Infidelidad Y Diferencias De Género a lo Largo de la Historia

Introducción

La infidelidad ha estado sucediendo a lo largo de los siglos y ocurre en muchas culturas diferentes. Con el tiempo ha ido adoptando diferentes formas y significados así como la valoración de la conducta infiel y las consecuencias que se derivan del mismo. En la prehistoria, donde se vivía en pequeños grupos, se compartía la caza, el refugio, la crianza de los hijos y también la actividad sexual. Es después del neolítico, con la aparición de la agricultura y el abandono progresivo de la vida nómada para asentarse en poblados estables que aparece el concepto de monogamia. Quizás para asegurar la paternidad con el fin de preservar las tierras.

Desarrollo

En la Grecia y Roma antigua mantener relaciones sexuales con esclavas, prostitutas o concubinas no se consideraba una infidelidad, pero sí si tenían relaciones sexuales con una mujer casada. La mujer infiel griega podía ser repudiada y marginada por la sociedad y en Roma podía ser condenada a muerte. En el antiguo Egipto, existía la poligamia y aunque no fuera una práctica muy habitual se permitía al hombre tener una segunda esposa para asegurar la descendencia. La esposa debía ser fiel y el adulterio era castigado con azotes públicos o mutilación de orejas o nariz; en el peor de los casos, eran condenadas a morir ahogadas.

En la antigüedad el pueblo judío también estaba permitida la poligamia. El marido de la mujer adúltera tenía derecho a castigar con la lapidación o el ahorcamiento tanto a la mujer como al amante. Con la llegada del cristianismo en la Edad media la iglesia implantó su poder, ejerciendo un gran control e impuso sus normas donde se permitía las relaciones sexuales solo dentro del matrimonio con fines reproductivos. El adulterio se consideraba delito, pero no tenía las mismas consecuencias para los hombres que para las mujeres.

En la antigua sociedad occidental y hasta hace relativamente poco, el matrimonio se contemplaba como un pacto de reciprocidad de bienes que se acordaban y se pagaban como dote, así que la infidelidad llegó a ser una solución amorosa para aquellos que eran unidos por otras razones que no fuera el amor.

A día de hoy todavía existe la pena de muerte para las mujeres infieles en algunos países. Somalia es un ejemplo de ello donde se condena a muerte incluso en los casos de víctimas de violación. En Nigeria las mujeres necesitan de cuatro testigos para verificar que no ha sido infiel, de lo contrario puede ser condenada a muerte por lapidación. 

En México basta con tener la sospecha de una infidelidad por parte de la mujer para que esta sea violada, asesinada o descuartizada. En Irán a pesar de que tanto para los hombres como para las mujeres la infidelidad es castigada con la lapidación, la mujer es más vulnerable a sufrirla debido al trato des igualitario en los tribunales. En Afganistán donde sigue en vigor el matrimonio a la fuerza y pueden ser condenadas a muerte cuando son acusadas de infidelidad o intentan dejar a sus maridos.

Otros países, por el contrario son más permisivos a los aferes extraconygales o simplemente no se viven como una infidelidad. Un buen ejemplo lo encontramos en la cultura esquimal donde la pareja abierta está instaurada en su tradición cultural siendo costumbre ofrecer al invitado, y siempre que ella esté en acuerdo, a la propia mujer. 

En países del norte de Europa o en Finlandia donde el matrimonio es una institución muy respetada, se contemplan y se hablan sobre este tipo de relaciones antes y durante el matrimonio. Japón es uno de los países más abiertos en relación con el sexo y es muy frecuente que los hombres recurran a prostitutas para satisfacer sus placeres sexuales. Según estudio realizado en 2013 por el Centro de Investigación Pew, los franceses le dan poca importancia a la infidelidad y son la nación más indulgente del mundo en cuanto a perdonarla.

Conclusión

También nos encontramos con algún que otro país o grupos nómadas donde existe la ‘poliandria’ donde la mujer se casa con varios hombres que son hermanos entre sí, ejemplo de ello tenemos a los tibetanos Toda de la India, a los Cingaleses de Sri Lanka, el pueblo indígena de los awás de Brasil o la etnia Bari en Venezuela. Significa entonces que se produce cuando hay un incumplimiento por parte del individuo al no respetar la fidelidad.

Teniendo como punto de referencia nuestra cultura, en términos generales se puede describir la infidelidad como el incumplimiento del compromiso de exclusividad relacional ya sea de forma sexual o emocional. Como es natural, otras culturas o ciertas ideologías ejercen sus influencias, pero lo cierto es que somos occidentales y la infidelidad afecta y mucho así que se puede decir que seguimos viviendo en una cultura de fidelidad.

20 May 2021
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