Definición Y Parámetros De El Bien Y El Mal
El bien y el mal, ¿Qué son? ¿Cómo los definimos? ¿Y quién dicta los parámetros para diferenciarlos? Estas interrogantes pueden adentrarnos a la discusión de este escrito. A lo largo de la historia principalmente desde las distintas perspectivas religiosas como el cristianismo, judaísmo, islamismo hasta filosofías politeístas de culturas antiguas de diferentes partes del mundo, los conceptos de la bondad y la maldad han conducido a la humanidad a comportamientos específicos relacionados a la plenitud, trascendencia y vida eterna en cuanto al bien y a la condena, sufrimiento y dolor respecto al mal.
Las primeras definiciones, como se plantea la principio, provienen de la religión, ésta ha tratado de explicar el bien y el mal a través de personajes o entes divinos cuyo conocimiento sobrepasa al del ser humano, por medio de historias o relatos donde los protagonistas son dioses benévolos y los antagonistas suelen ser demonios, monstruos o criaturas maléficas. Tales relatos involucran conflictos que siempre desembocan en el triunfo del bien sobre el mal, ocasionando al mismo tiempo, cierto tipo de condena o castigo a quienes representan la parte malévola.
Entonces, la religión afirma desde un punto de vista moral, que el bien se expresa a través de acciones que se consideran correctas las cuales provienen de sentimientos como el amor, y actitudes como la bondad, la lealtad; por el contrario el mal se manifiesta con el odio, la violencia, o la insensatez.
Ahora, recurriendo a las definiciones más básicas de estos conceptos podemos encontrar que el bien se dictamina con el hecho de hacer, pensar o decidir lo correcto:
“1. Lo que en sí mismo tiene el complemento de la perfección, o lo que es objeto de la voluntad. 2. Lo que es favorable, conveniente: un bien para todos. 3. Lo que enseña la moral que se debe hacer, o lo que es conforme al deber”. En cuanto al Mal, podemos encontrar: “1. Adj. apóc. de malo. 2. Lo contrario al bien, lo malo. 3. Daño material o moral:
Tomando lo bueno como lo que es conveniente para la sociedad, se han elaborado mandamientos y leyes, delimitando las conductas de los individuos para una convivencia armónica; los comportamientos contrarios que desafían lo que se establece como correcto, se interpretan como un atentado a la paz, por lo tanto son considerados una manifestación de la maldad, y por ende, son castigados.
Entendiendo el bien y el mal como dos conceptos inherentes uno del otro, se puede concluir rápidamente que son complementos u opuestos, pues a través de la comparación se deducen los contrastes evidentes entre ellos, sin embargo esta afirmación primaria con la misma rapidez puede caer en la ambigüedad. Alejándonos de la moral, se comienza a desdibujar la línea que divide a estos conceptos, pues las definiciones de cada unos puede variar según la perspectiva o contexto de cada ser humano o situación que demande actuar. El bien o el mal analizados desde la ética individual son subjetivos, la justicia aquí depende de la situación del contexto. Visualizar el bien desde la moral nos ha ocasionado problemas al momento de hacer justicia, tal es el caso de temas como la pena de muerte o el aborto, situaciones delicadas que requieren ser analizadas sin estutos rigurosos por eso debemos considerar que lo bueno y lo malo no son conceptos terminados o inamoviles.
Como conclusión retomaré la visión que tienen algunas culturas orientales, las cuales representan el bien y el mal a partir de la filosofía del Ying Yang, ésta considera que no están separados sino que son complementos, uno está dentro del otro, es el equilibrio del mundo, tal como el día y la noche, la tristeza y la felicidad, lo masculino y lo femenino. Para obtener el equilibrio del mundo debemos caminar por la línea que divide el bien y mal.