Doctrina del Neoplatonismo y su Estudio sobre el Alma
El neoplatonismo fue una doctrina espiritual basada en la filosofía del helenismo, tenía como objetivo desarrollar y simplificar las ideas de Platón en base a su teoría de las formas, pero conservando su origen griego. El cristianismo, muy similar al neoplatonismo sienta sus bases en el judaísmo, como principal representante Jesús de Nazaret, inicia después de la muerte de Jesucristo. Ambas heredan del helenismo la idea de salvación e ideas como la de un ser supremo: un Uno en el neoplatonismo y Dios en el cristianismo.
Los helenistas eran cristianos nativos de otras ciudades dentro del imperio romano. Las bases culturales de los helenistas eran griegas, no le daban importancia al templo de Jerusalén ni a las costumbres judías, pero su vida de migrantes, los había dispuesto a tener una nueva perspectiva hacia la propuesta de Jesús, eran creyentes sin pasar por las costumbres judías.
El neoplatonismo tiene como ente el Uno, la Inteligencia y el Alma, son la Trinidad neoplatónica, propone que el ser desarrollado hace un esfuerzo por ascender hacia la perfección de que emana. Todo proviene del Bien y tiende hacia el Bien. Para que el Alma logre unirse al primer principio es necesario que sobrepase el pensamiento. Similar al cristianismo, existe solo un Dios, que en la Trinidad aparece como tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
El Uno en el neoplatonismo es Dios en el cristianismo, en ambos es el ente principal y el todo. El Uno formaba todo, si se llegaba a destruir un elemento dejaba de existir y se dividía en elementos nuevos; en el cristianismo, Dios creaba cosas nuevas a su imagen y semejanza.
Por parte del neoplatonismo, tanto el alma como el cuerpo estaban formados de la Unidad siendo estos uno mismo. Plotino decía que en el hombre hay una dualidad: algo divino, lleno de luz, que representa el Uno y algo oscuro, el cuerpo. El alma y el cuerpo estaban interrelacionados y era una necesidad del individuo llegar al Uno. Para Platón el alma era inmortal, era un principio y era por lo tanto eterna. El alma siempre tenía movimiento y al momento de unirse con un cuerpo le daba movimiento y cuando lo abandona éste moría pero el alma era eterna.
En el cristianismo muy similar, nos dice que los seres humanos estamos formados por el cuerpo de carne y el alma, en el mundo terrenal el hombre realiza la voluntad de Dios para librarse del cuerpo terrenal y poder regresar al paraíso, pasando así a la vida espiritual o la vida eterna, cuando el alma se liberaba del cuerpo era pura y podía regresar al paraíso, donde sólo podían entrar almas puras.
El neoplatonismo, manifiesta que la salvación de esa alma es posible gracias a la virtud de la libertad de la voluntad que le permitió elegir su camino de pecado. El alma debe cambiar el curso los sucesivos pasos de su degeneración, hasta unirse otra vez con el origen de su ser. Platón tenía una idea sobre la reencarnación. El alma podía reencarnar en distintas formas terrenales. Los que se iban al cielo disfrutaban por mil años vivir en el mundo de las ideas, mientras que los que no lo lograban eran castigados en el inframundo, sufrían y sollozaban de todas sus desgracias. Después de pasar el tiempo de gozo o sufrimiento las almas reencarnaban en algo de acuerdo al grado que tenían.
Otra gran influencia fue que la verdad no se puede conocer a través de los sentidos porque estos no muestran el mundo real; para los cristianos sólo se conoce la verdad a través de la fe. Finalmente en ambas doctrinas, ven una dualidad en el hombre: un cuerpo y un alma, y su principal objetivo es alcanzar la divinidad.
Bibliografía
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