Redacción Sobre El Conflicto Arabe-Israelí
Este conflicto, desde la perspectiva de Israel, hunde sus raíces históricas en las aspiraciones de los judíos de Europa de fundar un estado en la tierra que consideran su “madre patria”. La primera gran ola de migración judía a Palestina se conoce como aliyá (descenso), y se inició en 1881 como consecuencia de las ideas de personajes como Moses Hess, precursor del sionismo.
Palestina a finales del siglo XIX era parte del Imperio Otomano, dentro de la Gran Siria (Al Sham). Siguiendo varias tesis e investigaciones, cerca de medio millón de habitantes poblaban la región, de los que un 75% profesaban la religión musulmana de rito suní. El 20% eran mayormente árabes de religión cristiana y un 5% eran judíos. Dentro de esta última podemos encontrar tanto judíos sefardíes (son los descendientes de aquellos que vivieron en España hasta el 1492), como mizrajíes (descendientes de las comunidades judías de Oriente Medio y el norte de África). La sociedad es bastante cosmopolita ya que no hay fronteras, el imperio Otomano es muy ámplio y está dividido en regiones administrativas pero sin separaciones estrictas. Oriente Próximo (mayormente Levante) constituye una verdadera encrucijada para el comercio y los intercambios con muchos pasos.
También hay intercambios intelectuales, culturales y políticos. Viven una gran cantidad de extranjeros, entre ellos griegos e iraníes, muchos de ellos son comerciantes que se han instalado allí por el comercio. Algunos provienen del norte de África los cuales crean el barrio de los magrebíes y también se encuentran fieles del bahaísmo, una religión perseguida en Persia, que encuentran refugio ahí. Un pequeño porcentaje de europeos, como familias francesas que se han instalado ahí para desarrollar el comercio de materiales de construcción, y también ingleses e italianos. Junto a una mayoría de población campesina (los fellahs), existe una élite burguesa de grandes propietarios de tierras y una élite ciudadana.
Esta última, se beneficia del desarrollo que los otomanos dan a las escuelas, y de las escuelas fundadas por extranjeros que les permiten adquirir el dominio de algunas lenguas y viajar al extranjero para estudiar. Allí se forman y una vez convertidos en periodistas, médicos o abogados forman una élite intelectual y política que tienen como objetivo instalar con reivindicaciones contra el poder otomano. Esta idea de independencia también incluye las reivindicaciones de la lengua, como el de volver a utilizar el árabe en todos los documentos administrativos.
