Petróleo como Sustento Económico en Venezuela
“El petróleo es un producto esencial para muchas industrias, y es de vital importancia para el mantenimiento de la misma civilización industrializada, por lo que se considera una industria crítica en la mayoría de las naciones” (Industria petrolera, 2020). En Venezuela, la industria petrolera desempeña un papel central debido a la alta dependencia de su exportación y renta, sin que por el momento se tenga otra distinta o al menos con cierta importancia de ganancias para el país. Busca el presente ensayo destacar, la importancia del petróleo como elemento fundamental para el desarrollo y sostenimiento del país, aun cuando en los últimos años, este bajo una crisis petrolera.
Nuestra economía, depende principalmente de las rentas provenientes de este hidrocarburo, viéndose comprometida por el declive de la cotización del barril de petróleo de 140,73$ en 2003 a 43,04$ en julio 2020 (Precio del petróleo OPEP por barril, 2020). La riqueza fácil que el petróleo significa para el país, hizo que los ingresos se encauzaran básicamente en dicho sector, desatendiendo otras áreas productivas como agrícolas, industriales y tecnológicas, que pudieran significar una renta paralela, además de depender de ella para sufragar sus compromisos internacionales y distribuirlos en el mejoramiento de áreas como la educación, tecnología, industrias, por nombrar algunas, que mejoren la calidad de vida del venezolano.
Podríamos preguntar, ¿puede el país desenvolverse sin petróleo? Es imposible, el crudo venezolano representa la fuente de energía necesaria para su desarrollo. Sus derivados garantizan la productividad, ya que se depende de ellos para el funcionamiento de maquinarias, industrias, medios de transporte, elaboración de productos, etc., necesarios para el progreso económico y beneficio de la sociedad. “En pocas palabras, mejores fuentes de energía aumentan la productividad la energía ayuda a levantar a las naciones de la pobreza, mientras que no garantizar su suministro las condena a colapsar”.
Las ideas anteriormente expuestas, son apoyadas por Garnica (s.f), quien expresa que económicamente, el petróleo en el pasado, presente y seguramente para el futuro, representa un elemento invariable, del cual no es posible prescindir. No podemos obviar, que en los últimos años, la demanda petrolera, y por ende su precio, ha descendido notoriamente en los mercados internacionales y ello, si bien ha tenido consecuencias en la economía nacional, sigue siendo el mayor ingreso en divisas y en lo fiscal.
Por otra parte, el petróleo, desde su explotación primera, es fundamental en el desarrollo de la educación, al permitir a la población en general, acceder al sistema educativo, que antes era de exclusión y limitado a solo pocos centros de estudios. Al recibir los ingresos de las rentas petroleras, se dispusieron los recursos suficientes para la creación de escuelas y núcleos de estudios superiores de forma inclusiva, razón por la cual, el sistema educativo no puede subsistir sin ellas. Estos fondos, garantizan el derecho a la educación gratuita y al mantenimiento de infraestructuras educativas, a lo cual, Dávila (s.f) afirma que, “al ser el Estado el perceptor de la nueva fuente de riqueza (….), la educación deja de ser mera “instrucción” para convertirse en formación técnica y científica”.
Necesario pues es concluir que, sin lugar a dudas, el petróleo, como sustento del sistema económico nacional, su presencia como fuente de energía del país y en el desenvolvimiento educativo, reafirman la importante posición que este ocupa como primordial contribuyente a su desarrollo. Todos los esfuerzos destinados a mejorar este recurso y su procesamiento, serán pocos, comparado con los inmensos beneficios que aporta y que han hecho y, esperemos que harán, de Venezuela un país próspero, como fue ejemplo en Latinoamérica.
