Sexualidad, Nuevas Construcciones De La Masculinidad Y Feminismo.
Dentro de la sociedad, el género simbólico se convierte en un conjunto de leyes, reglas y políticas que dicta el comportamiento del ser humano, éstas normas permiten tener un estatus dentro de lo cultural. El género es el aparato a través del cual da lugar a la producción y la normalización de lo masculino y femenino junto con todas las formas que el género asume, sin embargo, esto no determina al ser humano, el género implica mostrarse con una matriz femenina o masculina, pero bien podría ser el aparato a través del cual, dichos términos se desnaturalizan.
El género y la sexualidad permite reflexionar sobre el parentesco que existe en la actualidad con preferencias sexuales diferentes que mantienen las personas dentro de la sociedad y el sufrimiento que padecen aquellos que no encajan dentro de las normas morales que se imparte, se disputan el poder para sobrevivir, es así, que en los últimos años se han generado varios movimientos que luchan por la inclusión dentro de una sociedad moralista, aquel individuo oprimido porque no participa de aquello que se considera normal, precisamente se han creado leyes para respetar los derechos de los ciudadanos en igualdad de condiciones.
En la década de los noventa, un tiempo crítico para el país de Cuba, surge el masculinísimo a través de la producción cinematográfica, se da a conocer la realidad de la sociedad representada por los varones, se muestra las relaciones como un producto de consumo inmediato. “Si bien las representaciones de género constituyen posiciones sociales cargadas de significados, se representan a sí mismos como hombre o mujer, implica el reconocimiento de la totalidad de los efectos de esos significados” (LAURETIS, 1996).
En ese sentido el cine permite analizar el género a través de las representaciones que se realizan, es el escenario para interpretar el desarrollo de una sociedad y esto sirve como un referente para guiar el comportamiento de los individuos dentro de su entorno, es así, que la autora menciona:
‘La diferencia sexual nos estructura psíquicamente, el género es la simbolización de esa diferencia y nos estructura culturalmente’
(LAMAS, 1990).
La sociedad desea construir una conciencia colectiva y dejar de lado la conciencia individual, es decir, que el ser humano pierda su esencia y el poder de construir su realidad. Contar la historia de las mujeres en Ecuador, sigue siendo una necesidad en nuestro tiempo, dar a conocer los planteamientos y demandas mediante la compilación de estas antologías dará lugar a visibilizar el pensamiento femenino en la primera mitad del siglo XX, algunos temas básicos como el feminismo o el acceso al sufragio eran debatidos en periódicos de la época, muchas veces el pensamiento disidente estaba ligado a proporcionar la participación en los ámbitos de la vida social y política por parte de las mujeres, mismos que se vieron truncados debido a las condiciones de aislamiento, uno de los opositores fue la Iglesia Católica que en un inicio no veía con buenos ojos que las mujeres fueran parte de la política, creía que debían ser madres y educar bien a sus hijos para que a través de ellos pudiesen cambiar a la sociedad, por lo que se les consideraba feministas debido a que su subordinación no era natural, sino que estaba orillada por la sociedad.
Durante el siglo XX, el feminismo ecuatoriano expresa de manera explícita la participación de varias mujeres en la sociedad, dentro de este grupo de profesionales, ilustradas y activistas se ha incluido a Dolores Cacuango y Tránsito Amaguaña, mujeres indígenas que jugaron un papel fundamental dentro del movimiento indígena y el campesino, también podemos mencionar a Dolores Veintimilla de Galindo y Marietta de Veintimilla, mujeres que a través de la poesía y su desempeño en la política se hicieron escuchar. Fue un ambiente de liberalismo, varios grupos de escritoras propagaron publicaciones donde defendían la equidad y el mejoramiento de las condiciones para las mujeres, estos escritos motivaban a la participación en el ámbito público.
El pensamiento femenino se expresó principalmente a través de la poesía, dándonos a conocer el ambiente en el que las mujeres vivían y las demandas que exigían. La inclusión en la educación permitiría que se conviertan en actores visibles dentro de una sociedad retrograda machista que no admite el cambio. Desde esta perspectiva la mujer seguiría escalando para poder conseguir un trabajo, tener estabilidad económica y esto sea el inicio para la autorrealización, dejando un legado, siendo parte activa del desarrollo de la sociedad para las futuras generaciones y plasmando la constante lucha por defender los derechos.
A inicios de la República con Vicente Roca fuerte y Gabriel García Moreno (1860-1875), las mujeres se destacaron, realizando un nuevo papel dentro de la civilización y el mejoramiento de las costumbres. Victoria Vásconez, destacó la importancia de la educación para romper la cadena más opresora “la ignorancia”, además de desempeñar el papel de esposas y madres abnegadas, dando apertura para que la mujer acceda a todas las profesiones y lograr una igualdad de salarios, derecho al voto, etc. Adelaida Velasco Galdós resalta a la mujer como luz del progreso que enaltece, dignifica, honra, y consagra a hacer el bien, la mujer ecuatoriana ha sido, es y será un digno ejemplo de lucha histórica y símbolo sin ostentación.
Bibliografía
- Judith Butler (2004). Deshacer el género. Barcelona-Buenos Aires –México. Editorial PRADÓS.
- Beinier Barrios Mesa (2004). Masculinidad en el Cine Cubano de Ficción de los Noventa. Facultad
- Latinoamericana de Ciencias Sociales sede Ecuador.
- Ana María Goetschel, compiladora (2006). Orígenes del Feminismo en el Ecuador. Quito-Ecuador.