Legalización de la Marihuana en Ecuador: Pros y Contras

Introducción

El presente ensayo de la legalización de las drogas, en particular la marihuana en Ecuador contiene argumentos a favor y en contra de la legalización del cannabis además, dando una visión completa del tema. Adicionalmente trataremos de manera sucinta la situación actual de Ecuador ante el consumo de drogas. Se incluirán cifras de encuestas realizadas sobre el tema. Se busca persuadir a la audiencia para tener en cuenta este tema en la mesa política y consecuentemente tomar las respectivas medidas judiciales.

El término marihuana se refiere a las hojas secas, flores, tallos y semillas de la planta Cannabissativa o Cannabis indica. Esta contiene tetrahidrocanabidol (THC), una sustancia química provocadora de alteraciones mentales, además de otros compuestos similares. Es la sustancia ilegal más consumida en el mundo (tercera entre todas las drogas, tras el tabaco y el alcohol). Recientemente la marihuana parece estar retomando su ancestral carácter como una planta medicinal, ésta puede aportar beneficios significativos a la salud humana. En Ecuador, se dio a conocer una nueva ley de drogas, sin embargo, tiene varios puntos causantes de confusión entre las propias autoridades y la comunidad en general. Buscando combatir males en la sociedad, e consumo de marihuana en Ecuador debe ser legalizado.

Argumentos

​La nueva Ley de drogas fue aprobada y entró en vigencia desde el 28 de octubre de 2015, a pesar de tener varios puntos causantes de confusión entre las propias autoridades y la sociedad en general. Uno de los principales conflictos dentro de la nueva Ley es que la tabla de dosis máxima de consumo se contrapone con la tabla que regula la dosis que debería ser considerada como narcotráfico. Esto significa que un consumidor puede ser confundido con un micro traficante e ir a la cárcel. Otro de los puntos cuestionables dentro de la Ley es la escasa diferenciación existente entre las clases de drogas de acuerdo a su impacto en el comportamiento de un individuo y en la sociedad que lo rodea. Estos puntos de confusión están en la vigente Ley de drogas en Ecuador, ante esto las autoridades no han dado respuesta. Además de la posición del ex presidente de la Republica Rafael Correa quien expresó ‘tenemos mil prioridades que pasan antes de ese problema, así que habrá que estudiarlo, pero todavía no tenemos una posición definitiva como gobierno’. (El Comercio) (Macedo, 2015) Licenciado en Derecho, en su artículo en la página El universal manifestó “Soy de los que creen que tenemos que seguir atendiendo de manera puntual el combate a las adicciones, ya que este mal envenena a nuestra sociedad y afecta a todos los sectores de la vida nacional”. Relacionando lo propuesto con la situación actual de Ecuador, aunque la marihuana no sea una sustancia legal, se consume de todas formas y legal o no, se seguirá consumiendo. También comentó “insisto en señalar que legalizar las drogas cobija el delito”, esto lo confronta bien Guillermo Prieto, en declaraciones a EFE en Barcelona, donde expresó “Nunca se eliminará el narcotráfico. Al contrario, cada intento por combatirlo lo expande’ (Nación, 2011). También (Cornish, 2009) en su artículo Argumentos a favor de la legalización de las drogas donde deja claro el hecho de “El empujar las drogas hacia la clandestinidad, como la prohibición de alcohol durante la década de 1920, sólo hace que suban los precios y atrae el crimen…la legalización de las drogas eliminaría este enorme comercio del crimen organizado”. 

Según (Vargas, 2013), escritor del diario El País, “La represión no ha funcionado, y el narcotráfico es hoy el factor principal de la corrupción en América Latina”, lo cual es completamente cierto. La corrupción está presente de manera evidente en Latinoamérica, bajo varios factores influyentes, uno de estos es el narcotráfico. Esto lo está combatiendo Uruguay con reformas liberales radicales con la regulación de la producción, la venta y el consumo de la marihuana. Al ser legal el cannabis, es más fácil su acceso; por lo tanto el narcotráfico pierde peso a nivel de país, teniendo como consecuente la disminución gradual de la corrupción. La legalización es superior a la despenalización porque garantiza los mismos derechos al consumidor individual que garantiza la despenalización (e incluso algunos más, como la posibilidad de controlar la calidad de las drogas), pero además apunta a la desarticulación de las mafias estatales.

Legalizarla no es sinónimo de incentivar para consumirla por ser buena o fomentar su consumo diario y/o en grandes cantidades. Al legalizar o regular se podrá alertar o informar sobre los problemas a los cuales puede acarrear consumir cannabis y las ventajas presentes al usarlo de manera adecuada. Legalizar es poner orden donde actualmente no hay, especialmente en los jóvenes, dejar claro cómo se puede consumir la sustancia, dónde se puede consumir la sustancia, cuándo y donde no se debería consumir, perjuicios presentes en su consumo, cómo podría ayudar, así como tener el espacio para el consumo sin ser molestado ni molestar a otros. Tener la seguridad de que la calidad de la sustancia por consumir está controlada y sobre todo no recurrir al mercado negro para obtenerla. No legalizar es promover el narcotráfico, sancionar al que consume y llenar las cárceles de consumidores.

