Las Responsabilidades del Sociólogo Frente a la Realidad de la Desigualdad Social
El sociólogo británico John H. Goldthorpe, realizó una serie de aportes en los conceptos de renta, el estatus y la clase social, dentro de sus análisis más relevantes está el de vincular la movilidad intergeneracional y el logro educativo con las posibilidades de formación de clase, capaces de articular intereses y comportamientos colectivos, y no sólo como meras categorías estadísticas. Para dar cuenta de la formación de clase Goldthorpe considera la identidad demográfica y la identidad cultural. La primera es el grado en el que las personas comparten posiciones a través del tiempo, mientras que la segunda se ligaría al grado de asociación que presentan en torno a sus estilos de vida, costumbres y valores entre otros. (Sembler, Camilo 2008).
En este sentido, existen diferentes percepciones entre economistas y sociólogos, una de ellas basadas en la propensión de la desigualdad a largo plazo y la otra con respecto al periodo de tiempo limitado de la misma, puesto que , los economistas del presente han hecho predicciones un poco más acertadas y respaldadas por investigaciones; de modo que se expresa un gran interés por las aproximaciones de la desigualdad social en cuanto a los ingresos, la riqueza y por último la educación como un factor relacionado a la entrada de recursos económicos; dichas cualidades son bases primordiales del individuo porque se analizan cuestiones sociales tomando en cuenta sus preferencias y desventajas.
Precisamente dentro de la perspectiva del estudio, se demuestra como las personas que se encuentran en una mejor posición social, pueden mantener su renta en el largo plazo, es decir, es menos dependiente de las variaciones en el salario y tienen constantes oportunidades de ascenso laboral; mientras que las personas con una posición social menos favorable, tienen menos oportunidades y más dependientes de las condiciones salariales. Por lo tanto, la estabilidad en los ingresos, depende tanto de las posiciones sociales como del nivel de renta. (Golrdthorpe 2012: 47).
En contraste los economistas, consideran la educación como un factor determinante para obtener un mejor nivel de ingresos y posición social, es decir que si el individuo invierte más tiempo y dinero en educación podrá obtener, mayores probabilidades de ascender socialmente y disminuir las desigualdades; de acuerdo a este panorama planteado sería muy fácil para los personas ascender socialmente; por el contrario las personas con un nivel educativo bastante alto obtuvieron ingresos algunas veces mayores o iguales a sus padres. (Golrdthorpe 2012).
Sin embargo, después de realizar una serie de estudios empíricos, quedo evidenciado que el entorno familiar o los individuos que provenían de hogares con mayor formación educativa, les impacta mayormente en los resultados académicos que en el nivel de renta de las personas y que no garantizaba una mejor posición social.
El mantenimiento de las desigualdades es todavía más fuerte en la movilidad a los profesionales altos. La única clase que aumentó en las cohortes 13 (61-65) y 12(56-60) las probabilidades de que sus hijos fueran a profesionales altos fue la de los profesionales altos. Las clases obreras y agrarias no las aumentaron, y el resto de las clases medias incluso las disminuyeron. (Carabaña, 1999).
Aunado al estudio de clases y de renta, Goldthorpe, analizo el estatus, como la posición social que ocupa el individuo dentro de sus relaciones sociales, y donde prevalecen factores tan importantes como la raza y el género. Y es que precisamente los economistas tienden a relacionar directamente renta versus estatus y muy a pesar que existe una relación moderada, los sociólogos ven el estatus como una forma de estratificación social, ya que cambia de acuerdo a cada grupo social a cada cultura; es decir una persona puede tener unos ingresos altos , pero una valoración social baja. (Golrdthorpe 2012).
Cabe resaltar que al focalizar el estudio de la desigualdad solo a los ingresos, de acuerdo al planteamiento de los economistas y que dejan de lado los aportes de la sociología; trae como consecuencia la implementación de políticas que aumentan la desigualdad social en las clases medias y bajas que no tienen la mismas oportunidades, con una movilidad social descendentes, con una alta tasa de desempleo y una precariedad laboral abrumadora entre los más jóvenes .Incluso otros investigadores como José Martínez, han llegado a la conclusión que situación socioeconómica actual es sin duda un escenario para «actualizar» y poner en su sitio de problemas sociales que estaban latentes, pero que habían desaparecido de muchos de los análisis que han realizado los economistas. (Martínez, J.S .2012).
De ahí, que la desigualdad tenga efectos negativos no solo para los menos favorecidos, sino que afecta a todo el conjunto de la sociedad; en este sentido se debe garantizar la participación de los ciudadanos en la vida social, política y económica por igual; surgiendo la necesidad de adoptar una visión interdisciplinaria que analice además del nivel de ingreso y la escolaridad, factores como el género, la pertenencia a un grupo étnicos, el ciclo de vida y el territorio entre otros. Volviéndose un tema de interés para las sociedades democráticas, dando paso, a discusiones desde todos los ámbitos que buscan mejorar la calidad de vida de las personas.
De hecho, se puede observar que la desigualdad de ingresos afecta la salud de las clases menos favorecidas; generando problemas de salud mental, niveles de violencia y adicciones e incluso con una menor esperanza de vida; Los países en los cuales la brecha de ingresos entre pobres y ricos es menor, las personas son más saludables y felices. Mientras que los países con mayor desigualdad las personas se ven afectadas por el estrés, causados por las diferencias de ingresos, esto sumando a la desconfianza y a la ansiedad de estatus de las personas que están en mejores condiciones sociales; llevando a demostrar que el bienestar social no guarda relación con el nivel de renta de un país y su población, además de afectar toda la estructura social del país y no solo unos cuantos aspectos. (Wilkinson y pickett, 2012).
En definitiva el artículo demuestra la relevancia de los aportes de la sociología y la importancia de la participación de los sociólogos en la formulación e implementación de las políticas sociales ; en contraste de las premisas erróneas de mirar la desigualdad social versus los ingresos, subestimando otros aspectos y dejando una mirada unidimensional a los conceptos de renta y estratificación, lo que con lleva al aumento de la pobreza, la miseria y la desigualdad social, ahondando aún más la crisis que se refleja en todos los países. Es claro en este artículo el papel importante que juega la sociología en sus aportes a las políticas públicas, acorde con las realidades del contexto de los patrones de movilidad existente; buscando reivindicar la visión multidimensional de la sociología, frente a la posición de los economistas y su visión limitada de los conceptos de renta, clases sociales y estatus.
En otras palabras, es necesario reconocer cuales son los aportes y contribuciones del sociólogo frente a las problemáticas que se pueden presentar en la sociedad generalmente en relación al poder adquisitivo y las diferencias entre clases sociales, con el objetivo de reflejar y hacer un estudio detallado a cerca de las causas que generan controversias en la estratificación social o la distribución de bienes. Sin duda alguna estos problemas pueden ir en aumento o seguir provocando más inconvenientes para los individuos y es ahí donde el sociólogo debe intervenir persuasivamente para diseñar soluciones acordes al beneficio de la comunidad.
Hemos evidenciado que en muchos países se ha practicado la utilización de políticas económicas para contrarrestar las crisis que se pueden dar con el tiempo, sin embargo no hay que dejar de lado que la sociología puede intervenir a través del análisis empírico, por medio de investigaciones y estudios exitosos que demuestran la efectividad de políticas públicas y los mecanismos de intervención social en las incertidumbres especialmente sobre las brechas sociales; con el fin de proporcionar una buena imagen a la disciplina de la sociología y lograr un posicionamiento pertinente.