Análisis de las Ideas de Michel Foucault en 'Vigilar y Castigar'

Estudiando las particularidades de las prácticas psiquiátricas estámos dirigidos al libro ‘Vigilar y castigar’ Michel Foucault. Ensayo argumentativo está dedicado a los conceptos e ideas de M. Foucault en relación del espacio asilar y el espacio penitenciario.

Son cuatro los conceptos fundamentales trabajados y desarrollados por Michel Foucault en la clase del 7 de noviembre, impartida en el Collège de France. Estas ideas son: espacio asilar, poder médico, observación y curación. Y en este breve ensayo intentaremos hacer un repaso en cadena de todas ellas.

La psiquiatría y el poder psiquiátrico se configuran como un espacio de diálogo, conversación y reflexión acerca de la locura. A diferencia del Renacimiento, donde la locura es expulsada de la ciudad y de la vida; con la experiencia moderna se empieza a atender esta cuestión. La locura es ahora encerrada en un espacio delimitado y controlado para su observación, conocimiento e incluso para su curación. De esta forma, la locura abandona el estatuto de sin razón – en el que Descartes la había anclado en sus Meditaciones metafísicas – y se convierte en objeto de estudio de la razón médica. La locura deja de ser ignorada y participa en la construcción del conocimiento científico y, en concreto, del saber y la mirada médica. La locura ahora es objeto de estudio y conocimiento, ahora se trabaja con ella con el fin de conocerla y entenderla. Pero, ¿cuál es ese espacio en el que se encierra la locura para su observación y posterior curación? Este espacio, al que Foucault se referirá como espacio asilar, son los conocidos hospitales para locos o manicomios. Éstos se constituye, como hemos visto, como espacios médicos (atención y curación del enfermo: tratamiento moral) y espacios analíticos (observación de la locura, de sus formas, sus causas y sus consecuencias) pero también como espacios de contención (violencia y dominio sobre los cuerpos: tratamiento físico).

El espacio asilar – que es donde tiene lugar el internamiento, necesario para la observación y curación – está dotado de unas características similares a la de los centros penitenciarios, presentadas por el propio Foucault en Vigilar y Castigar. Nacimiento de la prisión. El espacio asilar es un espacio de orden, ley y poder donde se ejerce una violencia y dominación sobre el cuerpo de los internos con el fin de controlar sus gestos, sus pasiones, sus actitudes y sus actividades. No obstante, aunque el control se ejerce sobre el exterior, sobre lo físico del sujeto, éste penetra hasta lo más interno y profundo del individuo es decir, se imprime hasta el cerebro. Por lo tanto, el espacio asilar es configurado como orden disciplinario es decir, es diseñado de acuerdo a unas reglas y está distribuido u organizado de una determinada manera. Además, en él se ejerce un poder determinado y característico de estos centros de internamiento. ¿Cuál es es esa autoridad o poder? La autoridad médica, que es un poder ilimitado e insuperable inherente al propio espacio asilar que se encarga de la ordenación y distribución de los cuerpos, los espacios, los tiempos y las actividades para lograr la dominación, y también la curación, de los enfermos. Pero para la curación no es suficiente esa dominación, es necesaria también cierta vigilancia y observación (Foucault, 2005). ¿Quiénes habitan el espacio asilar?, ¿quiénes ejercen y quienes son sometidos a la vigilancia y la observación?, ¿quiénes establecen el orden y la ley?, ¿quiénes deben cumplirlas o quiénes están sometidas a ellas?, ¿quién ostenta el poder en el asilo o el hospital para locos? Foucault nos habla de cuatro figuras importantes: el médico, el vigilante, el guardián o sirviente y el loco.

