Explicando el Origen Del Leviatán de Hobbes
El Leviatán, fue una obra escrita por Hobbes y fue considerada como aquella línea de ruptura con la Edad Media, ya que, sus descripciones de la realidad de la época fueron impresionantes. Durante el siglo XVII su mirada se enfoco más en la política y en el ejercicio del poder, por consiguiente, fue uno de los teóricos más respetados del absolutismo monárquico,régimen político que vivió y terminó a mediados del siglo XVIII, a causa de la Revolución Francesa.
La obra del Leviatán estableció la fundación de la mayor parte de la filosofía política occidental. El título se refiere al monstruo bíblico Leviatán, que posee un poder descomunal e inimaginable, además la obra es marcadamente materialista y puede entenderse como una justificación del Estado absoluto, a la vez que como la proposición teórica del contrato social, y establece una doctrina de derecho moderno como base de las sociedades y de los gobiernos legítimos.
La obra estaba conformada por cuatro libros y cada uno sirvió para que Hobbes exponga su idea sobre la naturaleza del hombre, su comportamiento en sociedad, la necesidad de un estado absoluto y de un contrato social por el cual se rijan las vidas de los hombre, en paz y armonía, en la medida de lo posible. En resumen, la obra del Leviatán es un manual sobre la naturaleza humana y la organización de la sociedad y además, ha sido una gran inspiración en las ciencias políticas y en la evolución del derecho social.
La idea del contrato social era que, para poder construir una sociedad es necesario, que cada individuo renuncie a una parte de sus deseos y llegue a un acuerdo mutuo inquebrantable y de respeto con los demás. Se trata de establecer un «contrato social», que el hombre transfiera sus derechos sobre todas las cosas, en favor de un soberano dotado de derechos ilimitados. Este soberano con poder absoluto, cuya soberanía no nace del derecho divino sino que radica en los derechos transferidos, sería el único con el poder y los medios suficientes para hacer respetar el contrato social y garantizar, el orden y la paz, infringiendo violencia, que desaparecería de este modo de la relación entre individuos.
En su época Hobbes fue un pensador sumamente criticado y que tuvo que pasar por un sinfín de cuestionamientos a sus posturas, en especial porque se mantuvo en una posición neutral en lo que respecta a la división política que se vivió en su tiempo: monárquicos versus parlamentarios. Los primeros sostenían que el poder del rey provenía directamente de Dios, mientras que los segundos, más cercanos a una idea democrática, consideraban que el poder debía ser compartido entre el monarca y su pueblo. Pero, Hobbes, no estaba a favor de ninguno, él sostenía que el poder del rey no tenía un origen divino.
Hobbes, además tuvo dos grandes enemigos durante su vida, contra los que mantuvo fuertes tensiones, estos eran la Iglesia de Inglaterra y la Universidad de Oxford, quienes lo atacaban abiertamente a causa de sus afirmaciones sobre la ausencia del alma. Esta publicación provocó grandes disputas con el obispo de Derry, John Bramhall. Quien escribió varios tratados, en los cuales tres de ellos eran en contra de los postulados de Hobbes en el Leviatán.
Dos Influencias Intelectuales
Dos influencias están extremadamente marcadas en el trabajo de Hobbes. La primera es una reacción contra la autoridad religiosa como se la conocía, y especialmente contra la filosofía escolástica que aceptó y defendió dicha autoridad. El segundo es una profunda admiración por y participación en el método científico emergente, junto con una admiración por una disciplina mucho más antigua, la geometría. Ambas influencias afectaron cómo Hobbes expresó sus ideas morales y políticas. En algunas áreas también está claro que afectaron significativamente las ideas mismas. En primer lugar, hace afirmaciones muy fuertes sobre la relación adecuada entre religión y política. No era un ateo, pero era muy serio al insistir en que las disputas teológicas deberían mantenerse fuera de la política. En segundo lugar, esta reacción contra la escolástica da forma a la presentación de las propias ideas de Hobbes. Insiste en que los términos se definan claramente y se relacionen con experiencias concretas reales, lo cual es parte de su empirismo.
Ética y Naturaleza Humana
El pensamiento moral de Hobbes es difícil de separar de su política. En su opinión, lo que debemos hacer depende en gran medida de la situación en la que nos encontremos. Donde falta la autoridad política (como en su famosa condición natural de la humanidad), nuestro derecho fundamental parece ser salvar nuestras vidas, por cualquier medio que creamos conveniente. Donde existe la autoridad política, nuestro deber parece ser bastante sencillo: obedecer a los que están en el poder. Pero podemos separar útilmente la ética de la política si seguimos la propia división de Hobbes. Para él, la ética tiene que ver con la naturaleza humana, mientras que la filosofía política trata con lo que sucede cuando los seres humanos interactúan.
La Pobreza del Juicio Humano y Nuestra Necesidad de Ciencia
Hay dos aspectos principales en la imagen de Hobbes de la naturaleza humana. Hobbes tiene varias razones para pensar que el juicio humano no es confiable y necesita ser guiado por la ciencia. Nuestros juicios tienden a estar distorsionados por el interés propio o por los placeres y dolores del momento. Podemos compartir las mismas pasiones básicas, pero las diversas cosas del mundo nos afectan a todos de manera muy diferente; y estamos inclinados a usar nuestros sentimientos como medidas para los demás. Formamos creencias sobre entidades sobrenaturales, hadas y espíritus, y así sucesivamente, y el miedo sigue donde la creencia ha ido, distorsionando aún más nuestro juicio. Para Hobbes, es solo la ciencia, ‘el conocimiento de las consecuencias’ , lo que ofrece un conocimiento confiable del futuro y supera las debilidades del juicio humano. Sin embargo, esto no significa que Hobbes haya podido alcanzar un nivel de certeza ‘científica’ en sus juicios.
Motivación
El aspecto más importante de la explicación de Hobbes sobre la naturaleza humana se centra en sus ideas sobre la motivación humana, y este tema es, por lo tanto, el centro de muchos debates sobre cómo entender la filosofía de Hobbes. Muchos intérpretes han presentado al agente hobbesiano como un actor interesado y racionalmente calculador. De hecho, muchos de los problemas que le ocurren a los seres humanos, según Hobbes, son el resultado de que se preocupan demasiado poco por el interés propio. Con demasiada frecuencia, piensa, nos preocupamos demasiado por lo que otros piensan de nosotros, o por la doctrina religiosa, o por las palabras de los demás. Esta debilidad con respecto a nuestro interés propio incluso ha llevado a algunos a pensar que Hobbes está abogando por una teoría conocida como egoísmo ético. Esto es para afirmar que Hobbes basa la moralidad en el interés propio, alegando que debemos hacer lo que más nos interesa hacer.