La Huella Del Ciberbullying En Las Redes Sociales De Los Estudiantes
Las redes sociales se han globalizado, es un acontecimiento innegable, trayendo consigo todos los beneficios y desventajas que estas suponen, no obstante, el tema de las redes sociales es un grave problema para los estudiantes hoy en día, ¿A qué se debe esto? Esto se debe a que las redes sociales se han vuelto imprescindibles en nuestro día a día, pues se trata de herramientas muy útiles de comunicación entre una persona y otra, al igual que permiten que una persona se mantenga “conectado con el mundo”, sin embargo, a pesar de las ventajas que estos medios de comunicación nos brinden, su uso puede desembocar en la famosa “violencia cibernética” o más conocida como ciberbullying. Este tipo de acoso, según Ivette (2015) “Es la intimidación, el acoso o la amenaza mediante medios electrónicos con la intención de dañar a otra persona” El fenómeno mencionado, es más común entre los estudiantes, lo cual puede emanar en consecuencias irreversibles, e incluso, puede llegar hasta la muerte. Entonces, ¿De qué manera la violencia cibernética influye en el desarrollo académico y psicológico de los estudiantes? Desde mi punto de vista, la violencia cibernética es un agente que impacta de manera negativa en el rendimiento académico y en la autoestima de estudiantes.
En primer lugar, los colegios, deberían de ser espacios donde los alumnos, adquieran conocimientos, amistades y experiencias que perduraran durante toda su vida, no obstante, esta proposición se ve intimidada a diario por el bullying cibernético, debido al anonimato que las redes sociales proporcionan, es de suma facilidad apreciar como estudiantes de una misma institución, se burlan de compañeros de la misma escuela. Tal y como se puede observar en el estudio de Ortega (2008):
En edades de 12 a 18 años muestran que solo un 3,8% de los alumnos encuestados están implicados en la vertiente severa del ciberbullying (…) 22,8% lo está de forma moderada y ocasional (…) y un 6,6% están implicados directamente en este fenómeno.
Estas cifras nos demuestran que no estamos tratando una problemática de poca gravedad, todo lo contrario, es un obstáculo de una gran magnitud que puede conducir a efectos que afecten directamente en el desarrollo académico de las ciber-víctimas, de acuerdo a Mason (2018): “Los adolescentes víctimas del ciberbullying son más propensos a tener problemas conductuales, consumo de alcohol y tabaco, los cuales terminarían desembocando en calificaciones precarias, es decir un mal rendimiento académico, lo que a la larga, afectaría en el desarrollo profesional del estudiante, por lo que se podría afirmar, de igual forma, que el rendimiento académico y el ciberbullying tienen una correlación negativa, es decir, al haber una presencia del ciberbullying, el rendimiento académico tiende a disminuir.
En segundo lugar, el ciberbullying es un tipo de violencia que afecta, de igual forma, la autoestima del estudiante, pues, alguien que es acosado constantemente, va a comenzar a idealizarse la imagen que los demás le proporcionan sobre su persona, llevando así, a que posea una mala percepción de sí mismo, es decir una baja autoestima. No obstante, la salud mental de las ciber-víctimas también se ve afligida. De acuerdo con Fremouw y Keelan (2013): “Las ciber víctimas pueden presentar malestar general, sensibilidad interpersonal, depresión, hostilidad, ansiedad, paranoia y síntomas psicóticos”. Es decir, unos problemas muy severos en la salud emocional de los estudiantes. Sabiendo algunos efectos de la violencia cibernética en los estudiantes, nos damos cuenta de que no estamos tratando con cualquier tipo de problemática, sino todo lo opuesto, es un problema siempre latente que a veces no le damos la importancia requerida, por lo cual, desemboca en consecuencias que no solo afectan a nivel individual, sino, también al desarrollo socioeconómico del país, pues si los estudiantes no se enfocan completamente al estudio, la “próxima generación” no estará completamente capacitada para enfrentar las adversidades que se presentan a diario. Lo podemos verificar con un estudio realizado por “The Lancet Psychiatry” (2015): “A los 18 años, los niños que han sufrido acoso por parte de sus compañeros tienen cinco veces más posibilidades de experimentar ansiedad y son casi dos veces más propicios a sufrir depresión o a autolesionarse” (p. 273). Es un poco impactante leer los efectos del ciberbullying en los jóvenes estudiantes, sin embargo, es algo que se vive a diario en las redes sociales no solo en otros países si no también, en nuestro país, Perú.
En tercer y último lugar, en el Perú, esta problemática tiene la misma magnitud y efecto negativos en los estudiantes que en cualquier otra parte del mundo. Tomemos como ejemplo lo que informó el diario Andina (2018) “Entre enero del 2018 y junio último se han registrado 64 casos de intentos de suicidio entre escolares con edades que fluctúan entre los 8 y 17 años debido al acoso escolar y virtual” (p.3). Esta es una cifra realmente impactante y revela que la violencia cibernética no es tan solo un peligro en el extranjero, todo lo contrario, es tan común en nuestro país, e incluso, podemos llegar a ser testigos de ello en nuestras propias escuelas, sin embargo, no hacemos nada para evitar que tengan un desenlace mortal o irreversible. De igual forma, podemos ejemplificar esta problemática con una situación de violencia cibernética ocurrida en San Juan De Lurigancho, el diario Andina (2018) refiere que un estudiante de 15 años era constantemente agredido vía Facebook por sus compañeros del colegio, por lo que la víctima comenzó a estar deprimido, aislado y, sobre todo, a obtener bajas calificaciones en el colegio, por lo que su padre decidió denunciar a los agresores. Finalmente, la institución “tomo cartas en el asunto” y se logró solucionar el problema de violencia cibernética. Como mencioné estos tipos de casos no son escasos, por lo que, si queremos acrecentar el nivel educativo en nuestro país no hay que ser pasivos frente a estas situaciones.
En conclusión, bien es cierto que las redes sociales son los medios de comunicación preferidos por los estudiantes, pero, además, también son estos medios los preferidos para la violencia cibernética y las consecuencias que proceden de estas, las cuales son perjudiciales para la salud emocional del estudiante, puesto que se puede generar en la víctima depresión, ansiedad, falta de concentración durante las clases, lo cual colectivamente, conllevaría a un rendimiento pobre durante las clases. Entonces, ¿Qué hacer al respecto? Si eres un estudiante y ves una situación de violencia cibernética NO TE QUEDES CALLADO, tu palabra podría salvar la vida otra, reporta el abuso con un adulto que creas que podría hacer algo al respecto con los agresores, de igual manera, no fomentes este tipo de violencia dándole “Me gusta” a las publicaciones hirientes. Por otra parte, en las familias, los adultos deben de estar siempre pendientes en lo que refiere a la educación de sus hijos, enseñándoles el correcto uso de las redes sociales y sentando reglas que permitan a los jóvenes prevenir los riesgos que se encuentran siempre presentes en estos medios. No hay tiempo que perder, cada vez el nivel de los estudiantes va empeorando y el ciberbullying es un agente que es parte de ello. Actuar es imperativo, y nadie está excluido de este mandato, si queremos tener un país con un mejor nivel en el sector educativo tenemos que actuar YA.