Implementación de las Pruebas Parciales de Aprovechamiento
Introducción
La necesidad de aprender existe desde comienzos de la historia de la humanidad. Los modelos y políticas utilizadas para la enseñanza han ido resultando como efecto de los cambios y la evolución del hombre; el sistema educativo del hombre también ha diferido desde sus bases hasta los logros, estos cambios los ha causado las fases y periodos que enmarcaron la historia de las naciones.
El conocimiento, según el pensamiento valga la redundancia, de los grandes pensadores de la educación, implica la capacidad de aplicación que se le dé al saber y entonces se hace urgente, dentro de ese cambio generacional, que se establezcan parámetros determinantes del valor de verdad de un conocimiento: esto es, que, se hagan pruebas que indiquen el aprovechamiento de los métodos aplicados o de los bajos resultados. Es ahí, en ese momento, y desde China, en el año 1370 d. de C. que surge y se materializa la idea de implementar pruebas de aprovechamiento y sus respectivos métodos de medición.
Desarrollo
La medición es el indicador de lo positivo o negativo de los programas y modelos de educación. Existen pruebas parciales de aprovechamiento que determinan los logros momentáneos y temporales; estas son las implementadas por los maestros de escuela o colegio, de cierta materia que evalúa con ello, si los estudiantes alcanzaron los logros exigidos para acceder al grado siguiente. Estas pruebas son más determinantes del saber por qué dicen de las potencialidades y las debilidades de los estudiantes evaluados.
El profesor de la materia explica un tema, pone en conocimiento procedimientos, pasos y elementos que se deben aplicar y poner en práctica las veces que sean necesarias. El maestro conoce o aprende a conocer a cada estudiante; es consciente de las capacidades y falencias de cada uno de ellos, tiene puntos de referencia reales y ciertos para calificar y medir sus alcances, y en sí es el que infiere las capacidades necesarias para aprovechar en grado sumo lo aprendido. Esa gran ventaja de las pruebas realizadas por el profesor; además, ellas ayudan a que el estudiante se estimule o se desanime frente a su realidad, esos resultados también dan la posibilidad que el maestro reconsidere sus métodos y sus técnicas de enseñanza. Nos atreveríamos afirmar que son más efectivas en el desarrollo evolutivo del estudiante que está en su proceso de formación.
Las pruebas de aprovechamiento estandarizadas arrojan resultados, la mayoría de las veces sorprendentes y poco veraces, que apenas si alumbran una pequeña posibilidad de aplicarse a un sistema y tipo de sociedad; aunque, las técnicas aplicadas son más amarradas y sustanciales, ellas dicen una verdad que no es verdad, son ejemplo de esas pruebas, las conocidas pruebas del saber, la mayoría de las veces por circunstancias adversas y extemporales, los conocimientos adquiridos son insuficientes y desdicen de un trabajo a largo plazo, solo porque, como se dijo antes, las situaciones que enmarcan tal prueba no eran las requeridas y el estudiante no supo ser oportuno.
Debía no olvidarse que el estudiante está expuesto a fenómenos de diversos fondos, que al final son determinantes en su proceder. El estudiante que en principio encontró que las matemáticas serían las mejores aliadas, tiene un tropiezo lamentable porque la medición le dice que no sabe nada de matemáticas (puede darse también en otras áreas). Todo esto implica la necesidad de que el proceso aplicado en las pruebas de aprovechamiento estandarizadas esté basado en la estereotipación de los fenómenos sociales en la naturaleza y estén configurados por el reconocimiento psíquico en ese momento. Las pruebas estandarizadas deben recalar en la necesidad de que los resultados no se determinen por números y topes, sino por la gravedad o importancia de la época educativa.
Aclaremos que existen cuatro tipos de pruebas estandarizadas, que estando en relación frecuente tienen diferentes implicaciones, las pruebas de batería por materia, las pruebas de estudio especiales, las pruebas de diagnóstico y las pruebas de pronóstico. Los estudios especiales se forman por tema y son referenciales; las pruebas por materias se dan para establecer el reconocimiento histórico y temporal de algo; las de diagnóstico se dan para reconstruir o mejorar sistemas educativos y las de pronóstico determinan resultados y logros.
Nuestro sistema educativo converge en las dificultades y limitaciones que no han podido determinar soluciones a las descompensaciones sociales y personales, dado que, los reveses políticos dan vida a métodos educativos poco productivos y por demás discriminatorios. La historia de la educación ha ido atravesando épocas muy acentuadas que han producido disociaciones entre realidad y las suposiciones; de ahí, que las pruebas estandarizadas no arrojen respuestas reales del nivel educativo, no son el criterio y la responsabilidad sus principales fortalezas; porque los estudiantes o no estudiantes, no han encontrado aun su verdadera identidad o eco a sus aspiraciones y mucho menos sus necesidades.
El estado brinda más importancia a la deshumanización que produce la tecnología y evade la necesidad de seguir formando personas, para promover las disciplinas materializadas que no son coherentes con las características humanas. El estudiante entonces, es el elemento que se subdivide para formalizar un sistema educativo y sus mecanismos de medición. Los programas educativos requieren de formalidad, flexibilidad, seriedad y ductilidad operacional; viniendo de un sistema social cerrado.
Conclusión
Las pruebas estandarizadas puntualizan, por sus resultados, que los planteamientos aplicados no son acordes con una realidad, sino que, siendo utópicos y deberían de hacerse veraces y eficaces. Esto significa que los objetivos perseguidos no están más cerca, sino que se alejan porque su realidad y su medio no se identifican con los fenómenos evolutivos de desarrollo. Para no ir tan lejos, mientras en Estados Unidos el estudiante es formado para responder positivamente a un sistema y a una personalidad positiva; en Colombia y América del Sur se forman para aceptar y engullir criterios generales, sin que ello implique un bienestar anhelado.