(La asociación Centros de Integración Juvenil (CIJ), 2013) Presentó su libro titulado ‘La Evidencia en contra de la Legalización de la Marihuana’ donde recalcaban “que la marihuana es la ‘puerta de entrada’ al consumo de otras drogas como los inhalantes, la cocaína, metanfetaminas, heroína, entre otras”. Sobre esta cita, una regulación o legalización de la marihuana no es un aumento en el consumo; según los datos registrados de una encuesta realizada en el 2015 evidencian: el 21% de los jóvenes que viven en California había consumido marihuana en los últimos 30 días y antes de que se legalizara, el porcentaje de consumo en ese mismo estado era incluso mayor (25%). Los adolescentes quienes participaron del estudio también afirman, legalizada o no, la marihuana está disponible. De hecho, del 80% de los estudiantes de último año de secundaria si quisieran fumar, podrían conseguirla, a pesar de que es ilegal para menores de 21 años (Spuhr, 2016). En otra página web evidencian cifras similares, según los datos mostrados, el uso no creció sustancialmente en Colorado tras la regulación, pues el precio de la sustancia sigue siendo elevado. De esta forma, la legalización sirvió para apartar el tráfico de las calles, pero no disparó el índice de fumadores. (Llosa, 2016)

La marihuana legalizada estará regulada y se podría invertir en investigaciones sobre los efectos por consumo y saber científicamente de las ventajas o desventajas de su uso terapéutico o médico. En la naturaleza existen muy pocas plantas que puedan competir con la enorme cantidad de usos médicos e industriales presentes en el cannabis. Su consumo muestra grandes beneficios como: prevenir al Alzheimer, aliviar los síntomas de enfermedades crónicas, combatir desórdenes compulsivo / obsesivos, puede ayudar al tratamiento de esclerosis múltiple, ayudar al tratamiento de desórdenes y déficit de atención; aquí a diferencia de los fármacos tradicionales como la ritalina, cuyo uso conlleva múltiples efectos secundarios, la marihuana ha probado ser efectiva para tratar este tipo de casos sin los costos colaterales. Además The American Association for Cancer Research ha confirmado que la marihuana disminuye significativamente el ritmo de crecimiento de tumores en pulmones, pechos, y cerebro. “Soy un gran defensor de la planta, lo que puede hacer por las personas recreativa y médicamente” (Matlins, 2017).

De acuerdo al artículo de la página web (National Institute on Drug Abuse, 2017) evidencian varias razones por las cuales la marihuana no debería ser legalizada, la mayoría de sus argumentos se apoyan en los daños físicos que este le puede causar a la persona, entre estos: afecta el desarrollo del cerebro, problemas respiratorios, ritmo cardíaco acelerado, problemas con el desarrollo del niño durante y después del embarazo; también daños psicológicos como: paranoia temporaria, alucinaciones temporarias, intensificación de los síntomas en los pacientes de esquizofrenia, un trastorno mental grave con síntomas como alucinaciones y pensamiento desorganizado. Sin embargo, en perspectiva todas las drogas, legales o no, son malas y todas, en mayor o en menor medida, a corto o a largo plazo, provocan inconvenientes, problemas de salud y numerosos riesgos. De hecho, en México la Secretaría de Salud y la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) están listas para el otorgamiento de permisos a laboratorios para la producción de medicamentos a base de marihuana, señaló el Secretario José Narro Robles. (Canifarma, 2016)

En el fondo es una sustancia menos perjudicial en comparación con otras ya aceptadas en nuestra sociedad, como el alcohol, el tabaco o algunos medicamentos. Al compararlo con el alcohol, siendo este una droga de uso legal prácticamente en todo el mundo, su consumo se relaciona con la muerte de más de 2.5 millones de personas al año a nivel mundial (de los cuales 320.000 son jóvenes de entre 15 y 29 años). A corto plazo, el consumo de alcohol puede provocar la muerte de un individuo o inducir un coma etílico, incluso el cerebro puede volverse incapaz de poner en funcionamiento las áreas encargadas de la sobrevivencia. Contrario a esto no existe riesgo de muerte en el consumo de marihuana. A largo plazo, las consecuencias del consumo de alcohol son otra vez mucho peor a las del consumo de marihuana. (Pino, 2017). Actualmente, consumidores habituales de alcohol se escandalizan ante la posibilidad de legalizar el cannabis, cuando la adicción a las bebidas alcohólicas es uno de los problemas sociales de primer orden en muchos países, incluyendo a Ecuador. 

Un artículo de la página (Aciprensa, 2014) dice asegurar “Mucha gente que hoy no se atreve a probar la marihuana porque está prohibida lo haría si fuera legal. Pronto no sólo adultos, sino jóvenes, adolescentes y aún niños, estarían consumiéndola, empezando su triste camino de adicción y destrucción.”