Anteriormente se ha determinada que para la curación real del interno es necesaria una vigilancia y observación de los pacientes, ¿por qué? A través de la vigilancia podemos mantener un control y un orden que nos permita el desarrollo de una observación para conocer y determinar las conductas, las formas de pensar y de entender el entorno del paciente así como las forma de pensarse y entenderse a sí mismo. Mediante la observación – al igual que sucede con los experimentos científicos que no dan los resultados esperados – podemos acceder y conocer el error o fallo, dejando abierta la puerta y dejando paso a la proceso de curación. ¿Quiénes ejercen la vigilancia y la observación? Aquí es donde nos encontramos con la figura del médico, el vigilante y el guardián en tanto que el poder médico que se ejerce en el asilo no es un poder único. ¿Qué significa esto? Dos cosas, derivando la segunda de la primera. Cuándo decimos que el poder médico no es un poder único estamos diciendo que no es ejercido por un único individuo y que, por consiguiente, dicho poder está disperso y se ejerce desde diferentes puntos y sujetos. Dicho de otra forma, en palabras casi del propio Foucault, el poder psiquiátrico funciona y se ejecuta de forma táctica: cada individuo (cada cargo) ocupa un lugar dentro del asilo y está encomendado al desarrollo de unas determinadas tareas (Foucault, 2005: 21 – 22). Así, dentro del espacio asilar encontramos una jerarquía de poderes, mandos y cargos que se encargan de mantener el orden, de vigilar y de observar a los pacientes. Foucault habla aquí de relevos o intercambios entre los distintos mandos, que son el de médico, vigilante y guardián o sirviente. En la base nos encontramos el poder del guardián o del sirviente, que a parte de estar por debajo del vigilante y el médico se encuentra también subordinado – aunque sólo en apariencia – al loco. Frente al médico y al vigilante que entablan una relación de poder vertical (es decir, desde arriba) con el enfermo, el sirviente o guardián entabla una relación de poder desde abajo intentando atender sus deseos y necesidades. Así, el sirviente se mueve libremente por la realidad de los enfermos, en su cotidianidad, realizando una observación directa y en primera persona de éstos. Dichas observaciones son trasladadas a los vigilantes, que a su vez trasladan la información al médico. La mirada del vigilante es una mirada inexperta y no técnica, es simplemente informativa y también es la mirada que prende la mecha de la observación y la mirada médica. Por último, el médico, situado en la cúspide de la jerarquía, ostenta la mirada objetiva y dictamina los pasos a seguir para la curación (Foucault, 2005: 19). Pero, ¿qué es la curación?, ¿en qué consiste?, ¿quién es el objeto de la curación?

Foucault define la curación como “la transformación sobre cuya base alguien considerado como enfermo deja de estarlo” (Foucault, 2005: 17). ¿Quiénes el enfermo en el espacio asilar? El loco, que es objeto de la curación. ¿Y quién es el loco? Dentro de la práctica psiquiátrica, al loco ha sido definido de dos formas distintas. Primero, en el siglo XVIII, como aquel que se autoengaña y, más tarde, en el siglo XIX, como aquel sujeto poseedor de una fuerza inmensa, no dominada e indomable (Foucault, 2005: 23) referida tanto a lo físico (rabia, ferocidad, agresividad) como a lo mental (lo que se piensa y lo que se dice aunque carezca alguno de sentido) como a lo pasional. A diferencia de los sucedido en la práctica psiquiátrica durante décadas, la curación del loco no se alcanza a través de su sometimiento o subordinación a través de la violencia. La violencia o dominación del cuerpo del sujeto no supone una victoria sobre la locura. La violencia servirá o funcionará para contener al sujeto pero no para contener su locura. Para ello, para lograr erradicar la locura, o al menos controlarla; para poder dominarla es necesario comprender y entender su procedencia es decir, qué es aquello que la produce. Por lo tanto, la observación no debe tratar únicamente del conocimiento o la determinación del error o fallo en la conducta, actitud, pensamiento, etc. del individuo. Debe tratar o debe consistir en la investigación acerca de aquello que la desata. Así, debe dejarse de atentar contra el individuo pues no es el individuo el enemigo, sino que es la locura la que debe ser combatida.

