La Alegoría Del Mito De La Caverna
En realidad el mito de la caverna no es un mito sino una alegoría escrita por Platón en su libro “La Republica” en la que daba a conocer su teoría de conocimiento; que es el proceso que tomamos nosotros para conducirnos al conocimiento de la verdad.
El mito de la caverna es más descrita como una idea filosófica en la que el autor cuenta que una cueva muy oscura había varios prisioneros los cuales estaban encadenados de pies, manos y cabeza por lo que permanecían estáticos, con la mirada al frente observando la pared que se encontraba delante ellos. Detrás de ellos había un pequeño muro y detrás de este una hoguera. Los prisioneros no conocían el exterior si no solo la obscuridad en donde se encontraban. Lo que ellos solo podían ver eran las sombras reflejadas por la luz del fuego, de la gente que pasaban detrás del muro. Se podría poner ejemplos de mujeres con sombreros con adornos, hombre con sombreros con cuernos, personas cogidas de las manos o abrazadas que reflejaban su sombra en la pared, los cautivos viendo esos reflejos se metieron en su cabeza que así era el mundo exterior; hombres con cuernos, mujeres con cosas en la cabeza y así…
Uno de ellos escapo, al estar afuera todo su pensamiento cambió, aunque tardó para acostumbrase a la luz lo que descubrió fue impactante para él; conocer la realidad de las cosas sus formas, texturas, etc. El volvió eufórico a la caverna a contarles a sus amigos lo que vio, aunque al entrar de nuevo a la obscuridad se cegaron sus ojos pudo de nuevo adaptarse. Les conto lo que había visto y para mal ellos no le creyeron lo tacharon de loco y se burlaron de él, negándose rotundamente a querer salir a ver la luz.
Este relato trata de mostrar nuestra realidad; se podría decir que los prisioneros somos nosotros cuando no queremos ir hacia el conocimiento, preferimos quedarnos hundidos en la ignorancia, en el conformismo y no buscar la luz, el saber, la verdad; tal vez sea por miedo a que nuestra vida cambie en un abrir y cerrar de ojos pero solo depende de nosotros salir de esa obscuridad.
A veces también nosotros somos como aquel cautivo; que conocimos la realidad y los que no le creyeron son las personas a quienes nosotros podemos impartir nuestros conocimientos pero ellos no lo aceptan, no lo ven de buena forma, más bien nosotros somos los equivocados para ellos.
Lo que yo pienso es que debemos insistir si nos encontramos en una situación parecida, para que esta persona poco a poco vaya asimilando o comprendiendo lo que queremos impartirle, asiéndole conocer la realidad palpe por él mismo, porque con fe, humildad, paciencia y el saber podemos cambiar también a los demás, cambiar el mundo pero siempre empezando por nosotros mismos. Los ideales-ilusionistas como conseguir a la pareja o amor perfecto, la mejor calidad de vida y tantos otros; no son nada comparado con el poder del conocimiento, el cada día conocer nuevas direcciones, nuevos rumbos, esa satisfacción que se siente al saber es única, la cual solo nosotros la humanos la podemos poseer.
Depende únicamente de nosotros este proceso, que tarda toda nuestra vida, porque cada día aprendemos. Todos nacimos con en una caverna llena obscuridad y sin conocimiento solo nosotros podemos salir, llegar donde jamás imaginamos, palpando la realidad de este mundo, aunque esto implique los altos y bajos de la vida, podemos salir y mirar y mantenernos siempre en la luz.