Concepto del Alma en La República de Platón
La estrategia de Platón en la República es primero explicar los conceptos principales de la sociedad, o justicia política, y luego presentar un concepto similar de justicia personal. En el segundo, tercero y cuarto libro, Platón ve la justicia política como armonía en una institución política organizada. Una sociedad ideal consta de tres categorías principales: productores (fabricantes, agricultores, artesanos, etc.), asistentes (guerreros) y guardianes (gobernantes); Una sociedad es ideal sólo cuando la relación entre las tres clases es correcta. Cada grupo debe realizar su función normal y solo realizar esta función, y cada grupo debe estar en la posición correcta con respecto a otras funciones. El gobernante debe gobernar, los auxiliares deben obedecer las convicciones del gobernante y el productor debe limitarse a realizar cualquier habilidad específica (agricultura, forja, pintura, etc.). La justicia es un principio de la especialización: este principio requiere que todos desempeñen su papel natural en la sociedad y no interfieran con ningún otro negocio.
Al final del cuarto libro, Platón intentó probar que la justicia personal reflejaba la justicia política. Afirma que el alma de cada persona tiene tres estructuras parciales, similares a los tres estratos sociales. Hay una parte razonable del alma que busca la verdad y es responsable de nuestras tendencias filosóficas, una parte espiritual del alma que busca la gloria, el honor y es responsable de su sentido de la ira y la indignación, y una parte apetitiva que busca toda clase de cosas pero más que todo el dinero (porque el dinero debe usarse para satisfacer cualquier otro deseo básico). Un individuo justo puede definirse de manera similar a una sociedad justa, las tres partes de su alma logran la relación necesaria entre poder e influencia mutua. En un individuo, la parte racional del alma gobierna, la parte espiritual del alma apoya esta regla y la parte apetitiva del alma es sumisa y sigue las reglas impuestas por la razón. De manera simple, en un individuo justo, la totalidad del alma se esfuerza por reconocer la conveniencia y autoridad de la parte racional. De igual manera la totalidad de la sociedad justa intenta alcanzar todos los deseos del gobernante.
La analogía entre la sociedad justa y los individuos justos es profunda. Cada una de las tres clases sociales está dominada por una de las tres partes del alma. Los fabricantes están dominados por su apetito: su dinero, lujo y felicidad. El espíritu de los guerreros los lleva a ser valientes. El gobernante está dominado por su poder lógico y lucha por la sabiduría.Los libros del cinco al siete se centran en el gobernante como el rey filósofo.
En una serie de tres analogías, la alegoría del sol, líneas y cuevas, Platón explica quiénes son estas personas al practicar su teoría de las formas. Platón explicó que el mundo está dividido en dos áreas, las áreas que se pueden ver (usamos nuestros sentidos) y las áreas comprensibles (solo usamos nuestros pensamientos). El mundo visible es el universo que vemos a nuestro alrededor. El mundo de la sabiduría incluye formas: absolutas, inmutables, abstractas, como la bondad, la belleza, el rojo y la dulzura, que son eternas en el reino visible y lo hacen posible. (Una manzana es roja y dulce porque participa en formas rojas y dulces.) Sólo la forma es el objeto del conocimiento, porque solo ellos tienen la verdad eterna. La verdad que la mente, no los sentidos, debe comprender.
Solo una persona bien entrenada puede entender la forma, el filósofo es capaz de saber cualquier cosa. En particular, los filósofos deben saber la forma de lo bueno para ser gobernantes capaces, una fuente de todas las demás formas, conocimiento, verdad y belleza. Platón no puede describir esta forma directamente, pero afirma que es al mundo intangible lo que el sol es al mundo visible. Utilizando la narrativa de la cueva, Platón representa un retrato del alma de un filósofo que pasa por diferentes etapas de la conciencia (representadas por la línea), hasta que logra entender la forma de lo bueno. El propósito de la educación no es traer conocimiento al alma, sino llevar los deseos correctos al alma, llenar el alma con el deseo de la verdad, hacer que trascienda el mundo visible y finalmente alcance la forma de lo bueno.
El filósofo es la única clase de hombre conocedor y los más justos. Sus almas, más que otras, están diseñadas para satisfacer los deseos de la parte racional. Después de comparar al rey filósofo con el gobernante más injusto, representada por el tirano, quien está completamente regido por su apetito irracional; Platón afirma que la justicia vale la pena en sí misma. En la novena parte, presenta tres argumentos por lo cual considera deseable ser justo. Al bosquejar un retrato psicológico de un tirano, intenta probar que la injusticia afecta la mente de una persona, mientras que un alma justa es solo una persona sana, feliz, tranquila y poco problemática. Luego argumenta que aunque cada uno de los tres tipos de personalidades principales (amantes del dinero, amantes del honor y amantes de la verdad) tienen sus propios puntos de vista sobre su felicidad y placer, correspondiente a su visión de una buena vida, cada uno elige su propia vida para hacerla lo más agradable. Sólo el filósofo puede juzgar porque solo esa persona ha experimentado los tres tipos de placer. Los otros deberían aceptar el juicio del filósofo y concluir que la felicidad asociada con la filosofía es la más placentera, por lo que la vida justa es la más placentera. Intentó demostrar que solo el placer de la filosofía es realmente placentera; todos los demás placeres son solo el fin del dolor.