantes del Ciclo de Iniciación Universitaria de la Universidad Simón Bolívar de Venezuela. La autorregulación se midió mediante la Escala de Aprendizaje Autorregulado PCR (Lezama, 2005). Los resultados obtenidos indican que existen niveles moderados de autorregulación en el aprendizaje, así como ligeras diferencias en cuanto al género.
Pardo, Perrillas y Salinas (2014), realizaron un estudio el objeto de encontrar la relación existente entre las variables procrastinación académica y ansiedad rasgo influenciadas por algunas variables de carácter sociodemográfico (sexo, edad, semestre, horario académico y horario laboral), relacionándolas con la postergación de acti¬vidades académicas. El tipo de estudio fue transaccional de tipo descriptivo correlacional. La muestra la estuvo constituida por universitarios de la carrera de psicología de Bogotá-Colombia; de los cuales 73 pertenecían al género femenino y 27 al género masculino, y cuyas edades oscilaban entre 18 y 37 años. Los instrumentos aplicados fueron: la escala de procrastinación académica (EPA) y el inven¬tario auto descriptivo de ansiedad estado rasgo (IDARE). La conclusión a la que se llegó fue que las variables de ansiedad rasgo y procrastinación académica correlacionaban positivamente, esto quiere decir que cuanto más se postergan las actividades, mayor será la ansiedad. También se encontró que variables sociodemográficas no muestran diferencias con significancia en cuanto a la procrastinación académica.
Rodríguez, y Clariana (2016), realizaron una investigación con el objeto de encontrar la relación entre la procrastinación y el curso académico en escolares. El estudio fue cuantitativo, con un diseño no experimental, descriptivo correlacional. La muestra la formaron 105 alumnos de dos centros educativos de la ciudad de Bogotá. Utilizaron como instrumento la Escala de Procrastinación Académica PASS de Solomon y Rothblum. Se llegó a la conclusión que los estudiantes de grados menores procrastinan más que los estudiantes de los últimos grados. Asimismo, existen correlaciones significativas negativas entre la procrastinación y la edad de los alumnos.
Badia, Dezcallar y Cladellas (2018), realizaron una investigación con el objetivo de comprobar si el género de los alumnos y/o el uso de las TIC (televisión y videojuegos a la semana), influían en la procras¬tinación académica de los alumnos de educación pri¬maria. El enfoque fue cuantitativo y la muestra fue de 670 alumnos, 337 niños (50.3%) y 333 niñas (49.7%). El instrumento utilizado fue un cuestionario dirigido a los padres en el que se preguntaba sobre la procrastinación del alumno en sus estudios y deberes, así como el grado de severidad, y las horas en que el alumno pasaba en la semana ante la televisión o jugando con videojuegos. Según los resultados obtenidos se pudo concluir que el papel que la variable género desempeña en la tendencia a la procrastinación, pues los niños procrastinan más que las niñas, lo que se presenta de manera congruente con otros resultados hallados en grupos universitarios, en donde los varones presentan tendencias superiores a la procrastinación que las mujeres, según Steel y Ferrari (2013), mostrando que la procras¬tinación se ve afectada por la variable género.
Álvarez (2010), estudió la presencia de la procrastinación general y académica en alumnos de cuarto y quinto de secundaria de ambos géneros y de colegios no estatales de Lima Metropolitana, se utilizó la Escala de Procrastinación Académica de Busko (1998), los resultados demostraron que no existía diferencia significativa con relación al rol de género y el grado de estudio.
Chan (2011), realizó una investigación para determinar cómo se relaciona la procrastinación con el rendimiento académico de los alumnos universitarios y plantea un análisis cualitativo y cuantitativo de variables: familiares, sociales, personales, logros y fracasos, y escolaridad, adicionando un análisis relacionado con el rol de género. La muestra estuvo compuesta por 200 estudiantes universitarios de Lima, el diseño fue descriptivo y correlacional, aplicándose la Escala de Procrastinación Académica (Busko 1998; Álvarez, 2010). Se concluyó que existe procrastinación en la muestra estudiada afirmando que los varones presentan un mayor nivel de procrastinación que las mujeres en el ámbito académico.
Carranza y Ramírez (2013), realizaron un estudio cuyo objetivo fue determinar el nivel de procrastinación en los estudiantes universitarios en la ciudad de Tarapoto, el diseño utilizado fue no experimental de tipo descriptivo en una muestra de 302 participantes de ambos sexos cuyas edades oscilaban entre los 16 y 25 años. Los instrumentos utilizados fueron: el Cuestionario de la Procrastinación creado por Ramírez, Tello y Vásquez (2013). Se puede evidenciar que un 33.7% de universitarios son mujeres, que un 44% de universitarios oscilan entre los 16 y 20 y particularmente son ellos los que tienen más altos niveles de procrastinación y son quienes presentan mayores estándares de procrastinación. El resultado final demuestra que son las mujeres quienes presentan mayores comportamientos de dilación.
Olazábal y Zegarra (2017), realizaron una investigación la cual tuvo como objetivo determinar la relación entre procrastinación e intereses a los videojuegos en ingresantes a la escuela de psicología de una universidad privada en la ciudad de Chiclayo, el tipo de diseño fue correlacional y la muestra fue de 71 participantes a quienes se les administró la Escala de Procrastinación en Adolescentes (EPA) y el Inventario de intereses a los videojuegos. Los resultados mostraron que existe una relación negativa altamente significativa entre el indicador abstinencia de la variable intereses a los videojuegos y el indicador dependencia de la variable procrastinación. Por otro lado, no existe relación entre los indicadores de intereses a los videojuegos: focalización, tolerancia y recaída con el indicador de procrastinación dependencia.
Mamani (2017), realizó una investigación con el objetivo de determinar la correlación entre procrastinación académica y ansiedad rasgo, determinándose a la vez la correlación entre las dimensiones de la procrastinación académica; autorregulación académica y postergación de actividades con ansiedad-rasgo en universitarios. El diseño fue descriptivo correlacional y la muestra estuvo formada por 200 alumnos de una universidad de Lima Metropolitana.
En la conclusión se encontraron correlaciones muy débiles entre la procrastinación académica y ansiedad-rasgo, autorregulación académica y ansiedad-rasgo, postergación de actividades y ansiedad-rasgo; asimismo no se encontraron diferencias significativas entre las variables de comparación y la dimensión de postergación de actividades, pero en la dimensión autorregulación académica se hallaron diferencias en cuanto a la variable sexo.