Lo cual no tiene veracidad. En Ecuador hay una cantidad establecida en cuanto a tenencia de droga, su consumo no está prohibido. Lastimosamente está al alcance de muchos jóvenes. Si estos quisieran probarla lo harían sin ningún problema, legalizarla no fomentará su consumo, por el contrario lo hará más seguro estando regulado su comercialización y consumo. También supo expresar “Promover la marihuana es promover una falsa salida. La gente se droga para evadir su realidad porque vive un gran vacío existencial.”, en este caso se podría comparar nuevamente con el alcohol, siendo la “falsa salida” legal en nuestro país, y por el que muchos optan hoy en día. El poder consumir alcohol o tabaco, y no marihuana, no responde necesariamente a un razonamiento de salud pública, sino que se sujeta más a una cuestión cultural.

La regulación de la marihuana, en último término, también ofrece garantías a los compradores.

Regularizar el negocio de la marihuana permite su examinación e intervención en todas las fases de producción, por lo tanto se garantiza un uso seguro. Los problemas asociados al comercio ilegal más comunes son: uso de pesticidas nocivos, agua contaminada para el regadío, dosis adulteradas, siendo sólo algunos ejemplos los cuales con la regulación del comercio deberían terminarse. La ilegalidad de las drogas habilita que se produzcan drogas de calidad para las minorías más enriquecidas, mientras las mayorías trabajadoras y pobres consumen drogas de baja calidad realizadas con productos tóxicos. Se ayudaría a muchas personas a evitar el consumo de sustancias que puedan presentar malestares, haciendo a las sustancias de calidad accesibles para todos.

Todo paso el cual dé a las personas la libertad para decidir lo que quieren consumir, contribuye a la paz. La decisión de consumir cannabis debe ser libre para todos los ciudadanos. En lugar de realizar campañas anti drogas, se podrían realizar campañas para informar sobre los beneficios y perjuicios como consecuencia de su consumo. El derecho moral que pueden tener los individuos a consumir drogas, nace de la defensa de su libre albedrío para decidir al respecto: si comulgan con una sobriedad moral, o si optan por una vida más relajada; y el derecho no debiera intervenir en esa decisión de orden privado. La capacidad de causar un daño a la salud, no es una característica exclusiva de las drogas ilícitas. Las drogas legales como el alcohol y el tabaco, pueden resultar igualmente, incluso más dañinas para el organismo. Las drogas deberían ser legales igualitariamente y estar al alcance de quien las quiera, pues es una decisión personal.

Otra razón por la que debería estar legalizada o regulada es por el simple hecho de generar impuestos y estar, de alguna forma, controlada. Pues estamos hablando de la tercera sustancia en consumo recreativo a nivel mundial después del tabaco y el alcohol, y prácticamente todo lo recaudado por esta planta se va al mercado negro y se promueve el narcotráfico. El expresidente de Colombia Ernesto Samper, respalda: “Es absolutamente lógica. De lo que se trata es que las utilidades que están recibiendo los narcotraficantes las reciba el Estado, a través de la imposición de impuestos.” La sustancia la ponemos los productores y el riesgo, el narcotráfico. Entonces, si usted elimina el riesgo puede llevar a una caída de los precios y a un aumento del consumo, pero eso se evita gravando con impuestos el producto”. (Redacción Política, 2012).

¿Qué pasaría si en lugar de penalizar el consumo de drogas, Ecuador abordara el tema como salud pública? Kofi Annan, séptimo secretario general de las Naciones Unidas propuso: La penalización de los consumidores de drogas debe sustituirse por un enfoque de salud pública. Hemos llegado a la conclusión de que el uso de drogas debe verse principalmente como un problema de salud pública. Los consumidores de drogas necesitan ayuda, no castigo. Por tanto, debemos gestionar de manera eficaz y humanitaria este problema mediante la adopción de un enfoque orientado hacia la salud y la sociedad civil debe comprometerse totalmente como socio en este esfuerzo (Onusida, 2014). 

No se debería castigar a los consumidores, sino brindarles apoyo e informar a la sociedad de las consecuencias del exceso de consumo. 

Conclusiones 

La legalización de marihuana en Ecuador no presentaría ningún malestar en la sociedad, por el contrario, este ya está presente con el narcotráfico, siendo la legalización la cura para este mal. Pues sin drogas ilegales no hay narcotráfico. Al legalizar o regular se podrá alertar o informar sobre los problemas a los cuales puede acarrear consumir cannabis y las ventajas presentes al usarlo de manera adecuada. Legalizar es poner orden donde actualmente no hay.

Al compararla con otras drogas legales pudimos observar como es menos dañina a largo y corto plazo. También se debería tener en cuenta los grandes beneficios para la salud que ofrece esta sustancia, siendo de uso medicinal ancestral. Actualmente en Ecuador hay una Ley de drogas, pero esta no legaliza la marihuana y tiene muchas contradicciones. Como se pudo observar la legalización presenta varios beneficios para la sociedad, siendo así un tema importante en la mesa política. Ecuador debe estar abierto a nuevas medidas para combatir los males dentro del país y contribuir al mismo tiempo, siendo un tema de salud pública.

11 February 2023
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