“La terapéutica de la locura es “el arte de subyugar y domesticar, por así decirlo, al alienado, poniéndolo bajo la estricta dependencia de un hombre que, por sus cualidades físicas y mortales, tenga la capacidad de ejercer sobre él un influjo irresistible y modificar el encadenamiento vicioso de sus ideas.” (Foucault, 2005: 24)

Por lo tanto, si lo que se busca es la dominación de la locura y no del sujeto, el poder y la práctica psiquiátrica deben dejar de estar enfocadas hacia el cuerpo del loco y, por lo tanto, deben trasladarse hacia su psique. ¿Cómo? El médico debe poner en un aprieto al loco, debe enfrentar la voluntad de este (la del loco) a la suya propia (la del médico) obligándole a decidir cuál escuchar. Si decide atender al médico, el proceso de curación dará comienzo y aparecerá la verdad. Cuando se someta a la voluntad del médico será capaz de ver el error en sus comportamientos, actitudes y pensamientos anteriores. En el caso de que no lo escuche, el sujeto seguirá sometido a su propia locura y, por lo tanto, seguirá internado en el asilo bajo vigilancia y observación del médico y su equipo.

En definitiva, como es evidente y como hemos visto, el poder psiquiátrico es un poder productivo. Mediante la observación se produce conocimiento y saber médico, y al conocer el origen, las causas y las consecuencias de la locura de los internos se diseña un plan de intervención sobre estos en pro de su curación. Es aquí, durante el proceso de reconversión y corrección del fallo, que el poder psiquiátrico produce y crea subjetividades. Es decir, produce y crea sujetos. Los sujetos dominados y sometidos por la locura son liberados, sus actitudes y comportamientos son corregidos. Un nuevo sujeto emerge. ¿Cómo? En los primeros años de práctica psiquiátrica el camino que se seguía era el de la intervención directa sobre el cuerpo es decir, sobre el exterior, sobre lo físico. Se atenta directamente contra el sujeto, como ya indicamos anteriormente, al considerar que dominando el cuerpo se dominaba la locura. Pero esta hipótesis no es cierta, o al menos así lo consideraron algunos que sustituyeron esta forma de intervención y lucha contra la locura por otras. Frente a la violencia apostaron por el uso de tecnologías o instrumentos disciplinarios: la vigilancia (que busca un tipo determinado de comportamiento y conducta), la sanción normalizadora (que busca una homogeneización de las conductas y las actitudes castigando a aquél que se sale de lo establecido como normal) y el examen o evaluación (que convierte al sujeto en objeto de estudio y conocimiento). Pero estas no son tecnologías disciplinarias exclusivas de las prácticas psiquiátricas, son tecnologías aplicadas también en las cárceles o centros penitenciarios. De hechos, estos conceptos son trabajados mayoritariamente por M. Foucault en Vigilar y Castigar. El nacimiento de la prisión. Por lo tanto, espacio asilar y espacio penitenciario son ambos configurados bajo las mismas normas y las mismas pautas. Espacio asilar y espacio penitenciario se configuran como espacios polarizados, en un lado se encuentran los internos y en el otro los profesionales o expertos. Y unos y otros luchan por el poder. En el caso del asilo, los locos buscan su liberación y la imposición de su verdad su creencia, su pensamiento, su deseo, etc. y el médico busca imponer cierto orden, cierta distribución, ciertas actitudes y ciertos comportamientos. Sin embargo, esta lucha es inútil pues no es una lucha entre iguales ya que, dentro de estos órdenes disciplinarios, los profesionales y expertos juegan con ventaja. Asilo y penitenciaría buscan la contención de sus internos y la modificación de sus conductas – mediante el tratamiento físico (violencia, control y dominio sobre el cuerpo) y mediante el tratamiento moral (conocimiento y corrección de las pautas de conducta y comportamiento) -, y para ellos cuentan con un relevo de poderes o de cargos. ¿Qué significa esto? Que criminales y locos son tratados de igual manera pero, ¿es esto correcto?, ¿son criminales y locos una misma cosa? Si no lo son, ¿es correcto actuar de la misma forma con ambos?, ¿no supone esto una criminalización de la locura? 

11 February 2023
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