El Trastorno Por Déficit De Atención E Hiperactividad Y Los Docentes

Los cambios sociales que se vienen manifestando de diversas formas, acaban influyendo de forma tanto negativa como positiva en el sistema educativo, y en la forma de proceder de los docentes. Cada vez se dan más casos en el aula de alumnos que manifiestan problemas de comportamiento y dificultades de aprendizaje, los cuales condicionan tanto el ámbito escolar como el familiar, incidiendo especialmente en las relaciones sociales que establecen con el entorno (Jurado de los Santos, Justiniano Domínguez, 2015).

Para Hergueta Landinez (s.f.) cuando un alumno padece el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad se debe tener en cuenta la intensidad de la hiperactividad, de la impulsividad y de la falta de atención, puesto que este tipo de manifestaciones condicionan el comportamiento del niño dentro del aula, así como la relación que establece con sus profesores y con sus iguales. En el núcleo familiar, y durante los primeros años de vida, las familias se centran en los problemas de comportamiento, siendo estos el elemento que más les preocupa. Posteriormente los problemas de aprendizaje adquieren protagonismo y acaban siendo lo más importante para el niño y la familia.

Durante la infancia los niños manifiestan distintos tipos de conductas y comportamientos, siendo estos en algunas ocasiones problemáticos y usados en determinados momentos como una forma de reaccionar e interaccionar ante otros. Según la Guía de Práctica Clínica sobre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) en Niños y Adolescentes (2010), los síntomas centrales y las características del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad en el niño/a, así el exceso actividad tanto motora como verbal, y su dificultad para controlar e inhibir sus acciones o conductas, además de la falta de control a la hora de expresar sus emociones, pueden llevarles al desarrollo de conductas consideradas problemáticas, o incluso cuadros problemáticos más severos o un trastorno de conducta.

Con frecuencia, la manifestación de un comportamiento considerado como disruptivo se debe al sentimiento de frustración que sienten al recibir mensajes negativos de su entorno (familia, profesorado y compañeros). La respuesta social que manifiestan muestra pasividad o agresividad; sus respuestas emocionales son desproporcionadas con respecto a la situación vivida, debido en muchas ocasiones al desconocimiento de control sobre las emociones, provocando así sentimientos de tristeza, baja autoestima, desmotivación, impotencia, rabia, enfado, etc. (Guía de Práctica Clínica sobre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) en Niños y Adolescentes. 2010).

Es necesario que los docentes reconozcan las señales de un posible caso de TDAH, ya que según Estévez Estévez (2010), conocer el origen de las señales y las consecuencias ayudarán al profesorado a mejorar las relaciones emocionales y los resultados académicos del alumnado que padece el trastorno.

Teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, el profesor debe saber actuar y llevar a cabo unas acciones conjuntas con el equipo docente del centro, para poder trabajar con estas dificultades y así poder neutralizar y extinguir si fuese posible, este tipo de conductas nocivas. 

17 August 2021
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